Uso de antibióticos en salmones se dispara: en Chile se usa hasta 5.000% más que en Noruega
Por LEONARDO CÁRDENAS
En 2013 se reflejó una fuerte alza en el uso de medicamentos, lo que apunta a hacer frente al SRS, enfermedad que afecta a los peces y que genera pérdidas por US$100 millones al año. Es una de las críticas más recurrentes a la industria salmonera en Chile: el uso de antibióticos. Y los noruegos -los archirrivales de las compañías locales- ya hicieron ver la sostenida alza en el uso de este tipo de medicamentos.
De hecho, en su reporte de sustentabilidad, la empresa Cermaq informó que en su filial en Chile utiliza 230 gramos de antibióticos por cada tonelada de salmón producido, mientras que en Noruega a penas 4,4 gramos por cada tonelada. Una diferencia de 5.000%.
Suma y sigue. La mayor productora salmonera del mundo, la también noruega Marine Harvest, informó que su filial en Chile presenta índices de uso de antibióticos muy superiores al promedio de sus otras compañías en Noruega, Escocia, Islas Faroe, Irlanda y Canadá: 150 gramos de antibiótico por cada tonelada producida. Esto, en circunstancias que el promedio de sus filiales no alcanza los 50 gramos.
“El uso de antibióticos contra las infecciones bacterianas rompió la tendencia de los últimos años”, sostuvo Marine Harvest en su último reporte.
Todo para hacerle frente al Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS), una bacteria que ataca el riñón de los peces, generando llagas en su piel y luego su muerte.
Según cifras de la industria, la enfermedad, que sólo se ha manifestado en nuestro país, provocó pérdidas por más de US$100 millones durante 2013.
Esto último debido a que las mortalidades por SRS están asociadas a ciclos avanzados de producción, lo que hace que la enfermedad golpee de manera más fuerte a las empresas en comparación a otras.
El tema es preocupante, admiten ejecutivos de la industria. De hecho, Cermaq sostuvo en su informe de sustentabilidad que “el uso de antibióticos aumentó en 2013 como resultado del incremento en el número de brotes de enfermedades de SRS en Chile”.
Un informe de abril de este año del Servicio Nacional de Pesca, revela que “durante el año 2013 se produjo un aumento en las cantidades de antimicrobianos usados respecto al periodo 2009-2011, lo que es posible atribuir a la mayor biomasa mantenida en cultivo”.
Ya en 2009, la industria salmonera chilena se vio envuelta en una crisis luego que se revelara (con publicaciones incluso en el New York Times) sobre el alto uso de antibióticos frente a sus pares noruegos. De hecho, en aquella ocasión, cadenas de supermercados en EEUU como Safeway y Wal-Mart redujeron las compras de salmón chileno debido a preocupaciones por las enfermedades.
Hoy, el director ejecutivo de la ONG Oceana, Alex Muñoz, sostiene que la situación es alarmante. “El uso masivo de antibióticos que se hace en Chile es muy perjudicial y puede significar un problema de salud pública, porque hay ciertas enfermedades que quedarán sin tratamiento, como lo declara la OMS (Organización Mundial de Salud)”, afirma Muñoz.
El directivo hace referencia a un estudio de la OMS que señala que las superbacterias que evaden antibióticos son una amenaza real para la población. Según la organización, la resistencia a los medicamentos es provocada por un mal y excesivo uso de los antibióticos, que alienta a las bacterias a desarrollar nuevas formas de superarlos.
Para los críticos, el mayor uso de antibióticos se debe al hacinamiento que hay en las jaulas en que se mantienen a los peces para luego ser cosechados.
LAS MIRADAS Según Alex Muñoz, las empresas salmoneras chilenas, para lograr pasar las barreras sanitarias de mercados tan exigentes como el norteamericano, hacen uso de un período de carencia. Es decir, en los últimos meses o semanas de vida del salmón le dejan de suministrar antibióticos a los peces, quedando sin trazas de estos medicamentos.
¿Qué hacer? El CEO de Cermaq Chile Francisco Miranda precisa que el SRS es una enfermedad que sólo se encuentra en Chile.
“Cualquier iniciativa en contra de esta enfermedad la tenemos que hacer las empresas chilenas, porque ninguna compañía farmacológica que tenga interés en Noruega podría actuar aquí”, destaca el ejecutivo.
A la fecha, dos son los proyectos que apuntan a una solución. El Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal) explora algunas alternativas y, por otro lado, los miembros chilenos del Global Salmon Initiative (GSI) trabajan en esta senda.
“Estamos lidiando con una bacteria muy distinta a la que teníamos hace seis años atrás. Es por eso que las vacunas tienen poco efecto hoy. Pero si comparas los números de nosotros con los de la industria son muchísimo más bajos”, remata Miranda, de Cermaq Chile.
Por su parte, desde SalmonChile, el gremio que agrupa a la industria, defienden el uso de antibióticos si es necesario para prevenir las enfermedades bacterianas, mientras se trabaja en el desarrollo de vacunas para hacer frente a las enfermedades.
“Es muy importante que se consuma el pescado autorizado, porque cuando no es así existe el riesgo de desconocer el origen. No obstante, lo que producen las empresas no tiene ninguna traza de antibióticos, por lo tanto, se descarta totalmente cualquier daño por el consumo a las personas”, asegura Felipe Sandoval, presidente de SalmonChile.
