El país más feliz del mundo...

El informe anual sobre felicidad de la ONU publicado en marzo de 2018, constata un año más que los factores determinantes para determinar la felicidad y el bienestar siguen siendo tener la tripa llena, una buena esperanza de vida, apoyo de una comunidad, libertad para tomar decisiones, libertad contra la corrupción y “generosidad”. Esas, más alguna velada agradable y unos rayos de sol de tanto en tanto, son las bases de la felicidad en todo el mundo. La guerra, la carencia de lo más básico —desde un váter a algo de comer—, la mortalidad infantil y la necesidad de migrar son las circunstancias que llevan a una sociedad a los niveles más bajos de felicidad.

Quizá la felicidad resida en no buscarla, o está en la solapa de un libro de Paulo Coelho. Quizá esté en la canción de un Marvin Gaye en estado de gracia o en desconocer absolutamente quién es Marvin Gaye. Lo que es seguro es que el sol, por sí solo, no da la felicidad. De hecho, los fríos datos dicen lo contrario: los países más fríos del mundo son los más felices. Cuestión de necesidades materiales cubiertas.
Entre los ocho países en los que la población es más infeliz hay nueve africanos y Haití. Burundi y República Centroafricana, en los últimos puestos del ránking –de 156 países– coinciden en una circunstancia: la esperanza de vida es baja. Pero países como Lesotho o Costa de Marfil, pese a tener expectativas similares en ese capítulo —marcado, definitivamente, por la mortalidad infantil y materna— se encuentran por delante en el cómputo de países felices porque sus poblaciones responden positivamente a las preguntas sobre el apoyo de las redes familiares y de amistad.
Finlandia es el ‘top uno’: sus sistemas públicos, la estabilidad de sus administraciones, el reparto de su riqueza, sus niveles educativos, etc. la convierten en número uno a costa de Noruega. Trece de los veinte países más felices en la clasificación son europeos. Pero no hay ninguno del sur de Europa.
España se encuentra en el puesto 36: sus niveles de “libertad para tomar decisiones” le lastran en una clasificación en la que tanto por PIB per cápita como por apoyo social y esperanza de vida está en niveles superiores a los de países más arriba en la clasificación como Argentina (29), Guatemala (30) o Malasia (35). ¿Hay una distorsión en las informaciones que generan el ránking? La ONU introduce un corrector llamado “distopía” con el que equilibra la percepción de cada una de las encuestas nacionales —realizadas por Gallup— con las que se recopilan los datos en relación con los niveles generales de los 156 países agregados.
Los países del sur de Europa han vivido un bajón en la clasificación provocada por la crisis. En los últimos años, España ha caído en una décima en sus niveles de felicidad. Tampoco los italianos son más felices que hace cuatro años (-0,489), ni los griegos (-0,581) ni los franceses (-0,208). En el progreso o “la buena dirección” hacia la felicidad están Togo, Letonia, Bulgaria, Sierra Leona y Serbia. Los países con peor progreso son Venezuela, Malawi, Siria, Ucrania y Yemen.
El baremo también mide los países en los que es más feliz la población migrante o no autóctona. De nuevo, Finlandia y el resto de países nórdicos son los primeros en la lista. España está, de nuevo, en la posición 36. Cierra este ranking Siria, el país más hostil para las personas nacidas fuera de sus fronteras.
Quizá no sea el momento de mudarse a Finlandia en busca de la felicidad. Lo principal, como resumen los autores del informe, es que la felicidad no es un bien escaso, sino una construcción política. Es alcanzable y, aunque solo la sintamos en momentos determinados, las condiciones materiales del lugar en el que hemos nacido nos lo pone más fácil.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/vivir/el-pais-mas-feliz-del-mundo-no-es-espana

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