El Ártico afectado por la contaminación de plástico

Tatiana Schlossberg
Los océanos de todo el mundo están atiborrados con billones de trozos de plástico –botellas, bolsas, juguetes, redes para pescar y más, sobre todo partículas microscópicas– y ahora la basura marina está terminando en el Ártico.
 
En un estudio publicado recientemente por Science Advances, un grupo de investigación de la Universidad de Cádiz en España, junto con otras instituciones, muestran que una corriente marítima ha llevado pedazos de plástico desde el norte del Atlántico hacia los mares de Groenlandia y de Barents, y los ha depositado ahí: en aguas superficiales, en banquisas y, posiblemente, en el suelo marítimo.
Como el cambio climático ya ha provocado un deshielo de la capa del Ártico, se ha facilitado la navegación y actividad humana en esta parte aislada del mundo. Como resultado, la contaminación de plásticos, que ha aumentado de manera significativa alrededor del mundo desde los años ochenta, podría esparcirse por el Ártico de manera más rápida en las décadas venideras, alertan los científicos.
Andrés Cózar Cabañas, el principal autor del estudio y profesor de biología en Cádiz, dijo que los resultados lo sorprendieron y le preocupan las posibles consecuencias.
“No entendemos por completo las consecuencias que el plástico está teniendo o tendrá en nuestros océanos”, dijo. “Lo que sí sabemos es que las consecuencias se sentirán a una mayor escala en un ecosistema como este”, porque no existe otro igual en el planeta.
Científicos a bordo de la nave de investigación Tara mueven redes en el agua para recoger plancton y microplásticos. Credit Anna Deniaud/Tara Expeditions Foundation

Cada año se vierten en el océano alrededor de 8 millones de toneladas de plástico; los científicos estiman que ya hay 110 millones de toneladas. Aunque todavía no se entienden los efectos medioambientales de la polución de plásticos, ya están presentes en la cadena alimenticia. Se pensaba que los desechos se acumulaban en áreas del océano, particularmente en giros oceánicos –grandes corrientes que convergen en medio de los cuerpos de agua–, pero los científicos estiman que solo el 1 por ciento de la contaminación de plástico está en los giros y otras superficies acuáticas en el océano abierto.
Un modelo de corrientes marítimas de uno de los autores del estudio predice que los desechos plásticos se seguirán acumulando en el Ártico; actualmente hay un tres por ciento de toda la polución de plásticos del mundo, pero los autores del estudio sugieren que esa cantidad aumentará.
El océano Ártico está particularmente afectado dada la circulación termohalina, una corriente global cuyo flujo depende de las diferencias en temperatura y salinidad. Conforme la corriente lleva agua superficial tibia hacia el Ártico parece arrastrar con ella los desechos plásticos que quedan atrapados por masas terrestres como Groenlandia y el casquete polar.
“La mayoría del plástico llega desde el norte del Atlántico”, dijo Cózar Cabañas, “y mientras más sepamos sobre lo que provoca, tendremos mejores posibilidades” de resolver el problema.
Fuente: https://www.nytimes.com/es/2017/04/19/el-artico-afectado-por-la-contaminacion-de-plastico/

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Plásticos en el Ártico


Los resultados de un nuevo estudio hacen hincapié en la importancia de gestionar correctamente la basura plástica en su origen, porque una vez que entra en el océano, su destino puede ser impredecible. Los mares semi-cerrados históricamente con altas poblaciones circundantes, como el mar Mediterráneo, han exhibido exceso de acumulaciones de desechos plásticos.
El Océano Ártico es un punto muerto para los plásticos que flotan en el Atlántico Norte, donde se extienden al este de Groenlandia y al norte de Escandinavia, a pesar de la escasa población. Los resultados de un nuevo estudio hacen hincapié en la importancia de gestionar correctamente la basura plástica en su origen, porque una vez que entra en el océano, su destino puede ser impredecible. Los mares semi-cerrados históricamente con altas poblaciones circundantes, como el mar Mediterráneo, han exhibido exceso de acumulaciones de desechos plásticos. Sin embargo, no se espera que esa acumulación se acumule en aguas en latitudes polares, ya que carecen en gran medida de fuentes cercanas de contaminación. Durante una expedición circumpolar Tara Oceans 2013, Andrés Cózar y sus colegas emplearon redes para recolectar restos de plástico flotante, incluyendo líneas de pesca y una variedad de películas de plástico, fragmentos y gránulos.
PROCEDE DE FUENTES LEJANAS
La mayor parte de las aguas superficiales libres de hielo en el Círculo Polar Ártico estaban ligeramente contaminadas con restos de plástico, informan. Sin embargo, los escombros plásticos eran abundantes en los mares de Groenlandia y de Barents. Cientos de toneladas de fragmentos de plástico (con valores promedio similares a los de las áreas de aglomeración de plástico más cerca del ecuador) se estimaron a partir de las aguas superficiales por sí solas y es más probable que haya más desechos en el fondo marino, indican los autores. La proporción de plástico tipo película en sus muestras apoyaba la hipótesis de que el plástico había viajado en gran medida desde fuentes lejanas, incluidas las costas del noroeste de Europa, Reino Unido y la costa este de Estados Unidos, aunque algunas podrían proceder de la actividad marítima local. Los investigadores, que publicaron su estudio en Science Advances, siguieron el camino del plástico en el Océano Atlántico Norte utilizando 17.000 boyas satélite, lo que confirmó que la contaminación fluye hacia el polo a través de la circulación termohalina, una corriente conocida como la cinta transportadora oceánica global. Aunque el estudio concluyó que el plástico flotante del Ártico representa actualmente menos del 3 por ciento del total mundial, esta corriente hará que el plástico se acumule continuamente a medida que la contaminación de las latitudes más bajas fluye hacia arriba. Los autores dicen que los potenciales efectos de este flujo de contaminación en el ecosistema único del Ártico son especialmente preocupantes. El Océano Ártico es un punto muerto para los plásticos que flotan en el Atlántico Norte, donde se extienden al este de Groenlandia y al norte de Escandinavia, a pesar de la escasa población. Los resultados de un nuevo estudio hacen hincapié en la importancia de gestionar correctamente la basura plástica en su origen, porque una vez que entra en el océano, su destino puede ser impredecible. Los mares semi-cerrados históricamente con altas poblaciones circundantes, como el mar Mediterráneo, han exhibido exceso de acumulaciones de desechos plásticos. Sin embargo, no se espera que esa acumulación se acumule en aguas en latitudes polares, ya que carecen en gran medida de fuentes cercanas de contaminación. Durante una expedición circumpolar Tara Oceans 2013, Andrés Cózar y sus colegas emplearon redes para recolectar restos de plástico flotante, incluyendo líneas de pesca y una variedad de películas de plástico, fragmentos y gránulos.

Fuente: Reciclaje de Residuos

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