Negacionismo recargado: Desciende la vinculación en la prensa entre la ola de calor de 2018 y el cambio climático.
Inaudito, pero es así. Si la ola de calor de agosto de 2003 tuvo una vinculación con el cambio climático de un 5 %, esta vinculación subió al 13 % en junio de 2017. Sin embargo, la ola de calor de agosto de 2018 ha tenido una vinculación del 7%.
Por Rogelio Fernández-Reyes
Son los resultados al estudiar los términos “ola de calor” y “cambio climático” en los artículos entre el 1 y 7 de agosto en cuatro diarios españoles: El País, El Mundo, La Vanguardia y Expansión. La cobertura mediática en la prensa es un indicador de interés a la hora de aproximarnos a la relevancia atribuida por la sociedad al cambio climático. La teoría de la amplificación del riesgo (Renn et al., 1992) vincula la experiencia social del riesgo al volumen de cobertura en la prensa. La presencia y vinculación de las olas de calor con el cambio climático son, por tanto, importantes. Por ello, quizás la bajada de la vinculación sea peor noticia que la canícula en sí.
En el ámbito internacional hay dos sugerentes análisis recientes que abordan la avalancha de eventos extremos, junto a las menciones u omisiones del cambio climático en los medios de comunicación. MeCCOi Monthly Summaries recoge que en julio hubo una cobertura mediática considerable del cambio climático relacionada con cuestiones ecológicas y meteorológicas, en la que los medios conectaban los eventos extremos, como las olas de calor, con un clima cambiante. En el mes de julio hubo una serie de historias sobre eventos climáticos extremos en todo el mundo que se vincularon al cambio climático o al calentamiento global. ii
Carbon Brief ha estudiado la comunicación de la sucesión de olas de calor en Europaiii, Asia, América del Norte y el norte de África. Verifica que las muertes causadas por la ola de calor en Japón, Argelia y Canadá, los incendios forestales en Suecia, Grecia y California, las prolongadas épocas de clima caluroso y seco se han convertido en noticias de primera plana en todo el mundo. A pesar de que no todos los medios de comunicación hicieron conexión con el cambio climático, Carbon Brief reconoce que el calor sin precedentes ha provocado un nuevo debate sobre una amplia gama de temas relacionados con el cambio climático en las últimas semanasiv. Aquí en España la conexión ha sido marginal.
Pepito Grillo
Hace tan sólo 12 años Miguel Delibes padre e hijo escribieron La Tierra herida, donde reconocían que estábamos asistiendo a una africanización del clima en España. Exponían que las olas de calor, que siempre habían existido como algo episódico, excepcional, iban a dejar de ser presuntas rarezas para entrar a formar parte de la normalidad (2006:88). Un año antes, las Principales Conclusiones de la Evaluación Preliminar de los Impactos en España por Efecto del Cambio Climático exponían que el clima venidero de España sufriría cambios más que notorios, sobre todo en su temperatura, y se volvería más cálido” (Moreno ed, 2005: 8). “Cabe esperar -decía el informe- que las olas de calor sean más frecuentes en intensidad y duración en los próximos años” (2005: 34).
Aquellas predicciones podían resultarnos extrañas y ajenas en aquel entonces. No hace tanto tiempo y ya se han convertido en “normales”, “esperables”. Incluso parecía raro que a finales de julio no habíamos tenido una ola de calor fuerte por Andalucía. Aquellos vaticinios, de entre otros muchos, no fueron descabellados. Hay que tener en cuenta que fueron expuestos antes de que hubiera un considerable mayor reconocimiento del cambio climático por el IPCC en 2007 y por los medios.v
En apenas varios lustros, estamos asistiendo a modificaciones en la temperatura, dentro de un cambio global. La especie humana ha emprendido la realización de un experimento gigantesco e incontrolado con la Tierra (McNeill, 2003) y nos adentramos en el Antropoceno. Se trata de un cambio cuantitativo de tal envergadura que ha pasado a ser cualitativo (Arias, 2018).
Eventos extremos y la comunicación del cambio climático
El cambio climático se ha erigido como uno de los principales retos de la humanidadvi. La cobertura mediática en España presenta ondulaciones, al igual que en otros países y al igual que en la cobertura internacional, contando con alusiones históricas puntuales (Fernández-Reyes, Piñuel-Raigada y Vicente-Mariño, 2015). La agenda internacional tiene un peso considerable en la cobertura nacional. Cada país cubre episodios de importancia internacional, alternados con referencias a eventos cercanos. Los principales hitos de la cobertura del cambio climático y del calentamiento global en la prensa española aparecen, principalmente, en los meses en los que se celebran las Cumbres de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Otros elementos que han tenido especial repercusión han tenido que ver con los informes científicos del IPCC, con el Protocolo de Kioto, con el documental An Inconvenient Trut de Al Gore, con acuerdos, declaraciones y posicionamientos políticos como el de Trump, con acontecimientos internacionales, con documentos como el informe Stern, o con eventos climáticos extremos. Estos hitos alimentan la cobertura, al menos temporalmente, haciéndose sitio en la agenda mediática entre otros temas cotidianos con atractivo informativo. Dentro de todos estos hitos, los eventos extremos han tenido poco peso en la cobertura en la prensa española.
