¿Por qué amamos a las abejas pero odiamos las avispas?
El desconocimiento de los beneficios ecológicos que aportan a nuestro planeta las avispan nos crea un rechazo injustificado
Neus Palou
Las abejas son uno de los organismos ecológicamente y económicamente más importantes de la humanidad. Pero, las avispas desempeñan un papel igual de importante que las abejas, lamentablemente no las valoramos igual. Ambos se encargan de polinizar flores y cultivos, pero, además, las avispas también se encargan de regular las poblaciones de plagas de los cultivos e insectos que transmiten enfermedades a los humanos.
La falta de comprensión del importante papel que desempeñan las avispas en la naturaleza es una razón fundamental por la cual son universalmente despreciadas, mientras que las abejas son muy queridas. Así lo asegura una investigación dirigida por la University College London (UCL).
”Está claro que tenemos una conexión emocional muy diferente con las avispas que con las abejas: hemos vivido en armonía con las abejas durante mucho tiempo, domesticando algunas especies, pero las interacciones entre avispas y humanas a menudo son desagradables ya que arruinan las comidas en el exterior y anidan en nuestros hogares “, explica el principal autor del estudio, el Dr. Seirian Sumner de la UCL.
Los científicos del estudio, publicado en Ecological Entomology y financiado por el Natural Environment Research Council y la Comisión Europea a través de la beca Marie Curie, creen que es muy necesario revisar activamente la imagen negativa de las avispas para proteger los beneficios ecológicos que aportan a nuestro planeta. “Se enfrentan a un declive similar al de las abejas y eso es algo que el mundo no puede permitirse”, añade Sumner.
Un insecto con muy mala imagen
Para extraer esta mala imagen de las avispas, los autores del estudio encuestaron a 748 personas de 46 países (el 70% de los encuestados eran del Reino Unido) sobre sus percepción de los insectos, incluyendo abejas y avispas.
Las respuestas revelaron que al público en general no les gustan las avispas, y esto probablemente se deba a un bajo interés en la naturaleza y al desconocimiento de los beneficios que las avispas aportan a la salud y buen funcionamiento de nuestro planeta.
También se investigó que trabajo se está llevando a cabo para revertir esta imagen infravalorada. El equipo descubrió que las avispas son un insecto impopular, lo que probablemente agrava su imagen negativa, ya que se están haciendo pocos esfuerzos para comprender y comunicar su papel positivo en el ecosistema. Los científicos descubrieron esto al cuantificar el número de trabajos de investigación científica y presentaciones de conferencias sobre abejas y avispas en los últimos 37 años. De los 908 documentos incluidos en la muestra, solo el 2,4% (22 artículos) de avispas se encontraron desde 1980, en comparación con el 97,6% (886 artículos) de publicaciones sobre abejas. Además, de los 2.543 resúmenes de congresos sobre abejas o avispas de los últimos veinte años, el 81.3% fueron sobre abejas.
Nuestra aversión a las avispas es culpa, en gran medida, de un pequeño número de especies de avispas que entran más en contacto con los humanos: las avispas amarillas y avispones, que representan menos del 1% de las avispas. La gran mayoría de las avispas - más de 75.000 especies – no entran casi en contacto con los humanos.
Neus Palou
Las abejas son uno de los organismos ecológicamente y económicamente más importantes de la humanidad. Pero, las avispas desempeñan un papel igual de importante que las abejas, lamentablemente no las valoramos igual. Ambos se encargan de polinizar flores y cultivos, pero, además, las avispas también se encargan de regular las poblaciones de plagas de los cultivos e insectos que transmiten enfermedades a los humanos.
La falta de comprensión del importante papel que desempeñan las avispas en la naturaleza es una razón fundamental por la cual son universalmente despreciadas, mientras que las abejas son muy queridas. Así lo asegura una investigación dirigida por la University College London (UCL).
