La tentación argentina por el método Facebook-Cambridge Analytica

La compañía británica Cambridge Analytica, que trabajó en favor de la candidatura de Donald Trump y ha sido cuestionada por cientos de campañas sucias, también habría buscado influir en los comicios en Argentina, donde su gobierno acaba de poner en funcionamiento la Unidad de Opinión Pública para “monitorear” la gestión gubernamental y “recabar información” de los ciudadanos.

Aram Aharonian

La tentación de macrismo de usar los mismos métodos de Trump son muy grandes, m á xime cu a ndo un informe de Amnistía Internacional sacó a la luz los ciberataques contra todo aquel que critique o tenga un discurso distinto a las políticas de Cambiemos, el partido del presidente Mauricio Macri: “El ataque a posiciones críticas amenaza la libre circulación de información, ideas y opiniones y viola la libertad de expresión”
El informe indica que personas defensoras de los derechos humanos y periodistas sufren “acoso serial” desde cuentas en las redes sociales vinculadas con el Gobierno. El objetivo, “no solo (consiste en) descalificar a los objetos directos de la agresión”, sino que también sirve “como un dispositivo de disciplinamiento del resto de la sociedad, que es disuadida de poner en circulación opiniones e ideas que provocan el acto reflejo del hostigamiento en las redes”.
En los ataques en las redes se usan varios métodos, como el uso de los troles (cuentas cuyo registro violento bloquea el debate y desvía la conversación), bots (programas robots, cuentas parcial o totalmente automatizadas en sus interacciones) y la difusión de información falsa (fake news). Tras la creación de la Unidad de Opinión Pública, no serí a descartable que se intente poner en marcha un plan similar al de Cambridge Analytica.
En la emisión de un programa especial de Chanel 4, del Reino Unido, se mencionó a Argentina como uno de los lugares donde se realizaron esas operaciones. Durante el informe televisivo se señaló que “en las reuniones, los ejecutivos se jactaron de que Cambridge Analytica y su empresa matriz Strategic Communications Laboratories (SCL) habían trabajado en más de 200 elecciones en todo el mundo, incluidas las de Nigeria, Kenia, República Checa, India y Argentina”.
La investigación es irresistible para la prensa la tecnológica: una pequeña empresa de origen británico con una herramienta demográfica capaz de segmentar los mensajes a los electores individualmente pudo ser instrumental, no sólo en la victoria de Donald Trump en EEUU, sino previamente en la campaña del Brexit en el Reino Unido.
Su tecnología le permitió crear un perfil psicológico personalizado de los votantes para ajustar los mensajes de la campaña exactamente a sus intereses y gustos particulares, proporcionando así el margen clave para estas sensacionales victorias.
Los servicios de la empresa sirvieron para identificar partidarios, persuadir a votantes indecisos y fomentar la participación electoral. Además permitieron que el candidato obtuviese más dinero en pequeñas donaciones que ningún otro político republicano en la historia.
Este perfil, basado en el modelo de los cinco grandes de clasificación psicológica de personalidades o modelo Oce an (1), permitiría al candidato ajustar los mensajes electorales a los intereses y gustos de cada individuo. Entre los objetivos: convencer a los indecisos y desanimar a votantes potenciales del adversario de ir a las urnas.
Según Alexander Nix, hasta ahora accionista y principal ejecutivo de CA y SCL, casi todos los mensajes emitidos por Trump se basaban en datos y estaban dirigidos a bloques específicos de electores: su aparente dispersión no era sino un cuidadoso reparto personalizado para persuadir.
Los perfiles
El académico Aleksandr Kogan y su empresa Global Science Research crearon una aplicación llamada thisisyourdigitallife en 2014. Sus usuarios fueron pagados para que realizaran una prueba psicológica en forma de un cuestionario. La aplicación recopiló sus datos y también reunió información sobre sus amigos en Facebook.
Debido a que 270.000 personas participaron en el cuestionario, los datos de unos 50 millones de usuarios, principalmente en EE.UU., fueron supuestamente “cosechados” sin su consentimiento explícito a través de sus redes de amigos. Luego, Kogan compartió los datos con Cambridge Analytica, lo que le permitió desarrollar un software para ayudar a influir en las elecciones, de acuerdo con Christopher Wylie, exempleado de la empresa.
Alexander Nix , accionista y CEO de ambas firmas, de 42 años, se crió en el barrio londinense de Notting Hill y estudio Historia del Arte en la Universidad de Manchester. Su carrera en los negocios arrancó en México, como analista financiero de Baring Securities. En 2003 comenzó a trabajar en SCL, casa matriz de CA y vivió en la Argentina en 1998, donde participó en la fundación de una empresa de administración de servicios al cliente, según reveló el diario Clarín.