Sobre la comunicación de los fenómenos meteorológicos extremos hay varios trabajos, si bien escasean los específicos sobre las olas de calorvii. En ellos se aprecia la lenta evolución de la vinculación de los eventos extremos con el cambio climático. Dentro de la ciencia del clima, el marco científico ha ido ampliando sus perspectivas en la vinculación entre los eventos extremos y el cambio climático en los medios de comunicación. En un periodo apenas de 20 años los criterios de análisis se han abierto. Hace unas décadas imperaba el criterio de que los acontecimientos puntuales no se podían vincular al cambio climático puesto que el cambio climático mide pautas o patrones estadísticos de una amplia temporalidad. Posteriormente numerosos estudios han tratado de proponer porcentajes de probabilidad en dicha vinculación. Hasta llegar a autores que defienden que todo hay que medirlo en el nuevo marco de cambio climático en el que ya estamos inmersos (Trenberth, 2012).
En una comunicación presentada en el Simposio “La comunicación de la mitigación y la adaptación al cambio climático”viii se analizó la vinculación de eventos extremos y el cambio climático en 2017 en los diarios El Mundo, El País, La Vanguardia y Expansión. Se estudió cómo había evolucionado la vinculación de la ola de calor de 2003 a la de 2017. Como resultado, se observó una escueta, aunque creciente, vinculación entre los eventos extremos con el cambio climático. Un crecimiento que no se mantiene con la ola de calor de agosto de 2018.
Eventos extremos en 2017, olas de calor y cambio climático
Los años 2015, 2016 y 2017 fueron los más calurosos desde que se tienen registros. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que la temperatura media en la superficie del planeta en 2017 fue 1,1 grados centígrados superior a la del periodo 1880-1900. “17 de los 18 años más cálidos han sido registrados durante este siglo, y el grado de calentamiento en los últimos tres años ha sido excepcional”, comunicaba Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundialix.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se observó que en Españax estaban aumentando el número de olas de calor por verano, así como su duración y la temperatura máximaxi. La portavoz de la AEMET, Ana Casals, señalaba a Europa Press: “Esto es clarísimamente cambio climático que ya nadie duda. Cada vez hay más y duran más”xii. El año 2017 batió el record de números de olas de calor y en la temperatura máxima media más alta registrada. En total se contabilizaron 5 olas de calor, de las cuales la de junioxiii fue la más larga, ocurrida entre los días 13 y 21 de junioxiv. Un estudio de investigadores de la Universidad Complutense (UCM) y del Instituto de Geociencias (UCM-CSIC) señalaron que los efectos asociados al cambio climático reforzaron el impacto asociado a la masa cálida de junio en un mínimo de 0.7°C con respecto al periodo 1948-1979 (Sánchez-Benítez et al, 2018). Científicos del proyecto World Weather Attribution estimaron que el cambio climático hizo que la ola de calor observada en julio de 2017, en Madrid, fuese 5 veces más probable de ocurrirxv.
Para valorar la proporción de la vinculación de eventos extremos con el cambio climático en la prensa en 2017 se estudiaron los términos “ola de calor” en el mes de junio, “Irma”xvi en el mes de septiembre y “sequía” en el mes de octubre. En primer lugar, se contabilizó el número de relatos y, posteriormente, la frecuencia con la que, además, aparecía el término “cambio climático”xvii. En la Tabla 1 se observa que los tres eventos extremos junto a la mención de “cambio climático” presentan una proporción cercana (13,3 %, 11,6 % y 11,5 %), a pesar de las diferencias por diarios y temas del análisis sincrónico.
El Mundo
El País
La Vanguardia
Expansión
TOTAL %
“ola de calor”
Jun 2017
54 (6)
24 (5)
19 (1)
1 (1)
98 (13) (13,3%)
“Irma”
Sep 2017
42 (5)
56 (6)
51 (8)
32 (2)
181 (21) (11,6%)
“sequía”
Oct 2017
144 (10)
39 (6)
36 (10)
16 (1)
235 (27) (11,5%)
Tabla 1.- Presencia de “ola de calor”, “Irma” y “sequía”. Entre paréntesis: volumen de relatos en los que aparece “cambio climático”
En la Tabla 2 se analiza la presencia de relatos en los meses de las olas de calor de agosto de 2003, junio de 2017 y los días del 1 al 7 de agosto de 2018. En 2003 hubo un considerable mayor volumen de textos que abordaban los términos “ola de calor”. Sin embargo, los relatos que a su vez contenían los términos “cambio climático” eran de una menor proporción. Entonces, el “cambio climático” apareció en el 5 % de los relatos en los que se nombraba los términos “ola de calor”, mientras que en junio de 2017 fue en el 13,3 %. Ahora, entre los días 1 y 7 de agosto ha bajado al 7 %.
