Uruguay: La tercera planta de celulosa será la vencida (por el pueblo)

Los medios de (des)información masiva ya apuntan a Gualeguaychú. Así, como es su costumbre, le hacen los mandados al poder. El plan es simple: convertimos el proyecto de la tercera planta de celulosa en “causa nacional” tal como ocurrió en 2005 con la primera, trasladamos el enemigo político del negocio al otro lado del río y de ese modo invisibilizamos a los movimientos socio-ambientales que del lado oriental del río están articulando sólida resistencia. Este tipo de nacionalismo barato debería darnos vergüenza. Es propio de quienes tienen las fronteras instaladas como sólidos muros dentro su cabeza, limitando así su capacidad de pensar, para beneplácito de quienes nos dominan y explotan desde hace siglos.

Por Asamblea Pachamama Uruguay
Asamblea Nacional Permanente en Defensa de la Tierra y los Bienes Naturales
Unión de Asambleas Ciudadanas Litoral

En este tema no vamos contra el gobierno en exclusividad. Sabemos que detrás de este proyecto en particular, hay fuertes intereses económicos que tocan a actores políticos de todos los pelos, incluso a aquellos que ante otras amenazas al ambiente se habían declarado públicamente “ecologistas” y hoy se llaman a silencio. Por esta razón, sugerimos a los políticos opositores no se apuren a palmearnos la espalda. Algunos lo hicieron durante la campaña que impulsamos contra Aratirí y terminaron enojados cuando nos vieron invitando a anular el voto para las elecciones nacionales. Decididos a detener este negocio de unos pocos que amenaza a nuestros Bienes Comunes, sabiendo de la polarización cuasi futbolera a la que tendemos los orientales cuando de temas políticamente sensibles se trata, nos proponemos informar en base a las preguntas que insistentemente nos hacen llegar los incondicionales defensores de las pasteras:
1- ¿La planta contamina?
2- ¿Nos oponemos a una potencial fuente de empleo?
3- ¿Acaso no usamos papel para limpiarnos el culo?
4- ¿No es cierto que la fabricación de pasta de celulosa incide positivamente en el PBI?
5- ¿Qué alternativas proponen?
6- (esta la agregamos nosotros) ¿Por qué será que se instalan tantas plantas de celulosa en estos “pagos”?