Por su parte, el jefe del Departamento de Acuicultura de la Subsecretaría de Pesca, José Miguel Burgos, si bien reconoce que el uso de antibióticos en Chile es “excesivamente” alto, también dice que no hay riesgos para las personas. Precisa que “hay rigurosos procesos” en la fiscalización y que se trabaja para reducir el uso de estos medicamentos.
De hecho, en su reporte de sustentabilidad, la empresa Cermaq informó que en su filial en Chile utiliza 230 gramos de antibióticos por cada tonelada de salmón producido, mientras que en Noruega a penas 4,4 gramos por cada tonelada. Una diferencia de 5.000%.
Suma y sigue. La mayor productora salmonera del mundo, la también noruega Marine Harvest, informó que su filial en Chile presenta índices de uso de antibióticos muy superiores al promedio de sus otras compañías en Noruega, Escocia, Islas Faroe, Irlanda y Canadá: 150 gramos de antibiótico por cada tonelada producida. Esto, en circunstancias que el promedio de sus filiales no alcanza los 50 gramos.
“El uso de antibióticos contra las infecciones bacterianas rompió la tendencia de los últimos años”, sostuvo Marine Harvest en su último reporte.
Todo para hacerle frente al Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS), una bacteria que ataca el riñón de los peces, generando llagas en su piel y luego su muerte.
Según cifras de la industria, la enfermedad, que sólo se ha manifestado en nuestro país, provocó pérdidas por más de US$100 millones durante 2013.
Esto último debido a que las mortalidades por SRS están asociadas a ciclos avanzados de producción, lo que hace que la enfermedad golpee de manera más fuerte a las empresas en comparación a otras.
El tema es preocupante, admiten ejecutivos de la industria. De hecho, Cermaq sostuvo en su informe de sustentabilidad que “el uso de antibióticos aumentó en 2013 como resultado del incremento en el número de brotes de enfermedades de SRS en Chile”.
Un informe de abril de este año del Servicio Nacional de Pesca, revela que “durante el año 2013 se produjo un aumento en las cantidades de antimicrobianos usados respecto al periodo 2009-2011, lo que es posible atribuir a la mayor biomasa mantenida en cultivo”.
Ya en 2009, la industria salmonera chilena se vio envuelta en una crisis luego que se revelara (con publicaciones incluso en el New York Times) sobre el alto uso de antibióticos frente a sus pares noruegos. De hecho, en aquella ocasión, cadenas de supermercados en EEUU como Safeway y Wal-Mart redujeron las compras de salmón chileno debido a preocupaciones por las enfermedades.
Hoy, el director ejecutivo de la ONG Oceana, Alex Muñoz, sostiene que la situación es alarmante. “El uso masivo de antibióticos que se hace en Chile es muy perjudicial y puede significar un problema de salud pública, porque hay ciertas enfermedades que quedarán sin tratamiento, como lo declara la OMS (Organización Mundial de Salud)”, afirma Muñoz.
El directivo hace referencia a un estudio de la OMS que señala que las superbacterias que evaden antibióticos son una amenaza real para la población. Según la organización, la resistencia a los medicamentos es provocada por un mal y excesivo uso de los antibióticos, que alienta a las bacterias a desarrollar nuevas formas de superarlos.
Para los críticos, el mayor uso de antibióticos se debe al hacinamiento que hay en las jaulas en que se mantienen a los peces para luego ser cosechados.
LAS MIRADAS Según Alex Muñoz, las empresas salmoneras chilenas, para lograr pasar las barreras sanitarias de mercados tan exigentes como el norteamericano, hacen uso de un período de carencia. Es decir, en los últimos meses o semanas de vida del salmón le dejan de suministrar antibióticos a los peces, quedando sin trazas de estos medicamentos.
¿Qué hacer? El CEO de Cermaq Chile Francisco Miranda precisa que el SRS es una enfermedad que sólo se encuentra en Chile.
“Cualquier iniciativa en contra de esta enfermedad la tenemos que hacer las empresas chilenas, porque ninguna compañía farmacológica que tenga interés en Noruega podría actuar aquí”, destaca el ejecutivo.
A la fecha, dos son los proyectos que apuntan a una solución. El Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal) explora algunas alternativas y, por otro lado, los miembros chilenos del Global Salmon Initiative (GSI) trabajan en esta senda.
“Estamos lidiando con una bacteria muy distinta a la que teníamos hace seis años atrás. Es por eso que las vacunas tienen poco efecto hoy. Pero si comparas los números de nosotros con los de la industria son muchísimo más bajos”, remata Miranda, de Cermaq Chile.
Por su parte, desde SalmonChile, el gremio que agrupa a la industria, defienden el uso de antibióticos si es necesario para prevenir las enfermedades bacterianas, mientras se trabaja en el desarrollo de vacunas para hacer frente a las enfermedades.
“Es muy importante que se consuma el pescado autorizado, porque cuando no es así existe el riesgo de desconocer el origen. No obstante, lo que producen las empresas no tiene ninguna traza de antibióticos, por lo tanto, se descarta totalmente cualquier daño por el consumo a las personas”, asegura Felipe Sandoval, presidente de SalmonChile.
Por su parte, el jefe del Departamento de Acuicultura de la Subsecretaría de Pesca, José Miguel Burgos, si bien reconoce que el uso de antibióticos en Chile es “excesivamente” alto, también dice que no hay riesgos para las personas. Precisa que “hay rigurosos procesos” en la fiscalización y que se trabaja para reducir el uso de estos medicamentos.
FUENTE: Pulso.cl