SCL tiene una filial en la Argentina, en Arenales 951 del barrio porteño de Retiro, aunque no está inscripta en ningún registro. Allí está basada Blacksoil, una conocida firma de productos agrícolas que dirige Lucas Talamoni Grether, amigo de Nix a través del polo. Ambos fundaron el equipo Libertines, en la copa Eduardo Moore de la Royal County of Berkshire Polo Club, cerca de Windsor, Gran Bretaña.
Gracias a este deporte conoció al polista Juan Pepa, con quien fundó Rubirosa Ltd., una empresa con sede en Londres. Nix apadrina la Fundación Pro Alvear, una iniciativa de la familia Pepa para el desarrollo educativo, económico y social de Intendente Alvear y otras localidades de La Pampa. Mauricio Macri la ha visitado cuando todavía era jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
El analista Eduardo Febbro, en El liberalismo coloniza en la red, señala que no cabe ni la más remota duda de que en la Argentina, Facebook ha servido y sirve con los mismos fines al liberalismo gobernante.
“El primer acto de resistencia moral y política de un progresista digno del siglo XXI consistiría en cerrar inmediatamente su cuenta en Facebook. Esto, sin embargo, parece ser más arduo que obligar a los directivos de la red social a ser más responsables. Estamos ante una alianza liberal ultra conservadora pactada entre sectores políticos y compañías tecnológicas. Es una guerra ideológica sin bombas y debemos dejar de ser los corderos inocentes que contribuyen a las victorias de sus verdugos”, añade.
Controlar la opinión pública
En medio de las denuncias sobre el comportamiento de los trolls y las campañas de fake news (información falsa) en las redes sociales contra las posiciones críticas al gobierno y el escándalo por las filtraciones de datos personales de Facebook, que involucraría también a la Argentina, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sumó a su órbita nuevos recursos para medir y controlar la opinión pública.
El funcionario creó la Unidad de Opinión Pública para “monitorear” la gestión del Gobierno y “recabar información” de los ciudadanos. El organismo, que será disuelto después de las elecciones presidenciales del año que viene, tiene como objetivo "elaborar un plan de seguimiento de la opinión pública que permita monitorear la gestión del Gobierno y conocer las demandas de la población como insumo para el diseño y la implementación de las políticas públicas".
De la propaganda militar a la influencia electoral
Cambridge Analytica es la presencia estadounidense del grupo británico SCL (Strategic Communications Laboratory) dedicado a la llamada propaganda militar que se presenta como " una agencia global de gestión electoral". Aparece con ese nombre en 2005 anunciando sus servicios de operaciones de influencia, guerra psicológica y diplomacia pública que incluyen la gestión de crisis como epidemias o golpes de estado, a través de sus centros de control para vigilar e incluso influir en los medios.
Según el eldiario.es la empresa había operado desde su fundación en 1993 bajo el nombre Behavioural Dynamics Institute (BDI), y también Harrington Oakes, para clientes civiles y funcionaba en paralelo con un laboratorio de nombre equivalente fundado por Nigel Oakes basado en el conocimiento desarrollado por el reputado especialista en comunicación Phil Taylor (Universidad de Leeds) asiduo conferencista en instancias militares vinculadas a la OTAN y ejércitos aliados de Gran Bretaña.
Los primeros pasos de Behavioural Dynamics como empresa se encaminaron a la gestión de influencia en situaciones de crisis y como tal empezó a participar en elecciones y conflictos en varios países: trabajó para el primer presidente de Indonesia después de Sukarno en el año 2000, aunque un escándalo en la prensa obligó a desmontar su avanzado centro de control informático en Jakarta.
Bajo el nombre BDI o ya como SCL, ha trabajado también en Afganistán, Italia, Letonia, Lituania, Ucrania, Albania, Rumanía, Sudáfrica, Nigeria, Kenia, Islas Mauricio, India, Tailandia, Taiwan, Colombia, Antigua, San Vicente y Granadina, St. Kitts & Nevis, Singapur, y Trinidad y Tobago, así como para algunos ejércitos de países miembro de la OTAN.
La estructura accionaria del grupo, según el portal español, es compleja, con varios accionistas que son compañías instrumentales radicadas en paraísos fiscales . Nigel Oakes sigue siendo el principal accionista individual, como lo es Alexander Ashburne Nix, el actual consejero delegado de Cambridge Analytica, y su padre Paul David Ashburner.
través de estos accionistas se llega a The Athena Group, una misteriosa consultora en la que trabajaba bajo el nombre Alexander Ashburne cuando en 2009 fue denunciado junto a otro actual directivo de SCL por el primer ministro de la isla caribeña de San Vicente y Granadina por su relación con la campaña del no en un referéndum de reforma constitucional celebrado allí ese año.