El Mundo
El País
La Vanguardia
Expansión
TOTAL %
“ola de calor”
Ago 2003
99 (12)
172 (7)
113 (2)
36 (0)
420 (21) (5%)
“ola de calor”
Jun 2017
54 (6)
24 (5)
19 (1)
1 (1)
98 (13) (13,3%)
“ola de calor”
1-8 de Agosto 2019
48 (2)
21 (2)
15 (2)
1 (0)
85 (6) (7 %)
Tabla 2.- Presencia de “ola de calor” en los meses de agosto de 2003, julio de 2017 y los días del 1 al 7 de agosto. Entre paréntesis se muestra el volumen de relatos en los que aparece “cambio climático”
Conclusiones y discusión
La ciencia ha mostrado unas conclusiones nítidas sobre el cambio climático en el V Informe del IPCC (2014). En España, “actitud social, actitud mediática y actitud política frente al cambio climático parecen estrechamente relacionadas, otorgando al tema una relevancia limitada” (Heras, 2015: 27) Como expone este autor, a pesar de que los españoles lo consideran mayoritariamente como un problema real, no ocupa un lugar destacado entre los problemas considerados más importantes por la ciudadanía. Y “sin comunicación y deliberación social difícilmente se alcanzarán los consensos y voluntad social necesarios para avanzar hacia una sociedad baja en carbono y resiliente frente al cambio climático” (Heras, 2015: 251 y 15). El cuello de botella que limita las respuestas humanas frente al cambio climático no es tanto tecnológico como social y político (Heras, Meira y Benayas, 2016), a lo que también sumamos mediático. Como concluye Heras, “El cambio climático parece generar poco interés en el ámbito social (se habla poco, se debate poco, no se encuentra entre las prioridades sociales), en el ámbito mediático (se emite, se publica poco) y, aparentemente, también en el ámbito político (se cita poco, ocupa un lugar secundario en las agendas políticas, es poco relevante en los programas electorales)”.
“¿Qué amenazas tenemos que relativizar para visibilizar el mayor reto de nuestro siglo y así canalizar la creatividad hacia las alternativas?”
Los medios de comunicación suponen la principal fuente de información de la ciudadanía sobre este tema. Han ejercido un papel decisivo en la divulgación de la información científica. Sin embargo, hay que reconocer que el cambio climático es un asunto marginal para los medios españoles, tanto cuantitativamente (León, 2014)xviii como cualitativamente (Teso, 2015)xix. Los medios de comunicación mantienen mayoritariamente, sin cuestionar, los modelos de producción y de consumo (agenda framing) que han desequilibrado -y siguen desequilibrando- la biosfera. Apenas tratan la realidad de los límites (Fernández-Reyes, 2015) y no existen debates sobre los dos motores del cambio climático: el crecimiento económico y el demográfico. Pero sería un error atribuir la responsabilidad solo a los medios de comunicación. Facilitar la emergencia de toda una nueva cultura, basada en la descarbonización y la resiliencia, es una tarea conjunta, aunque las responsabilidades son bien diferenciadas.
La conexión mediática del cambio climático con los fenómenos meteorológicos extremos puede influir sobre la percepción social del riesgo, aumentando la sensación de vulnerabilidad (Lopera, 2017) y agilizando la acción política. Su estudio queda justificado por ser la principal causa de muerte (Lopera, 2017), con mucha diferencia, de los efectos meteorológicos extremos. Hasta tal punto que, si la ola de calor de 2003 se atribuyese al impacto del ser humano, estaríamos hablando de la mayor catástrofe ambiental en España, en cuanto a víctimas mortales (Fernández-Reyes, 2012). A partir de los resultados se concluye que los eventos extremos están, aún, escasamente vinculados con el cambio climático. Y que la ola de calor de agosto de 2018 en España ha mostrado niveles de vinculación con el cambio climático que son menores que en ocasiones anteriores. Por tanto, aún se mantiene una laguna en la cobertura del cambio climático como medio para popularizar la conexión cambio climático y eventos extremos (Lopera, 2017).
