Estudio muestra cómo el mar en la Patagonia se está “desalinizando” por el agua dulce del derretimiento de los glaciares
“Podría afectar a los organismos que viven en la superficie del mar”, advierte un informe de la Universidad Austral. La región de Aysén es la más damnificada por el fenómeno del freshening o “desalinización”.
En octubre de 2018, el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organismo dependiente de la ONU) envió un mensaje tajante al mundo: hay que aplicar medidas drásticas para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. El organismo advirtió, entre otros puntos, sobre los crecientes niveles del mar y el menguante hielo marino en el Ártico. Ese diagnóstico expuso una vez más la preocupación sobre el impacto del cambio climático en los océanos e impulsó a la comunidad científica a buscar respuestas que aporten claridad al tema.
En ese contexto, los especialistas del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) estudian una hipótesis concreta: el freshening o “desalinización” en la Patagonia. Este concepto es entendido como el ingreso de agua dulce a los océanos a causa del derretimiento de los glaciares.
“El fenómeno se da como consecuencia de un aumento de temperatura ocasionada por el cambio global. Pese a que es una anomalía en la que científicos de diversos países han puesto sus ojos, aún existe incertidumbre acerca de los efectos que habrá sobre los organismos que viven en la superficie del mar”, explica el informe de IDEAL.
Consultado por Qué Pasa, el Dr. José Luis Iriarte, líder de la investigación, profundiza en la idea: “El agua dulce de deshielo de glaciares tiene una química distinta al agua salada. Es hielo, pero trae ciertos elementos orgánicos e inorgánicos. El deshielo también acumula material terrígeno porque los glaciares están sobre el continente, lo cual puede generar condiciones de turbidez y tener consecuencias negativas con las microalgas que oxigenan el océano mediante la fotosíntesis. Sin embargo, estamos en fase de estudio y sería prematuro considerar a esta conclusión como definitiva”.
En contrapunto, el agua proveniente de los glaciares podría aportar carbono orgánico disuelto y nutrientes inorgánicos, ayudando al crecimiento de fitoplancton y produciendo más alimento en el sistema marino.
Por lo tanto, el verdadero resultado de la desalinización es todavía incierto. “Los reportes de IPCC en 2018 explican que un 30% del exceso de C02 sería mitigado por el océano. Esto evidencia la importancia de seguir estudiando el tema”, concluye Iriarte.
Aysén, la región más impactada
Los análisis de IDEAL incluyeron una prueba con boyas a la deriva, a cargo del Dr. Gonzalo Saldías, en un trabajo comparativo entre las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes.
Tras los datos recopilados en diversas campañas oceanográficas, los científicos han descubierto que la zona de la Patagonia más afectada por el freshening es el Golfo de Penas, ubicado en la región de Aysén.
“Podría deberse a los deshielos en los campos de hielo y las descargas del río Baker”, asegura el Dr. Saldías. “El cambio global podría estar afectando fuertemente el océano de la zona central de la Patagonia”, cierra.
Fuente La Tercera - ecosistemas
En octubre de 2018, el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organismo dependiente de la ONU) envió un mensaje tajante al mundo: hay que aplicar medidas drásticas para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. El organismo advirtió, entre otros puntos, sobre los crecientes niveles del mar y el menguante hielo marino en el Ártico. Ese diagnóstico expuso una vez más la preocupación sobre el impacto del cambio climático en los océanos e impulsó a la comunidad científica a buscar respuestas que aporten claridad al tema.
En ese contexto, los especialistas del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) estudian una hipótesis concreta: el freshening o “desalinización” en la Patagonia. Este concepto es entendido como el ingreso de agua dulce a los océanos a causa del derretimiento de los glaciares.
“El fenómeno se da como consecuencia de un aumento de temperatura ocasionada por el cambio global. Pese a que es una anomalía en la que científicos de diversos países han puesto sus ojos, aún existe incertidumbre acerca de los efectos que habrá sobre los organismos que viven en la superficie del mar”, explica el informe de IDEAL.
Consultado por Qué Pasa, el Dr. José Luis Iriarte, líder de la investigación, profundiza en la idea: “El agua dulce de deshielo de glaciares tiene una química distinta al agua salada. Es hielo, pero trae ciertos elementos orgánicos e inorgánicos. El deshielo también acumula material terrígeno porque los glaciares están sobre el continente, lo cual puede generar condiciones de turbidez y tener consecuencias negativas con las microalgas que oxigenan el océano mediante la fotosíntesis. Sin embargo, estamos en fase de estudio y sería prematuro considerar a esta conclusión como definitiva”.
En contrapunto, el agua proveniente de los glaciares podría aportar carbono orgánico disuelto y nutrientes inorgánicos, ayudando al crecimiento de fitoplancton y produciendo más alimento en el sistema marino.
Por lo tanto, el verdadero resultado de la desalinización es todavía incierto. “Los reportes de IPCC en 2018 explican que un 30% del exceso de C02 sería mitigado por el océano. Esto evidencia la importancia de seguir estudiando el tema”, concluye Iriarte.
Aysén, la región más impactada
Los análisis de IDEAL incluyeron una prueba con boyas a la deriva, a cargo del Dr. Gonzalo Saldías, en un trabajo comparativo entre las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes.
Tras los datos recopilados en diversas campañas oceanográficas, los científicos han descubierto que la zona de la Patagonia más afectada por el freshening es el Golfo de Penas, ubicado en la región de Aysén.
“Podría deberse a los deshielos en los campos de hielo y las descargas del río Baker”, asegura el Dr. Saldías. “El cambio global podría estar afectando fuertemente el océano de la zona central de la Patagonia”, cierra.
Fuente La Tercera - ecosistemas