Chile llega al 21 % de su territorio convertido en Parques y Reservas.
El martes pasado se oficializó la creación del Parque Patagonia, donado por Douglas Tompkins, con lo que el Estado ahora tendrá 15 millones de hectáreas protegidas. “¿Por qué estas tierras están mejor en manos del gobierno y no en las de privados? Desde el punto de vista de la equidad social no es bueno que, gran parte de una nación sea propiedad del sector rico de la sociedad. Es conocido a lo largo de la historia e incluso en Chile, que esto ha generado condiciones políticas y sociales que llevaron a conflictos civiles, explicó Douglas Tompkins, en 2014. Ese año anunció que donaría al Estado gran parte de los terrenos que adquirió.
Uno de ellos fue Parque Patagonia, en la Región de Aysén, predio que posee un total de 304.527 hectáreas (ha) que este martes fue declarado Parque Nacional, decreto aparecido en el Diario Oficial, por lo que se anexa a la red nacional. Con la integración de esos terrenos, el Estado ahora tiene en sus manos un total de 15.459.910 hectáreas, lo que equivale al 21% de la superficie nacional (75.695.000 ha) en la categoría de área silvestre protegida (puede ser parque, reserva o monumento). Tompkins falleció en diciembre de 2015 en un accidente en kayak.
El director de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), José Manuel Rebolledo, explica que la creación del Parque Patagonia “demuestra que iniciativas del ámbito público y del privado pueden transformarse en una acción de protección de los recursos naturales renovables y también de posibilidad de desarrollo local”. La autoridad recordó que el Parque Patagonia está formado por la donación de la exestancia Chacabuco, de 83.773 ha, además de que se sumaron las reservas Jeinimeni y Lago Cochrane para confirmar un territorio más amplio.
Al respecto, Carolina Morgado, presidenta de la Fundación Tompkins Conservation, afirmó que no se producirá una “coadminis- tración” de las áreas que fueron donadas al país, aunque sí existe un convenio de cooperación que incluye, en el caso del Parque Patagonia, de seguir a cargo del monitoreo de fauna, como los huemules. “Es muy importante aportar con nuestra experiencia”, dice.
Uno de ellos fue Parque Patagonia, en la Región de Aysén, predio que posee un total de 304.527 hectáreas (ha) que este martes fue declarado Parque Nacional, decreto aparecido en el Diario Oficial, por lo que se anexa a la red nacional. Con la integración de esos terrenos, el Estado ahora tiene en sus manos un total de 15.459.910 hectáreas, lo que equivale al 21% de la superficie nacional (75.695.000 ha) en la categoría de área silvestre protegida (puede ser parque, reserva o monumento). Tompkins falleció en diciembre de 2015 en un accidente en kayak.
El director de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), José Manuel Rebolledo, explica que la creación del Parque Patagonia “demuestra que iniciativas del ámbito público y del privado pueden transformarse en una acción de protección de los recursos naturales renovables y también de posibilidad de desarrollo local”. La autoridad recordó que el Parque Patagonia está formado por la donación de la exestancia Chacabuco, de 83.773 ha, además de que se sumaron las reservas Jeinimeni y Lago Cochrane para confirmar un territorio más amplio.
Al respecto, Carolina Morgado, presidenta de la Fundación Tompkins Conservation, afirmó que no se producirá una “coadminis- tración” de las áreas que fueron donadas al país, aunque sí existe un convenio de cooperación que incluye, en el caso del Parque Patagonia, de seguir a cargo del monitoreo de fauna, como los huemules. “Es muy importante aportar con nuestra experiencia”, dice.
Protección
¿Qué protección real tendrán los predios donados con su nuevo estatus? “Es valiosa la medida, pero vemos que hoy estos lugares a nivel nacional tienen grandes amenazas”, aclara Juan Armesto, académico en Ecología en la UC e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).
El experto identifica problemas: la llegada de turistas a esas áreas, que deterioran, lanzan basura y traen consigo especies invasoras como perros, gatos y semillas exóticas que restan espacio a lo nativo. A modo de ejemplo, señala que en la Reserva Los Ruiles (El Maule) quedan solo 45 ha de ese árbol nativo, “lo que hará que la especie vaya desapareciendo en un espacio tan pequeño”.
Añade que la degradación de estos sitios se da, entre otros factores, porque hay una baja presencia de personal de Conaf. “Hay parques ‘sobreprotegidos’, como Torres del Paine, pero otros prácticamente no tienen funcionarios dentro”, advierte, lo que lleva a la ocurrencia de incendios y extracción de flora y fauna.
Francisco Squeo, investigador del IEB y doctor en Biología, añade que solo la mitad de los parques poseen planes de manejo y un mínimo de ellos. “Es decir, muchos son parques de papel, lo que significa que son creados en el mapa, pero no hay medidas de control de amenazas”. Da como ejemplo el Parque Alberto de Agostini, en Magallanes, el que no tiene funcionarios de la Conaf, “aunque hay turismo de personas que recalan en yates y lanchas que recorren el lugar, sin supervisión”.
Fuente: ecosistemas.cl
¿Qué protección real tendrán los predios donados con su nuevo estatus? “Es valiosa la medida, pero vemos que hoy estos lugares a nivel nacional tienen grandes amenazas”, aclara Juan Armesto, académico en Ecología en la UC e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).
El experto identifica problemas: la llegada de turistas a esas áreas, que deterioran, lanzan basura y traen consigo especies invasoras como perros, gatos y semillas exóticas que restan espacio a lo nativo. A modo de ejemplo, señala que en la Reserva Los Ruiles (El Maule) quedan solo 45 ha de ese árbol nativo, “lo que hará que la especie vaya desapareciendo en un espacio tan pequeño”.
Añade que la degradación de estos sitios se da, entre otros factores, porque hay una baja presencia de personal de Conaf. “Hay parques ‘sobreprotegidos’, como Torres del Paine, pero otros prácticamente no tienen funcionarios dentro”, advierte, lo que lleva a la ocurrencia de incendios y extracción de flora y fauna.
Francisco Squeo, investigador del IEB y doctor en Biología, añade que solo la mitad de los parques poseen planes de manejo y un mínimo de ellos. “Es decir, muchos son parques de papel, lo que significa que son creados en el mapa, pero no hay medidas de control de amenazas”. Da como ejemplo el Parque Alberto de Agostini, en Magallanes, el que no tiene funcionarios de la Conaf, “aunque hay turismo de personas que recalan en yates y lanchas que recorren el lugar, sin supervisión”.
Fuente: ecosistemas.cl