El cambio climático está mostrando ya sus efectos. Tendría que ocupar una mayor relevancia en las portadas de los diarios, en los debates políticos y en las prioridades de la ciudadanía. El profesor Lewis, colaborador de Carbon Brief, exponía estos días “El cambio climático es una amenaza mayor para el Reino Unido que las directivas de la UE, el terrorismo o la invasión de un poder extranjero. En lugar de esta visión ciega donde el futuro es el mismo que el pasado, tenemos que salir del intenso calor y observar lo que estamos haciendo en nuestro planeta”xx. ¿Qué amenazas tenemos que relativizar en España en el ámbito mediático, social y político para visibilizar el mayor reto de nuestro siglo y así canalizar la creatividad hacia las alternativas?
Citas:
i Media and Climate Change Observatory
ii http://sciencepolicy.colorado.edu/icecaps/research/media_coverage/summaries/issue19.pdf
iii Ver https://blogs.publico.es/ecologismo-de-emergencia/2018/08/04/europa-esta-ardiendo/
iv https://www.carbonbrief.org/media-reaction-2018-summer-heatwaves-and-climate-change
v 2007 fue el año de ebullición de este tema en los medios de comunicación. Ver http://sciencepolicy.colorado.edu/icecaps/research/media_coverage/spain/index.html
vi La robustez científica al respecto se ha ido acrecentando conforme se han publicado los distintos informes del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático). En el último, el V Informe (IPCC, 2014), la ciencia ha mostrado unas conclusiones nítidas: confirma que el calentamiento del sistema climático es claro, así como la influencia humana, que ha generado ya impactos en todos los continentes y océanos, y que hará falta mitigar y adaptarse para evitar impactos climáticos dañinos. Además de posicionarse como tema destacado en la agenda científica (IPCC, 2014), el cambio climático se ha situado como tema prioritario en la agenda política internacional (Acuerdo de París, 2015, y Objetivos de Desarrollo Sostenible, 2015), en la agenda económica (World Economic Forum, 2018) y en la preocupación ciudadana (Pew Research Center, 2015).
vii (Fernández-Reyes, 2012; Gavin et al., 2011; Jiménez y Martín-Sosa, 2017; Joy et al, 2016; Lopera y Moreno, 2014; Lopera, 2013; Lopera, 2017; Nerlich, B., y Jaspal, 2013; Pasquare y Oppizzi, 2012)
viii Organizada por Ladecom y el Grupo Comunicar en marzo de 2018 en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla
ix https://elpais.com/elpais/2018/01/18/ciencia/1516287875_193258.html
x Sabemos que, en España, el aumento de temperatura es superior al de la media global. En ocasiones lo dobla, aunque ese número varía entre las diferentes estaciones (sobre todo invierno y verano) y diferentes alcances temporales. En términos generales la media global (que incluye la parte del globo cubierta por océanos) es menor que las media sobre los continentes y dentro de la parte continental también hay grandes diferencias dependiendo de la latitud y de la mayor o menor influencia oceánica. Es preciso que la ciencia avance en el estudio de este factor de multiplicación en España, hasta ahora poco investigado, que depende de muchas circunstancias.
xi En España, diversos trabajos muestran la existencia de una temperatura máxima diaria a partir de la cual se observa un incremento acusado de la mortalidad. Para el caso de Madrid esta temperatura máxima diaria de “disparo de la mortalidad” es de 36,5 ºC (Díaz et al 2002a), 30,3 ºC para Barcelona y 41ºC para Sevilla (Díaz et al 2002b)
xii http://www.europapress.es/sociedad/noticia-2017-sido-ano-mas-olas-calor-cinco-olas-suman-25-dias-supera-2001-2016-2003-20171009133440.html
xiii http://www.europapress.es/madrid/noticia-investigadores-ucm-concluyen-ola-calor-junio-2017-estuvo-influenciada-calentamiento-global-20180307120725.html
xiv Las siguientes olas de calor transcurrieron entre el 12 y el 16 de julio, del 28 al 30 de julio, del 2 al 6 de agosto, y del 20 al 22 de agosto.
xv https://www.worldweatherattribution.org/analyses/european-heat-wave-july-2015/
xvi En 2017 se sucedieron varios los huracanes con especial virulencia en la región caribeña: Harvey en agosto, e Irma y María en septiembre. Si bien las informaciones recogieron que las aguas del Caribe presentaban una temperatura superior a lo normal, la vinculación entre los huracanes y el cambio climático o el calentamiento global fue muy limitada, como exponía George Monbiot en https://www.theguardian.com/commentisfree/2017/aug/29/hurricane-harvey-manmade-climate-disaster-world-catastrophe
xvii En esta ocasión no se estudió “calentamiento global”
xviii En los periodos analizados, el número de informaciones sobre cambio climático no llegó al 0,2% del total, siendo el 0,19% de la muestra analizada para el caso de los informativos de televisión (León, 2014:16)
xix Según la investigación realizada por Gemma Teso en las televisiones españolas, el tratamiento del cambio climático se caracteriza por la superficialidad y falta de contextualización, en piezas de una duración entre 1 y 2 minutos de promedio (Teso, 2015: 638)
xx https://www.carbonbrief.org/media-reaction-2018-summer-heatwaves-and-climate-change
Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde y EFEfuturo
Por Rogelio Fernández-Reyes
Son los resultados al estudiar los términos “ola de calor” y “cambio climático” en los artículos entre el 1 y 7 de agosto en cuatro diarios españoles: El País, El Mundo, La Vanguardia y Expansión. La cobertura mediática en la prensa es un indicador de interés a la hora de aproximarnos a la relevancia atribuida por la sociedad al cambio climático. La teoría de la amplificación del riesgo (Renn et al., 1992) vincula la experiencia social del riesgo al volumen de cobertura en la prensa. La presencia y vinculación de las olas de calor con el cambio climático son, por tanto, importantes. Por ello, quizás la bajada de la vinculación sea peor noticia que la canícula en sí.