”Está claro que tenemos una conexión emocional muy diferente con las avispas que con las abejas: hemos vivido en armonía con las abejas durante mucho tiempo, domesticando algunas especies, pero las interacciones entre avispas y humanas a menudo son desagradables ya que arruinan las comidas en el exterior y anidan en nuestros hogares “, explica el principal autor del estudio, el Dr. Seirian Sumner de la UCL.
Los científicos del estudio, publicado en Ecological Entomology y financiado por el Natural Environment Research Council y la Comisión Europea a través de la beca Marie Curie, creen que es muy necesario revisar activamente la imagen negativa de las avispas para proteger los beneficios ecológicos que aportan a nuestro planeta. “Se enfrentan a un declive similar al de las abejas y eso es algo que el mundo no puede permitirse”, añade Sumner.
Un insecto con muy mala imagen
Para extraer esta mala imagen de las avispas, los autores del estudio encuestaron a 748 personas de 46 países (el 70% de los encuestados eran del Reino Unido) sobre sus percepción de los insectos, incluyendo abejas y avispas.
Las respuestas revelaron que al público en general no les gustan las avispas, y esto probablemente se deba a un bajo interés en la naturaleza y al desconocimiento de los beneficios que las avispas aportan a la salud y buen funcionamiento de nuestro planeta.
También se investigó que trabajo se está llevando a cabo para revertir esta imagen infravalorada. El equipo descubrió que las avispas son un insecto impopular, lo que probablemente agrava su imagen negativa, ya que se están haciendo pocos esfuerzos para comprender y comunicar su papel positivo en el ecosistema. Los científicos descubrieron esto al cuantificar el número de trabajos de investigación científica y presentaciones de conferencias sobre abejas y avispas en los últimos 37 años. De los 908 documentos incluidos en la muestra, solo el 2,4% (22 artículos) de avispas se encontraron desde 1980, en comparación con el 97,6% (886 artículos) de publicaciones sobre abejas. Además, de los 2.543 resúmenes de congresos sobre abejas o avispas de los últimos veinte años, el 81.3% fueron sobre abejas.
Nuestra aversión a las avispas es culpa, en gran medida, de un pequeño número de especies de avispas que entran más en contacto con los humanos: las avispas amarillas y avispones, que representan menos del 1% de las avispas. La gran mayoría de las avispas - más de 75.000 especies – no entran casi en contacto con los humanos.
La
aversión a las avispas es culpa de un pequeño número de especies de
avispas que entran más en contacto con los humanos: las avispas
amarillas y avispones, que representan menos del 1% de las avispas
(Agustí Ensesa)
La naturaleza molesta de las avispas sociales alimenta la percepción de que las avispas son más peligrosas que las abejas, aunque cada una provoca una picadura igualmente dolorosa.
La necesidad de conservar las avispas
Todos los insectos están bajo la amenaza del cambio climático y la pérdida de hábitats, por lo que el equipo dice que mantener la abundancia y la diversidad de insectos debería ser una prioridad.
El Dr. Alessandro Cini, coautor del estudio de la Universidad de Florencia, asegura que “la preocupación mundial por el declive de los polinizadores ha resultado es ya de interés público y ha supuesto un apoyo para las abejas. Sería fantástico si esto pudiera reflejarse en las avispas, pero necesitaría un cambio cultural completo en el conocimiento de las avispas”.
”El primer paso en el camino hacia esto sería que los científicos apreciaran más a las avispas y proporcionaran la investigación requerida sobre su valor económico y social, lo que ayudará al público a comprender la importancia de las avispas”, añade.
Artículo científico de referencia:
‘Why we love bees and hate wasps’ Seirian Sumner Georgia Law Alessandro Cini Ecological Entomology First published: 19 September 2018
https://www.lavanguardia.com/natural/animaladas-videos/20180919/451907835717/imagen-avispas-papel-naturaleza-beneficios-estudio.html - Imagen de portada: Las avispas desempeñan un papel polinizador igual de importante que las abejas, lamentablemente no las valoramos igual (Ramon Nou Castell / Getty)