1- ¿La planta contamina?
Más allá de la segura fuente de contaminación que representa una fábrica de pasta de celulosa a esta escala -de las más grandes del mundo volcando desechos sobre un río interior-, la amenaza más grave para nuestros Bienes Comunes radica en la inminente multiplicación de eucaliptos que le provean de materia prima. Las plantaciones existentes de éstos, alimento hoy para dos inmensas fábricas que nutren a la colosal industria papelera europea, han secado buena parte de los cursos de agua subterráneos orientales. Así lo acreditan decenas de pequeños productores rurales que ven secarse cada pozo que perforan en procura del vital líquido.
Más de mil millones de eucaliptos habitan hoy en tierra oriental. La cuenta es fácil: Plantan un millar por hectárea y ya ocupan bastante más de un millón de hectáreas. Cada uno consume un mínimo de 20 litros de agua por día (eucalipto de 3 años de edad). En total: más de 20 mil millones de litros de agua por día. Es más de lo que bebe diariamente toda la población humana mundial.
Los monocultivos de eucaliptos, desiertos disfrazados de monte, son inhóspitos para las especies nativas. Carentes de fauna que los habite, el silencio reina entre esos ejércitos de árboles clonados. Las especies vegetales nativas tampoco compiten con el eucalipto.
No lo decimos nosotros. Lo afirman los expertos. Los siguientes son fragmentos extraídos de un informe del departamento de Montes de la FAO:
“se ha comprobado que en las regiones húmedas, las plantaciones de eucaliptos jóvenes, de rápido crecimiento, consumen más agua y no regulan tan bien el caudal hídrico como los bosques naturales.”
“A menudo los eucaliptos se plantan en terrenos donde anteriormente no habla ningún árbol. En tales circunstancias, se reduce la aportación de agua de las cuencas de captación y desciende el nivel hidrostático. El efecto es mayor cuando los árboles son jóvenes y crecen rápidamente.”
“Los eucaliptos no dan buenos resultados para controlar la erosión en condiciones de sequía, pues terminan con la vegetación rasante absorbiendo el agua con sus raíces y liberando toxinas.”
“La corta de eucaliptos a breves intervalos, especialmente si se suprime toda la biomasa, origina un rápido agotamiento de las reservas de nutrientes del suelo. Ello es una consecuencia directa de su rápido crecimiento.”
“El número y la diversidad de la fauna (mamíferos, aves e insectos), son menores en las plantaciones de eucaliptos exóticos que en los bosques naturales. Las plantaciones de eucalipto suelen desplazar a los ecosistemas existentes anteriormente.”
2- ¿Nos oponemos a una potencial fuente de empleo?
En absoluto. Pero no a cualquier precio. Este tipo de actividad económica, extremadamente automatizada, genera poco empleo y deja una herencia ambiental que soportarán las futuras generaciones, a quienes debemos asegurar agua y autonomía alimentaria, antes que ningún negocio aventurero de ocasión. La planta de Botnia-UPM en Fray Bentos da empleo directo a un puñado de rionegrinos –Río Negro sigue siendo el departamento con mayor índice de desempleo del país- mientras que en las plantaciones trabajan 3 o 4 empleados cada 1000 hectáreas, sólo en las etapas de plantación y cosecha; durante los 8 años que transcurren entre una y otra tarea, estos monocultivos no requieren casi atención.
¿Suma empleo esta actividad? No. Como lo prueba el último censo agropecuario, más de 10.000 familias rurales han debido emigrar a engrosar los cinturones de pobreza de las ciudades desde que los monocultivos se apropiaron de buena parte de nuestra tierra productiva –casi el 20% del total-, tanto de soja transgénica como de eucaliptos. En esas familias está la respuesta a quienes sostienen que la expansión de los latifundios es capaz de generar alguna fuente de empleo.
Es cierto que durante los 2 años que insume la construcción de la inmensa fábrica se da trabajo a miles de obreros. ¿Es suficiente motivo para expulsar del campo a miles de trabajadores rurales y arruinar nuestros Bienes Comunes
3- ¿Acaso no usamos papel para limpiarnos el culo?
Este es el planteo más ingenuo y estúpido –pedimos disculpas por el término- que nos hacen llegar los pro-pasteras. Piensan que hay una relación entre nuestro consumo de papel y la razón de existir de estas megafábricas. Parecen desconocer que los países centrales echan mano a nuestras riquezas para poder seguir manteniendo sus industrias locales rentables y su irracional despilfarro consumista. Si ellos consumieran en la escala que lo hacemos en los países periféricos, no serían necesarias tales plantas de celulosa incrustadas en nuestra rica tierra.
Durante décadas, Uruguay se proveyó de papel con una (en comparación con estas) pequeña planta que no sólo producía pasta de celulosa, sino que fabricaba el papel terminado. O sea, no era un negocio de troncos como el que resume la actividad de UPM, sino una verdadera fábrica de papel, mil veces más pequeña que las que se han instalado, suficiente para proveer el papel higiénico que consumimos los orientales y muchos otros tipos de papel más, algunos de altísima calidad, con mucho valor agregado por mano de obra auténtica. La Fábrica Nacional de Papel contaminó y contamina –si no, pregunten a los vecinos de Juan Lacaze-, pero su razón de ser está o estaba justificada.
Decir que la existencia de UPM y Montes del Plata se justifica por nuestro papel higiénico, es como afirmar que la soja transgénica y los agrotóxicos que se expanden en un millón y medio de hectáreas arruinando suelo y agua, se justifican para que podamos mojar en salsa de soja nuestros arrolladitos primavera.
4- ¿No es cierto que la fabricación de pasta de celulosa incide positivamente en el PBI?
Sí, por la venta de troncos y el agua implícita en ellos. Estas fábricas se establecen en zonas francas, por lo tanto, cuando la materia prima se introduce en ellas ya no existen más obligaciones tributarias. Decir que la pasta de celulosa es uno de los principales productos de exportación del Uruguay es una flagrante mentira. Exportamos troncos y con ellos, la tierra y agua que consumieron durante años.
5- ¿Qué alternativas proponen?
Con un poco de creatividad y disponiendo de mil millones de dólares –los que se requieren para satisfacer las demandas de infraestructura de UPM- y las consideraciones tributarias que conceden los adulones de siempre a estas trasnacionales, nos animamos a hacer más de una propuesta alternativa generadora de decenas de miles de puestos de trabajo dignos y sin riesgo para el ambiente.
La primera sería una REFORMA AGRARIA que devolvería a buena parte del Pueblo a su ámbito natural: EL CAMPO. Claro que para eso se deberían confiscar tierras a los amigos del poder, y sabemos que no habría voluntad política para hacerlo, tanto desde el gobierno como desde la oposición político-partidaria. Está más que probado que la clase política representa a los intereses de los poderosos, no al pueblo. En muchos casos son socios directos de sus negocios.
6- ¿Por qué será que se instalan tantas plantas de celulosa en estos “pagos”?
Si preguntamos a UPM por qué se instalan en estas tierras podemos obtener distintos tipos de respuesta; desde que les place dar oportunidades de progreso y desarrollo a otros pueblos hasta que el frío no les permite plantar en tierra propia, como lo hicieron durante siglos.
La verdadera razón –parecería innecesario decirlo- es que ya no quieren sacrificios para su propia tierra. Europa fue terriblemente contaminada y devastada en las primeras décadas del siglo XX. La globalización pos dictaduras permitió a las potencias europeas y a Norteamérica, como ahora a las potencias emergentes, trasladar las industrias sucias –megaminería, hidrocarburos, agroindustrias, papeleras, etc.- a los países periféricos. De ese modo han logrado recuperar buena parte de la salud de sus ríos y bosques, obteniendo materia prima de calidad a bajo costo.
Ellos se reservan la industrialización de calidad de las materias primas que de aquí extraen, poniéndoles el valor agregado que les permite seguir enriqueciéndose, ampliando la brecha entre países ricos y países pobres y agravando la dependencia de nuestros pueblos.
Allá utilizan mano de obra calificada y bien paga. Acá, además de saquearnos, nos siguen explotando casi tanto como hace 500 años.
Alcanzará con despertar para detener estos abusos. El Pueblo tiene la palabra y el verdadero poder. Falta que lo asuma y exprese. Sin urnas. Sin banderas. Sin miedo.
La tercera será la vencida, por disposición de un Pueblo despierto y conciente.

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