Antes de eso, Nix fue gestor financiero y ejecutivo en empresas y bancos en México, Argentina y Gran Bretaña. En abril de 2016, Wired incluyó a Alexander Nix en su lista de "25 genios que están creando el futuro de los negocios" por el trabajo de Cambridge Analytica en el campo de la publicidad.
Siemens, Indra, Macri
La trasnacional española Indra –cuya eventual vinculación con Cambridge Analytica investiga un panel internacional de periodistas- tuvo a su cargo los escrutinios provisionales de las elecciones en los años 1997, 1999, 2001, 2003, 2005, 2007, 2009, 2011, 2013 y 2015. (La Justicia Electoral realiza el escrutinio definitivo). En 2017 se adjudicó la realización del escrutinio provisional tanto en las primarias, que se realizaron el 13 de agosto, como en las generales del 22 de octubre con una oferta de 25 millones de dólares.
En las elecciones internas de 2017 molestó a la oposición el retraso en la publicación de los datos y acusó a Indra, la empresa encargada del escrutinio, de manipulación. Lo cierto es que el gobierno salió a celebrar a las nueve de la noche, cuando la diferencia era mínima y faltaban cargar muchas mesas. ¿Retrasaron el escrutinio para que Macri se vaya a dormir ganador?, preguntó el diario Perfil. En las dos horas posteriores a que Macri escenificara su rutilante triunfo, la brecha entre los candidatos se redujo de casi 7% a casi cero.
Con vasta experiencia en escrutinios a nivel mundial -trabajó en más de 300 comicios en países como el Reino Unido, Francia, Noruega, Eslovenia, Portugal, Italia, Estados Unidos, Angola y Venezuela. En 2009 fue cuestionada por irregularidades en el recuento de votos en la provincia de Córdoba.
También en Venezuela fue motivo de denuncias en 1998, cuando se dio vía libre a la automatización de los procesos electorales y demoró varias horas en anunciar la victoria de Hugo Chávez. En Venezuela no estuvieron más después del año 2000.
En 2009, el bloque de diputados del Frente para la Victoria había expresado su “preocupación por la opacidad” de la información oficial sobre el sistema que aplicará la empresa en el conteo y denunció irregularidades en la contratación del servicio, tras denunciar que el CEO de la compañía es Jorge Irigoin, un “hombre histórico del Grupo Socma, que pertenece a la familia del presidente Mauricio Macri
El 19 de febrero de 1998, el entonces presidente Carlos Menem le adjudicó por decreto a Siemens IT Services SA (Sitsa) la confección del documento nacional de identidad (DNI) y pasaportes por el lapso de 6 años, por la suma de 600 millones de dólares que luego se amplió a 1.200 millones. El contrato estuvo sospechado desde el comienzo de la operación, lo que derivó en una causa llevada adelante por el juez Lijo, quien denunció contratos ficticios con un conjunto de sociedades por servicios que jamás le fueron brindados.
El juez Lijo acreditó que “existió un acuerdo económico al que arribaron integrantes de Siemens con integrantes del grupo económico Socma (de Franco Macri, padre del hoy presidente) a cambio de que la principal competidora, UTE Itron, SHL Systemhouse Inc., TRW Systems Overseas Inc. y Malam Systems Ltd., permitiera la contratación de Siemens It Services SA, sin efectuar impugnación alguna“.
Un par de meses después de que Itrón “perdiera” la licitación, Siemens se asoció con el grupo Macri adquiriendo el 60% de Itrón. El otro 40% estaba en manos de la familia del presidente. El vicepresidente ejecutivo del sector público de Siemens Itrón era Ricardo Viaggio.
Ya en 1999 el gobierno de Menem intentó implementar sin éxito el voto electrónico. Las dos empresas interesadas fueron Indra y Siemens Itrón. Indra, de origen español, es la empresa que trabajaba contratada por Correo Argentino (en ese entonces propiedad de los Macri) para realizar el recuento de votos en las elecciones en argentina.
En 2003 Siemens compra el 40% de participación de Franco Macri en Itrón, y unos meses después Viaggio, histórico empleado de Socma, vuelve a Argentina, ahora como Director General de Indra.
En julio de 2016 y ya como presidente argentino, Macri visitó en Alemania la empresa Siemens. El 29 de diciembre de ese mismo año se conoció la noticia de que la causa Siemens finalmente iba a juicio oral, 20 años después de que la empresa alemana reconociera el pago de coimas, pero ni Menem, ni los Macri, ni Orlando Salvestrini (otro histórico de Socma) serían involucrados.
Desde que Macri asumió el gobierno, ejecutivos de Indra tomaron cargos clave en el sector que maneja las decisiones electorales, como es el caso del licenciado Manuel Terradez, ex gerente de Indra, que en diciembre de 2016 quedó al frente de la Subsecretaría de Reforma Política de la Provincia de Buenos Aires.
A los ataques en las redes contra opositores, el uso de troles, bots y la difusión de información falsa, se suma la Unidad de Opinión Pública, recién creada por el gobierno. No serí a descartable que se intente poner en marcha un plan similar al de Cambridge Analytica de cara a las difíciles elecciones presidenciales del año próximo, cuando la credibilidad y popularidad del macrismo va en picada.