En el ámbito internacional hay dos sugerentes análisis recientes que abordan la avalancha de eventos extremos, junto a las menciones u omisiones del cambio climático en los medios de comunicación. MeCCOi Monthly Summaries recoge que en julio hubo una cobertura mediática considerable del cambio climático relacionada con cuestiones ecológicas y meteorológicas, en la que los medios conectaban los eventos extremos, como las olas de calor, con un clima cambiante. En el mes de julio hubo una serie de historias sobre eventos climáticos extremos en todo el mundo que se vincularon al cambio climático o al calentamiento global. ii
Carbon Brief ha estudiado la comunicación de la sucesión de olas de calor en Europaiii, Asia, América del Norte y el norte de África. Verifica que las muertes causadas por la ola de calor en Japón, Argelia y Canadá, los incendios forestales en Suecia, Grecia y California, las prolongadas épocas de clima caluroso y seco se han convertido en noticias de primera plana en todo el mundo. A pesar de que no todos los medios de comunicación hicieron conexión con el cambio climático, Carbon Brief reconoce que el calor sin precedentes ha provocado un nuevo debate sobre una amplia gama de temas relacionados con el cambio climático en las últimas semanasiv. Aquí en España la conexión ha sido marginal.
Pepito Grillo
Hace tan sólo 12 años Miguel Delibes padre e hijo escribieron La Tierra herida, donde reconocían que estábamos asistiendo a una africanización del clima en España. Exponían que las olas de calor, que siempre habían existido como algo episódico, excepcional, iban a dejar de ser presuntas rarezas para entrar a formar parte de la normalidad (2006:88). Un año antes, las Principales Conclusiones de la Evaluación Preliminar de los Impactos en España por Efecto del Cambio Climático exponían que el clima venidero de España sufriría cambios más que notorios, sobre todo en su temperatura, y se volvería más cálido” (Moreno ed, 2005: 8). “Cabe esperar -decía el informe- que las olas de calor sean más frecuentes en intensidad y duración en los próximos años” (2005: 34).
Aquellas predicciones podían resultarnos extrañas y ajenas en aquel entonces. No hace tanto tiempo y ya se han convertido en “normales”, “esperables”. Incluso parecía raro que a finales de julio no habíamos tenido una ola de calor fuerte por Andalucía. Aquellos vaticinios, de entre otros muchos, no fueron descabellados. Hay que tener en cuenta que fueron expuestos antes de que hubiera un considerable mayor reconocimiento del cambio climático por el IPCC en 2007 y por los medios.v
En apenas varios lustros, estamos asistiendo a modificaciones en la temperatura, dentro de un cambio global. La especie humana ha emprendido la realización de un experimento gigantesco e incontrolado con la Tierra (McNeill, 2003) y nos adentramos en el Antropoceno. Se trata de un cambio cuantitativo de tal envergadura que ha pasado a ser cualitativo (Arias, 2018).
Eventos extremos y la comunicación del cambio climático
El cambio climático se ha erigido como uno de los principales retos de la humanidadvi. La cobertura mediática en España presenta ondulaciones, al igual que en otros países y al igual que en la cobertura internacional, contando con alusiones históricas puntuales (Fernández-Reyes, Piñuel-Raigada y Vicente-Mariño, 2015). La agenda internacional tiene un peso considerable en la cobertura nacional. Cada país cubre episodios de importancia internacional, alternados con referencias a eventos cercanos. Los principales hitos de la cobertura del cambio climático y del calentamiento global en la prensa española aparecen, principalmente, en los meses en los que se celebran las Cumbres de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Otros elementos que han tenido especial repercusión han tenido que ver con los informes científicos del IPCC, con el Protocolo de Kioto, con el documental An Inconvenient Trut de Al Gore, con acuerdos, declaraciones y posicionamientos políticos como el de Trump, con acontecimientos internacionales, con documentos como el informe Stern, o con eventos climáticos extremos. Estos hitos alimentan la cobertura, al menos temporalmente, haciéndose sitio en la agenda mediática entre otros temas cotidianos con atractivo informativo. Dentro de todos estos hitos, los eventos extremos han tenido poco peso en la cobertura en la prensa española.
