Los fundamentos y orígenes de la ecología profunda
“La ecología profunda es una guía filosófica y práctica que se opone a la destrucción de la naturaleza por el materialismo y el consumismo. Sostiene que la humanidad debe cambiar su perjudicial estilo de vida o se destruirá a sí misma, al Medio Ambiente y al resto de seres vivos.”
Una filosofía de vida
Algunos activistas ya apoyan la filosofía de la ecología profunda y la utilizan como una base para el cambio. Como guía para el crecimiento personal, la ecología profunda invita a cada individuo a relacionarse e identificarse con todas las criaturas vivientes. De esa manera no solo se estará protegiendo a otras especies y ecosistemas, sino que mediante la práctica consiente de la ecología profunda, el ser humano podría salvarse a sí mismo, dado que ningún ser vivo puede considerarse como un objeto aislado, sino que todos y cada uno forman parte de la Naturaleza.
Esta filosofía se opone a la explotación y destrucción del mundo natural y brega por minimizar el impacto humano, apelando a la premisa de que, si no se cambian nuestros valores y costumbres básicas se seguirá destruyendo la biodiversidad e indirectamente a la humanidad.
Arne Naess
La ecología profunda está asociada principalmente con el filósofo noruego Arne Naess (1912 - 2009) y la calificación de “profunda” se refiere a un cuestionamiento fundamental de las actitudes humanas hacia la Naturaleza.La ecología profunda surge en el mundo anglosajón como corriente filosófica a finales de los años sesenta, vinculada con la revolución ecologista y los movimientos contraculturales de la época. Según el propio Naess, creador del término, la ecología profunda o de amplio alcance (deep, long-range ecology) se distingue de la ecología superficial o de corto alcance (shallow, short-range ecology) en un cuestionamiento más hondo de las causas y fundamentos de la crisis ecológica. Partiendo del reconocimiento del valor inherente de la diversidad ecológica y cultural de todos los seres vivos, su enfoque no se limita a aquello que pone en peligro el bienestar o la supervivencia de la especie humana. La ecología profunda declara la interdependencia fundamental entre todos los fenómenos y el hecho de que, como individuos y como sociedades, estamos inmersos en (y finalmente dependientes de) los procesos cíclicos de la naturaleza. Implica, pues, una visión holística o ecocéntrica compartida por muchas tradiciones espirituales de Oriente y Occidente.
Pero más allá de consideraciones místicas, según el físico teórico Fritjof Capra, uno de sus más célebres seguidores, el marco conceptual de la ecología profunda es coherente con los descubrimientos científicos del s. XX, que, sin pretender ofrecer una comprensión completa y definitiva de las leyes naturales, han socavado los pilares de la mecánica newtoniana y el paradigma cartesiano que impregnan la economía, la sociedad y la cultura. Capra advierte que “las distintas facetas de la crisis son facetas de una misma crisis de percepción”, “de una visión del mundo como un sistema mecánico compuesto de piezas, del cuerpo humano como una máquina y de la vida en sociedad como una lucha competitiva por la existencia”, perspectivas ya superadas por el ecologismo y la vanguardia científica.
Los ocho principios de la ecología profunda
Naess y sus colegas propusieron ocho principios para formar la base del pensamiento de la ecología profunda. Su intención era que estos pilares fueran universales, sin distinción de filosofías, políticas o religiones.
1. Todas las criaturas en la Tierra tienen su propio valor intrínseco.
2. La diversidad de los seres vivos, desde el más simple al más complejo, contribuye a la riqueza de la vida.
3. Los seres humanos deben utilizar a otros seres, sólo para satisfacer sus necesidades más básicas.
4. La salud y supervivencia de los no humanos depende de la disminución del número de seres humanos.
5. La interferencia humana con el mundo y su Medio Ambiente es excesiva y tiende a empeorar.
6. La política humana (economía, tecnología e ideología) debe cambiar radicalmente.
7. La calidad de vida es más importante que el nivel de vida.
8. Todo ser humano que cree en estos puntos debe trabajar por el cambio. Dado que la gran mayoría de las personas desconocen la existencia o ignoran los principios de la ecología profunda, muchos la han clasificado como una filosofía “fallida” o ineficaz para proteger la vida y el Medio Ambiente.
Fuente: Energias Renovables