Nota
1.-El de los cinco grandes es un modelo de personalidad que analiza a ésta como la composición de cinco factores amplios: O (Openness o apertura a nuevas experiencias), C (Conscientiousness o responsabilidad), E (Extraversión), A (Agreeableness o amabilidad) y factor N (Neuroticism o inestabilidad emocional). Los cinco forman el acrónimo nemotécnico "Ocean"
Aram Aharonian es periodista y comunicólogo uruguayo. Mágister en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA).
Fuente: Rebelión.org - Imageners: ‪SurySur‬ - ‪Question Digital‬

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El liberalismo coloniza en la red
La crisis de la primera red social del planeta es un acto de justicia que la humanidad se merece. El oportunismo delirante de los responsables de Facebook, el revitalizado proyecto político de la derecha radical y la complicidad alucinante de los usuarios configuraron uno de los robos y violaciones más desastrosas de la historia de la humanidad. Mal les pese a los tecnogenéticos, Facebook y las demás empresas del ramo se robaron una idea maravillosa, internet, con el único fin de extender la dominación liberal del mundo.

Por Eduardo Febbro

Occidente creció a la par de la colonización y ahora las redes modernas reinventaron una nueva forma de colonización: ya no se trató más de colonizar un territorio sino que la red es el territorio mediante el cual el liberalismo extendió la nueva colonización. Silicon Valley es un sistema dictatorial cerrado y no un paraíso desde donde salen los conceptos de una humanidad renovada. Los algoritmos de Facebook tienen dos fines: formatear, censurar, manipular, dirigir, expandirse y hacer dinero. Poco le importan al señor Mark Zuckerberg nuestras alegrías, nuestros llantos o nuestros secretos: solo lo mueve el hambre de ver sus acciones subir y subir. En la red, nuestras vidas son monedas que se acumulan y no perfiles de una humanidad que comparte sus pasiones y relaciones.
La pasividad de los usuarios ante las continuas revelaciones sobre el quebrantamiento masivo de la intimidad y la monetización de sus datos personales, la inoperancia de los sistemas jurídicos de mastodontes auto congratulados como la Unión Europea, la incapacidad o la vagancia ante el reto de crear redes sanas y alternativas, la debilidad de los Estados del Sur y el atraso de las izquierdas cuando se trata de reflexionar sobre las nuevas tecnologías y los desafíos que estas introducen en la libertad humana y en la reformulación del modelo social, la fascinación ante el juguete tecnológico y el proyecto de la derecha planetaria se mezclaron en una danza mortífera.
En la crisis de Facebook se combinan todos los ingredientes que demuestran su pusilanimidad y su indiferencia ante quienes fueron los arquitectos de su riqueza, es decir, los usuarios. Las revelaciones que el ex agente de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) Edward Snowden difundió en 2013 en el diario de The Guardian ya habían probado hasta el hartazgo la connivencia de Google, Apple, Facebook, Yahoo! o Microsoft con los servicios de inteligencia o los sectores privados que hacen dinero con los datos personales o promueven ideologías retrógradas. Todo terminó en un gran silencio que este escándalo saca de las catacumbas de la indiferencia. El caso es de una gravedad destructora: se trata nada más y nada menos de empresas privadas que usaron los datos de 50 millones de usuarios de Facebook con la meta de manipular políticamente a los ciudadanos. La derecha más añeja le ganó a los progresistas de las tecnologías y a los poetas de las ideologías. En Estados Unidos, la consultora Cambridge Analytica obtuvo y se sirvió de los datos como arma de influencia en la campaña electoral de Donald Trump. En Gran Bretaña, la filial de Cambridge Analytica, Strategic Communication Laboratories (SCL), especializada en las acreditadas “estrategias de influencia” destinadas a organismos