Sobre la comunicación de los fenómenos meteorológicos extremos hay varios trabajos, si bien escasean los específicos sobre las olas de calorvii. En ellos se aprecia la lenta evolución de la vinculación de los eventos extremos con el cambio climático. Dentro de la ciencia del clima, el marco científico ha ido ampliando sus perspectivas en la vinculación entre los eventos extremos y el cambio climático en los medios de comunicación. En un periodo apenas de 20 años los criterios de análisis se han abierto. Hace unas décadas imperaba el criterio de que los acontecimientos puntuales no se podían vincular al cambio climático puesto que el cambio climático mide pautas o patrones estadísticos de una amplia temporalidad. Posteriormente numerosos estudios han tratado de proponer porcentajes de probabilidad en dicha vinculación. Hasta llegar a autores que defienden que todo hay que medirlo en el nuevo marco de cambio climático en el que ya estamos inmersos (Trenberth, 2012).
En una comunicación presentada en el Simposio “La comunicación de la mitigación y la adaptación al cambio climático”viii se analizó la vinculación de eventos extremos y el cambio climático en 2017 en los diarios El Mundo, El País, La Vanguardia y Expansión. Se estudió cómo había evolucionado la vinculación de la ola de calor de 2003 a la de 2017. Como resultado, se observó una escueta, aunque creciente, vinculación entre los eventos extremos con el cambio climático. Un crecimiento que no se mantiene con la ola de calor de agosto de 2018.
Eventos extremos en 2017, olas de calor y cambio climático
Los años 2015, 2016 y 2017 fueron los más calurosos desde que se tienen registros. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que la temperatura media en la superficie del planeta en 2017 fue 1,1 grados centígrados superior a la del periodo 1880-1900. “17 de los 18 años más cálidos han sido registrados durante este siglo, y el grado de calentamiento en los últimos tres años ha sido excepcional”, comunicaba Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundialix.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se observó que en Españax estaban aumentando el número de olas de calor por verano, así como su duración y la temperatura máximaxi. La portavoz de la AEMET, Ana Casals, señalaba a Europa Press: “Esto es clarísimamente cambio climático que ya nadie duda. Cada vez hay más y duran más”xii. El año 2017 batió el record de números de olas de calor y en la temperatura máxima media más alta registrada. En total se contabilizaron 5 olas de calor, de las cuales la de junioxiii fue la más larga, ocurrida entre los días 13 y 21 de junioxiv. Un estudio de investigadores de la Universidad Complutense (UCM) y del Instituto de Geociencias (UCM-CSIC) señalaron que los efectos asociados al cambio climático reforzaron el impacto asociado a la masa cálida de junio en un mínimo de 0.7°C con respecto al periodo 1948-1979 (Sánchez-Benítez et al, 2018). Científicos del proyecto World Weather Attribution estimaron que el cambio climático hizo que la ola de calor observada en julio de 2017, en Madrid, fuese 5 veces más probable de ocurrirxv.
Para valorar la proporción de la vinculación de eventos extremos con el cambio climático en la prensa en 2017 se estudiaron los términos “ola de calor” en el mes de junio, “Irma”xvi en el mes de septiembre y “sequía” en el mes de octubre. En primer lugar, se contabilizó el número de relatos y, posteriormente, la frecuencia con la que, además, aparecía el término “cambio climático”xvii. En la Tabla 1 se observa que los tres eventos extremos junto a la mención de “cambio climático” presentan una proporción cercana (13,3 %, 11,6 % y 11,5 %), a pesar de las diferencias por diarios y temas del análisis sincrónico.
El Mundo
El País
La Vanguardia
Expansión
TOTAL %
“ola de calor”
Jun 2017
54 (6)
24 (5)
19 (1)
1 (1)
98 (13) (13,3%)
“Irma”
Sep 2017
42 (5)
56 (6)
51 (8)
32 (2)
181 (21) (11,6%)
“sequía”
Oct 2017
144 (10)
39 (6)
36 (10)
16 (1)
235 (27) (11,5%)
Tabla 1.- Presencia de “ola de calor”, “Irma” y “sequía”. Entre paréntesis: volumen de relatos en los que aparece “cambio climático”
En la Tabla 2 se analiza la presencia de relatos en los meses de las olas de calor de agosto de 2003, junio de 2017 y los días del 1 al 7 de agosto de 2018. En 2003 hubo un considerable mayor volumen de textos que abordaban los términos “ola de calor”. Sin embargo, los relatos que a su vez contenían los términos “cambio climático” eran de una menor proporción. Entonces, el “cambio climático” apareció en el 5 % de los relatos en los que se nombraba los términos “ola de calor”, mientras que en junio de 2017 fue en el 13,3 %. Ahora, entre los días 1 y 7 de agosto ha bajado al 7 %.
