Contaminación en los océanos: Hallan microplásticos de pinturas, jabones y cosméticos en delfines
La humanidad vierte en
los mares de este planeta 200 kilos de plástico cada segundo (unos 8
millones de toneladas cada año), pudiendo llegar estas cantidades a
superar los 50 millones de toneladas anuales en 2020, según los últimos
estudios. Las consecuencias de ello son desastrosas, ya que su
translúcida apariencia hace que los peces y otras criaturas marinas los
confundan con jugosas medusas y acaban haciéndose adictos a ellos.
Elena Martínez Batalla
El mayor problema reside en la lenta biodegradación de estos componentes, que acaban desintegrándose en microplásticos, partículas de un tamaño inferior a cinco milímetros de diámetro que pueden conducir a graves bloqueos intestinales e incluso jugar un papel clave en la determinación del sexo de muchos organismos, entre otros.
Por ello, algunos países han prohibido recientemente el uso de microplásticos en campos como el de la cosmética. Y es que estas microesferas se encuentran en exfoliantes, detergentes, cremas o también en dentífricos, algo que saben bien los delfines mulares (Tursiops truncatus) de la Bahía de Sarasota (Florida, Estados Unidos), pues sus cuerpos están plagados de estas sustancias, según denota un nuevo estudio.
En concreto, el trabajo, publicado este mes de setiembre en la revista especializada American Geophysical Union, revela que los ftalatos, una clase común de aditivos químicos que se liberan en el agua durante la descomposición del plástico y se encuentran en pinturas y muchos de los productos dentro de nuestros hogares, también están presentes en el interior de estos mamíferos.
Para la elaboración del trabajo, los autores, investigadores del College of Charleston (Carolina del Sur, Estados Unidos) y de la Chicago Zoological Society (Chicago, Estados Unidos), analizaron la orina de estos animales y es aquí donde encontraron restos de ftalatos que, en alguno de los casos, los delfines habían ingerido hasta medio año antes.
Los científicos constataron que el 71 % de los delfines acumulaban estas substancias en su cuerpo, un porcentaje que les dejó boquiabiertos. Además, también quedaron sustancialmente sorprendidos por los altos niveles de metabolitos de ftalato detectados, que aseguran que son comparables a las concentraciones detectadas en personas.
Químicos peligrosos
Los ftalatos se liberan en el agua a medida que el plástico se descompone
A su juicio, esto es lo más surrealista de todo, pues los humanos están en contacto con los plásticos, los cosméticos y otras sustancias que contienen microplásticos de forma constante, algo que no debería ocurrir con los animales salvajes porque viven lejos de toda esta química.
Los delfines son animales longevos, lo que, sumado al hecho de que suelen frecuentar zonas urbanizadas, les convierte en una especie de indicadores del estado del medio ambiente. Por ello, los expertos aseguran que seguirán investigando en el campo a fin de ver cómo estos componentes pueden afectar a la salud de los delfines, pero también a la de las personas.
Estudios anteriores han reportado que la exposición a largo plazo de las ratas a los ftalatos induce al desarrollo de cáncer de hígado y afecta al aparato reproductor de estos roedores. Sin embargo, falta por ver cómo afectan estos compuestos también presentes en champús, jabones y mucho más, en el caso de los humanos.
Anteriormente, los ftalatos se usaban para la fabricación de chupetes y otros juguetes para los niños, si bien fueron prohibidos el siglo pasado para la elaboración de este tipo de productos por el riesgo que ello suponía. A día de hoy, además de para productos de cosmética e higiene personal, estos componentes se utilizan para que los plásticos sean más suaves y flexibles.
El mayor problema reside en la lenta biodegradación de estos componentes, que acaban desintegrándose en microplásticos, partículas de un tamaño inferior a cinco milímetros de diámetro que pueden conducir a graves bloqueos intestinales e incluso jugar un papel clave en la determinación del sexo de muchos organismos, entre otros.
Por ello, algunos países han prohibido recientemente el uso de microplásticos en campos como el de la cosmética. Y es que estas microesferas se encuentran en exfoliantes, detergentes, cremas o también en dentífricos, algo que saben bien los delfines mulares (Tursiops truncatus) de la Bahía de Sarasota (Florida, Estados Unidos), pues sus cuerpos están plagados de estas sustancias, según denota un nuevo estudio.
En concreto, el trabajo, publicado este mes de setiembre en la revista especializada American Geophysical Union, revela que los ftalatos, una clase común de aditivos químicos que se liberan en el agua durante la descomposición del plástico y se encuentran en pinturas y muchos de los productos dentro de nuestros hogares, también están presentes en el interior de estos mamíferos.
Para la elaboración del trabajo, los autores, investigadores del College of Charleston (Carolina del Sur, Estados Unidos) y de la Chicago Zoological Society (Chicago, Estados Unidos), analizaron la orina de estos animales y es aquí donde encontraron restos de ftalatos que, en alguno de los casos, los delfines habían ingerido hasta medio año antes.
Los científicos constataron que el 71 % de los delfines acumulaban estas substancias en su cuerpo, un porcentaje que les dejó boquiabiertos. Además, también quedaron sustancialmente sorprendidos por los altos niveles de metabolitos de ftalato detectados, que aseguran que son comparables a las concentraciones detectadas en personas.
Químicos peligrosos
Los ftalatos se liberan en el agua a medida que el plástico se descompone
A su juicio, esto es lo más surrealista de todo, pues los humanos están en contacto con los plásticos, los cosméticos y otras sustancias que contienen microplásticos de forma constante, algo que no debería ocurrir con los animales salvajes porque viven lejos de toda esta química.
Los delfines son animales longevos, lo que, sumado al hecho de que suelen frecuentar zonas urbanizadas, les convierte en una especie de indicadores del estado del medio ambiente. Por ello, los expertos aseguran que seguirán investigando en el campo a fin de ver cómo estos componentes pueden afectar a la salud de los delfines, pero también a la de las personas.
Estudios anteriores han reportado que la exposición a largo plazo de las ratas a los ftalatos induce al desarrollo de cáncer de hígado y afecta al aparato reproductor de estos roedores. Sin embargo, falta por ver cómo afectan estos compuestos también presentes en champús, jabones y mucho más, en el caso de los humanos.
Anteriormente, los ftalatos se usaban para la fabricación de chupetes y otros juguetes para los niños, si bien fueron prohibidos el siglo pasado para la elaboración de este tipo de productos por el riesgo que ello suponía. A día de hoy, además de para productos de cosmética e higiene personal, estos componentes se utilizan para que los plásticos sean más suaves y flexibles.
Artículo científico de referencia:
Hart, L. et al. Urinary Phthalate Metabolites in Common Bottlenose Dolphins (Tursiops truncatus) from Sarasota Bay, FL, USA. American Geophysical Union, 2018.
Fuente: lavanguardia-Natural - Grupo de ejemplares de delfín mular ('Tursiops truncatus') (Eigenes Werk)