gubernamentales y sectores militares, procedió igual. Se apoyó en los datos para volcar el referéndum sobre la permanencia de Gran Bretaña en el seno de la Unión Europea del lado del “Leave”, o sea, el ya conocido Brexit. Si se miran bien las cosas, Facebook y el Big Data presiden la reconfiguración de la política mundial, marcada en los últimos dos años por el Brexit y la elección de Trump. La ultraderecha navega a su antojo. Cambridge Analytica usa la masa de los Big Data para confeccionar un pastel de mensajes y formateos de mucho alcance. En 2014, el investigador Aleksandr Kogan (Cambridge), tuvo la idea de crear un test de personalidad al que respondieron casi 300 mil usuarios de Facebook. Esos datos y todos los “links” que van con ellos fueron remitidos por Kogan a Cambridge Analytica. Esta empresa desempeñó un papel igualmente preponderante en las elecciones en Kenia y luego en las primarias del partido Republicano en Estados Unidos a favor de Ted Cruz. Y si aún quedan inocentes que persisten en cerrar los ojos ante la victoria aplastante de la derecha mundial con el puente de las nuevas tecnologías, bastaría con agregar que el principal accionista de Cambridge Analytica no es otro que Robert Mercer, un multimillonario de perfil muy bajo que es, también, accionista del portal de extrema derecha Breitbart News. Y no es todo: en el consejo administrativo de Cambridge Analytica aparece otro ultraderechista distinguido: Steve Bannon, el nuevo ídolo de los populistas globalizados y ex director de la campaña electoral de Trump.
Los apóstoles del racismo, la xenofobia, de la identidad nacional como declaración de guerra, de la soberanía excluyente, de la censura, del cierre de las fronteras y de la guerra comercial se deslizaron en las infinitas sábanas de la tecnología para ofrecernos la pesadilla del Brexit, de Trump, de la violencia contra el otro y de las visiones más atrasadas y tóxicas que la humanidad ha podido diseñar desde principios del siglo XX. La derecha ha obtenido una brillante victoria apocalíptica gracias, también, no sólo a Facebook y sus aliados, sino, también, a nuestra pereza cuando se trata de introducir en nuestro análisis y utilización de las tecnologías la variante política. Hemos actuado como niños con un regalo de Navidad mientras el monstruoso Papá Noel conquistaba y manipulaba nuestra inocencia. Facebook ha dado sobradas pruebas de su inmovilidad, negligencia o complicidad. Los algoritmos de Facebook tienen una repercusión perversa y plantean la pertinencia de la relación entre democracia y red social. La redes nos venden y delinean una suerte de relación que alienta compromisos cuyos resultados son luego reutilizados por otros sectores en la siempre reactualizada cruzada colonizadora de la conciencia humana. Rob Sherman, jefe adjunto del departamento de Privacidad de Facebook, dijo que la empresa se compromete “fuertemente con la protección de los datos de los usuarios”. Una broma retórica de mal gusto. Prueba de ello, Facebook no era inocente: hace tres años se “percató” del robo de los datos de Cambridge Analytica …pero no cerró la cuenta de hasta pasado 17 de marzo.
No cabe ni la más remota duda de que en la Argentina Facebook ha servido y sirve con los mismos fines al liberalismo gobernante. El primer acto de resistencia moral y política de un progresista digno del siglo XXI consistiría en cerrar inmediatamente su cuenta en Facebook. Esto, sin embargo, parece ser más arduo que obligar a los directivos de la red social a ser más responsables. Estamos ante una alianza liberal ultra conservadora pactada entre sectores políticos y compañías tecnológicas. Es una guerra ideológica sin bombas y debemos dejar de ser los corderos inocentes que contribuyen a las victorias de sus verdugos.

Fuente: efebbro@pagina12.com.ar - Imagenes: ‪duhoctms.edu.vn‬ - ‪cuadernosdeperiodistas.com‬ - ‪niksalehi.com‬

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