El Mundo
El País
La Vanguardia
Expansión
TOTAL %
“ola de calor”
Ago 2003
99 (12)
172 (7)
113 (2)
36 (0)
420 (21) (5%)
“ola de calor”
Jun 2017
54 (6)
24 (5)
19 (1)
1 (1)
98 (13) (13,3%)
“ola de calor”
1-8 de Agosto 2019
48 (2)
21 (2)
15 (2)
1 (0)
85 (6) (7 %)
Tabla 2.- Presencia de “ola de calor” en los meses de agosto de 2003, julio de 2017 y los días del 1 al 7 de agosto. Entre paréntesis se muestra el volumen de relatos en los que aparece “cambio climático”
Conclusiones y discusión
La ciencia ha mostrado unas conclusiones nítidas sobre el cambio climático en el V Informe del IPCC (2014). En España, “actitud social, actitud mediática y actitud política frente al cambio climático parecen estrechamente relacionadas, otorgando al tema una relevancia limitada” (Heras, 2015: 27) Como expone este autor, a pesar de que los españoles lo consideran mayoritariamente como un problema real, no ocupa un lugar destacado entre los problemas considerados más importantes por la ciudadanía. Y “sin comunicación y deliberación social difícilmente se alcanzarán los consensos y voluntad social necesarios para avanzar hacia una sociedad baja en carbono y resiliente frente al cambio climático” (Heras, 2015: 251 y 15). El cuello de botella que limita las respuestas humanas frente al cambio climático no es tanto tecnológico como social y político (Heras, Meira y Benayas, 2016), a lo que también sumamos mediático. Como concluye Heras, “El cambio climático parece generar poco interés en el ámbito social (se habla poco, se debate poco, no se encuentra entre las prioridades sociales), en el ámbito mediático (se emite, se publica poco) y, aparentemente, también en el ámbito político (se cita poco, ocupa un lugar secundario en las agendas políticas, es poco relevante en los programas electorales)”.
“¿Qué amenazas tenemos que relativizar para visibilizar el mayor reto de nuestro siglo y así canalizar la creatividad hacia las alternativas?”
Los medios de comunicación suponen la principal fuente de información de la ciudadanía sobre este tema. Han ejercido un papel decisivo en la divulgación de la información científica. Sin embargo, hay que reconocer que el cambio climático es un asunto marginal para los medios españoles, tanto cuantitativamente (León, 2014)xviii como cualitativamente (Teso, 2015)xix. Los medios de comunicación mantienen mayoritariamente, sin cuestionar, los modelos de producción y de consumo (agenda framing) que han desequilibrado -y siguen desequilibrando- la biosfera. Apenas tratan la realidad de los límites (Fernández-Reyes, 2015) y no existen debates sobre los dos motores del cambio climático: el crecimiento económico y el demográfico. Pero sería un error atribuir la responsabilidad solo a los medios de comunicación. Facilitar la emergencia de toda una nueva cultura, basada en la descarbonización y la resiliencia, es una tarea conjunta, aunque las responsabilidades son bien diferenciadas.
La conexión mediática del cambio climático con los fenómenos meteorológicos extremos puede influir sobre la percepción social del riesgo, aumentando la sensación de vulnerabilidad (Lopera, 2017) y agilizando la acción política. Su estudio queda justificado por ser la principal causa de muerte (Lopera, 2017), con mucha diferencia, de los efectos meteorológicos extremos. Hasta tal punto que, si la ola de calor de 2003 se atribuyese al impacto del ser humano, estaríamos hablando de la mayor catástrofe ambiental en España, en cuanto a víctimas mortales (Fernández-Reyes, 2012). A partir de los resultados se concluye que los eventos extremos están, aún, escasamente vinculados con el cambio climático. Y que la ola de calor de agosto de 2018 en España ha mostrado niveles de vinculación con el cambio climático que son menores que en ocasiones anteriores. Por tanto, aún se mantiene una laguna en la cobertura del cambio climático como medio para popularizar la conexión cambio climático y eventos extremos (Lopera, 2017).
El cambio climático está mostrando ya sus efectos. Tendría que ocupar una mayor relevancia en las portadas de los diarios, en los debates políticos y en las prioridades de la ciudadanía. El profesor Lewis, colaborador de Carbon Brief, exponía estos días “El cambio climático es una amenaza mayor para el Reino Unido que las directivas de la UE, el terrorismo o la invasión de un poder extranjero. En lugar de esta visión ciega donde el futuro es el mismo que el pasado, tenemos que salir del intenso calor y observar lo que estamos haciendo en nuestro planeta”xx. ¿Qué amenazas tenemos que relativizar en España en el ámbito mediático, social y político para visibilizar el mayor reto de nuestro siglo y así canalizar la creatividad hacia las alternativas?
