España: El agua amenazada por la fractura hidráulica
Alrededor del 80 por ciento de los permisos en el Estado español
se encuentra sobre acuíferos.
La fractura hidráulica, técnica de extracción de gases no convencionales del subsuelo, amenaza los acuíferos de una gran parte del Estado español. Cerca del 80 por ciento de los permisos se localizan sobre acuíferos conocidos, muchos de ellos especialmente sensibles a la contaminación. Así lo demuestra Ecologistas en Acción en una investigación presentada en vísperas de una votación del Parlamento Europeo sobre esa técnica.
En los últimos meses, tanto los gobiernos autonómicos como el central han concedido numerosos permisos de investigación para la fractura hidráulica en diferentes lugares del Estado. La fractura hidráulica, o fracking, consiste en la utilización de agua a presión mezclada con productos químicos, que se introduce en el subsuelo con el fin de fracturar los estratos rocosos profundos, y así liberar los gases en su interior. Esta técnica entraña serios riesgos para la salud y el medio ambiente, entre los que se encuentra la contaminación de las aguas de los acuíferos a causa de los productos químicos altamente contaminantes utilizados.
En el informe elaborado por Ecologistas en Acción se ha comprobado que alrededor del 80% de los permisos de investigación solicitados o concedidos se localizan sobre acuíferos conocidos. Además, más de la mitad de los acuíferos afectados son de tipo calcáreo o carbonatado, que resultan especialmente sensibles a la contaminación por los productos químicos que contiene el fluido utilizado en el fracking.
Actualmente más de 30% de la población española (14 millones de personas) se abastece de acuíferos. Se da la circunstancia de que existen numerosos municipios en las zonas donde se pretende llevar a cabo la extracción de gas mediante fracking que se abastecen directamente del agua de los acuíferos que podrían verse contaminados de manera irreversible por el empleo de esta técnica, suponiendo un grave riesgo para la salud de las personas.
Entre las áreas más vulnerables se encuentran entre otras la cabecera del Ebro. Algunos permisos de investigación afectan directamente a parajes de gran interés natural, como por ejemplo las Lagunas de Ruidera, en Ciudad Real, o las Merindades en Burgos, con el consiguiente daño ambiental a los ecosistemas acuáticos.
Por todo ello, Ecologistas en Acción ha remitido el informe elaborado a los ministros de Industria y Medio Ambiente, a los presidentes de las Confederaciones Hidrográficas, a los gobiernos regionales, y a todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados. La organización solicita que se deroguen todos los permisos de investigación concedidos que se sitúen sobre acuíferos y que no se autoricen nuevos permisos en esas zonas, dado el grave riesgo que supone para la salud y para la preservación del medio natural.
El informe se hace público un día antes de que el Parlamento Europeo someta a votación dos informes clave, pero contradictorios. El primero de los informes ha sido aprobado en la comisión de Medio Ambiente del Parlamento y se hace eco de los preocupantes impactos ambientales, climáticos y para la salud que conlleva la técnica de la fractura hidráulica. El segundo, claramente influido por el potente lobby industrial, ha sido aprobado en la Comisión de Industria y Energía y frivoliza sobre los impactos, magnifica los beneficios económicos que esta actividad traería y presenta engañosamente al gas de esquisto como una fuente de energía limpia. Ecologistas en Acción, ha pedido a los eurodiputados españoles su apoyo al primero y su rechazo. Por encima de todo, la organización ecologista ha solicitado a los eurodiputados una moratoria a nivel europeo para esta actividad.