Impactos y riesgos del herbicida 2,4D
Por Lars Neumeister
Este es un tema que recobra importancia, dado que se alistan nuevos cultivos transgénicos resistentes a este herbicida. Este informe identifica varias fallas en la evaluación actual (y en curso) del herbicida 2,4-D. Fallas realmente preocupantes. Las dioxinas y los furanos son carcinógenos humanos; disruptores endocrinos; permanecen en el ambiente y se acumulan en la cadena alimenticia. Boletín N° 567 de la RALLT
El herbicida 2,4-D es uno de los pesticidas sintéticos más antiguos. Salió al mercado en los años cuarenta y se convirtió tristemente célebre gracias a que formaba parte del compuesto químico defoliante “Agente Naranja” en la guerra de Vietnam. 2,4-D es hasta el día de hoy, utilizado ampliamente alrededor del mundo.
En el 2011, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos recibió una propuesta de uno de los mayores productores del 2,4-D, la empresa DowAgroSciences referente a los granos de soya y maíz que han sido modificados genéticamente para tolerar el 2,4-D y otros herbicidas. Estas plantas modificadas han sido propuestas como una solución contra las “supermalezas” que se han vuelto resistentes al herbicida glifosato.
Esta propuesta, especialmente sobre los granos de soya, puede incrementar tremendamente el uso de 2,4-D y consecuentemente incrementar los efectos adversos en la salud humana y el ambiente. Este informe identifica varias fallas en la evaluación actual (y en curso) del herbicida 2,4-D:
- No es claro si los productos 2,4-D contienen o no impurezas de dioxinas y furanos altamente tóxicos y de ser así, en qué medida,
- La absorción dérmica ha sido muy subestimada e incluso desconocida para el caso de los ésteres usados ampliamente, lo que conduce ana subestimación de la exposición de los usuarios de 2,4-D.
Estas fallas son realmente preocupantes. Las dioxinas y los furanos son carcinógenos humanos; disruptores endocrinos; permanecen en el ambiente y se acumulan en la cadena alimenticia.
Este informe no es exhaustivo, existen miles de estudios sobre el herbicida 2,4-D; muchos de ellos han sido escritos por los científicos de las compañías que los producen no han sido financiados por dichas compañías.
Este hecho causa una gran confusión porque podría asumirse que el interés económico conduce a que se produzca un sesgo hacia las publicaciones que no muestran efectos negativos. En consecuencia, esta confusión organizada hace imposible juzgar las propiedades carcinógenas de 2,4-D. Sin embargo si los productos que contienen 2,4-D presentan impurezas de dioxina, pueden ser considerados al menos como “posibles carcinógenos” y también disruptores endocrinos, por lo que causarían potenciales efectos negativos en la reproducción.
Riesgos del Herbicida 2,4-D:
http://www.biodiversidadla.org/Objetos_Relacionados/Riesgos_del_Herbicida_2_4D
Biodiversidad en América Latina y el Caribe http://www.biodiversidadla.org/
Este es un tema que recobra importancia, dado que se alistan nuevos cultivos transgénicos resistentes a este herbicida. Este informe identifica varias fallas en la evaluación actual (y en curso) del herbicida 2,4-D. Fallas realmente preocupantes. Las dioxinas y los furanos son carcinógenos humanos; disruptores endocrinos; permanecen en el ambiente y se acumulan en la cadena alimenticia. Boletín N° 567 de la RALLT
El herbicida 2,4-D es uno de los pesticidas sintéticos más antiguos. Salió al mercado en los años cuarenta y se convirtió tristemente célebre gracias a que formaba parte del compuesto químico defoliante “Agente Naranja” en la guerra de Vietnam. 2,4-D es hasta el día de hoy, utilizado ampliamente alrededor del mundo.
En el 2011, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos recibió una propuesta de uno de los mayores productores del 2,4-D, la empresa DowAgroSciences referente a los granos de soya y maíz que han sido modificados genéticamente para tolerar el 2,4-D y otros herbicidas. Estas plantas modificadas han sido propuestas como una solución contra las “supermalezas” que se han vuelto resistentes al herbicida glifosato.
Esta propuesta, especialmente sobre los granos de soya, puede incrementar tremendamente el uso de 2,4-D y consecuentemente incrementar los efectos adversos en la salud humana y el ambiente. Este informe identifica varias fallas en la evaluación actual (y en curso) del herbicida 2,4-D:
- No es claro si los productos 2,4-D contienen o no impurezas de dioxinas y furanos altamente tóxicos y de ser así, en qué medida,
- La absorción dérmica ha sido muy subestimada e incluso desconocida para el caso de los ésteres usados ampliamente, lo que conduce ana subestimación de la exposición de los usuarios de 2,4-D.
Estas fallas son realmente preocupantes. Las dioxinas y los furanos son carcinógenos humanos; disruptores endocrinos; permanecen en el ambiente y se acumulan en la cadena alimenticia.
Este informe no es exhaustivo, existen miles de estudios sobre el herbicida 2,4-D; muchos de ellos han sido escritos por los científicos de las compañías que los producen no han sido financiados por dichas compañías.
Este hecho causa una gran confusión porque podría asumirse que el interés económico conduce a que se produzca un sesgo hacia las publicaciones que no muestran efectos negativos. En consecuencia, esta confusión organizada hace imposible juzgar las propiedades carcinógenas de 2,4-D. Sin embargo si los productos que contienen 2,4-D presentan impurezas de dioxina, pueden ser considerados al menos como “posibles carcinógenos” y también disruptores endocrinos, por lo que causarían potenciales efectos negativos en la reproducción.
Riesgos del Herbicida 2,4-D:
http://www.biodiversidadla.org/Objetos_Relacionados/Riesgos_del_Herbicida_2_4D
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