Citas:
i Media and Climate Change Observatory
ii http://sciencepolicy.colorado.edu/icecaps/research/media_coverage/summaries/issue19.pdf
iii Ver https://blogs.publico.es/ecologismo-de-emergencia/2018/08/04/europa-esta-ardiendo/
iv https://www.carbonbrief.org/media-reaction-2018-summer-heatwaves-and-climate-change
v 2007 fue el año de ebullición de este tema en los medios de comunicación. Ver http://sciencepolicy.colorado.edu/icecaps/research/media_coverage/spain/index.html
vi La robustez científica al respecto se ha ido acrecentando conforme se han publicado los distintos informes del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático). En el último, el V Informe (IPCC, 2014), la ciencia ha mostrado unas conclusiones nítidas: confirma que el calentamiento del sistema climático es claro, así como la influencia humana, que ha generado ya impactos en todos los continentes y océanos, y que hará falta mitigar y adaptarse para evitar impactos climáticos dañinos. Además de posicionarse como tema destacado en la agenda científica (IPCC, 2014), el cambio climático se ha situado como tema prioritario en la agenda política internacional (Acuerdo de París, 2015, y Objetivos de Desarrollo Sostenible, 2015), en la agenda económica (World Economic Forum, 2018) y en la preocupación ciudadana (Pew Research Center, 2015).
vii (Fernández-Reyes, 2012; Gavin et al., 2011; Jiménez y Martín-Sosa, 2017; Joy et al, 2016; Lopera y Moreno, 2014; Lopera, 2013; Lopera, 2017; Nerlich, B., y Jaspal, 2013; Pasquare y Oppizzi, 2012)
viii Organizada por Ladecom y el Grupo Comunicar en marzo de 2018 en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla
ix https://elpais.com/elpais/2018/01/18/ciencia/1516287875_193258.html
x Sabemos que, en España, el aumento de temperatura es superior al de la media global. En ocasiones lo dobla, aunque ese número varía entre las diferentes estaciones (sobre todo invierno y verano) y diferentes alcances temporales. En términos generales la media global (que incluye la parte del globo cubierta por océanos) es menor que las media sobre los continentes y dentro de la parte continental también hay grandes diferencias dependiendo de la latitud y de la mayor o menor influencia oceánica. Es preciso que la ciencia avance en el estudio de este factor de multiplicación en España, hasta ahora poco investigado, que depende de muchas circunstancias.
xi En España, diversos trabajos muestran la existencia de una temperatura máxima diaria a partir de la cual se observa un incremento acusado de la mortalidad. Para el caso de Madrid esta temperatura máxima diaria de “disparo de la mortalidad” es de 36,5 ºC (Díaz et al 2002a), 30,3 ºC para Barcelona y 41ºC para Sevilla (Díaz et al 2002b)
xii http://www.europapress.es/sociedad/noticia-2017-sido-ano-mas-olas-calor-cinco-olas-suman-25-dias-supera-2001-2016-2003-20171009133440.html
xiii http://www.europapress.es/madrid/noticia-investigadores-ucm-concluyen-ola-calor-junio-2017-estuvo-influenciada-calentamiento-global-20180307120725.html
xiv Las siguientes olas de calor transcurrieron entre el 12 y el 16 de julio, del 28 al 30 de julio, del 2 al 6 de agosto, y del 20 al 22 de agosto.
xv https://www.worldweatherattribution.org/analyses/european-heat-wave-july-2015/
xvi En 2017 se sucedieron varios los huracanes con especial virulencia en la región caribeña: Harvey en agosto, e Irma y María en septiembre. Si bien las informaciones recogieron que las aguas del Caribe presentaban una temperatura superior a lo normal, la vinculación entre los huracanes y el cambio climático o el calentamiento global fue muy limitada, como exponía George Monbiot en https://www.theguardian.com/commentisfree/2017/aug/29/hurricane-harvey-manmade-climate-disaster-world-catastrophe
xvii En esta ocasión no se estudió “calentamiento global”
xviii En los periodos analizados, el número de informaciones sobre cambio climático no llegó al 0,2% del total, siendo el 0,19% de la muestra analizada para el caso de los informativos de televisión (León, 2014:16)
xix Según la investigación realizada por Gemma Teso en las televisiones españolas, el tratamiento del cambio climático se caracteriza por la superficialidad y falta de contextualización, en piezas de una duración entre 1 y 2 minutos de promedio (Teso, 2015: 638)
xx https://www.carbonbrief.org/media-reaction-2018-summer-heatwaves-and-climate-change
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