Japón intenta desintoxicarse de su adicción al plástico
Los vertederos de Japón están desbordados de plástico desde que China decidió dejar de importar este tipo de basura, un problema que ha empujado al Gobierno nipón a adoptar una nueva normativa para contener el uso excesivo de este material.
por: Antonio Hermosín
Residuos de plástico
Japón es el segundo mayor productor mundial de residuos plásticos per cápita después de Estados Unidos y hasta hace poco el mayor exportador de esta basura a China, y aunque cuenta con un desarrollado sistema de separación y reciclado, en la práctica sólo reutiliza una pequeña parte del plástico desechado.
El archipiélago nipón generó 8,99 millones de toneladas de basura plástica en 2016, de los cuales 1,38 millones se exportaron a otros países para su reciclado o incineración (el 80 % a China), y otros 0,69 millones se reciclaron a nivel doméstico, según datos del Instituto Nacional de Gestión del Plástico.
Los restantes 6,93 millones de toneladas fueron empleados para su descomposición en elementos químicos, incinerados para generar electricidad o desechados en vertederos.
Reciclaje
Los datos oficiales señalan que casi un cuarto de los residuos plásticos recolectados en Japón son reutilizados, aunque organizaciones como Greenpeace critican que este porcentaje incluya tanto los materiales reciclados como los que van a parar a plantas incineradoras con la consiguiente emisión de gases contaminantes.
Parte de esta basura pasa por las instalaciones de Reciclado de Recursos de Minato-ku (un céntrico distrito del Área Metropolitana de Tokio), que destacan por su eficacia y por ser “de las pocas de la capital gestionadas por la administración local”, explica a EFE uno de sus responsables, Yoshinori Aoki.
Cada día, dos decenas de trabajadores y un sistema altamente automatizado separan toneladas de botellas reciclables, bolsas de plástico, cajas de almuerzo empaquetado y otros envases desechables, residuos que son finalmente prensados en cubos gigantescos y enviados a subcontratas privadas que se encargan de procesarlos.
El centro de Minato-ku es solo un pequeño eslabón dentro de la “cadena del plástico” en Japón. En el país, una de cada cuatro administraciones locales recolecta más residuos plásticos de los que puede procesar desde que China dejó de comprar basura nipona el pasado enero, según una reciente encuesta del Ministerio de Medio Ambiente.
Esto ha puesto en evidencia la “alta dependencia” que tenía Japón del país vecino a la hora de lidiar con su basura, así como “la carencia de una estrategia efectiva” para frenar el uso del plástico, afirma el experto medioambiental Kenji Ishihara, de la oficina japonesa de Greenpeace.
Nuevo plan del gobierno japonés
En este contexto, el gobierno nipón ha elaborado un plan para recortar en un 25 % la emisión de residuos plásticos no reciclables para 2030, que incluye medidas como promover el uso de materiales biodegradables o imponer el cobro por bolsas desechables en todos los establecimientos.
Japón aspira además a proponer esta estrategia como un compromiso colectivo para la cumbre del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes) que se celebrará en Osaka el próximo junio y liderar así los esfuerzos globales contra la contaminación de los océanos, según consta en el borrador del texto, cuya aprobación está prevista para el próximo marzo.
Para Greenpeace, WWF y otras 15 ONG ecologistas niponas, se trata de “un plan muy poco ambicioso” que “en ningún caso puede situarse a la vanguardia mundial” por su falta de concreción y porque está por detrás de otras medidas que tramita por ejemplo la Unión Europea (UE), como prohibir los plásticos de un solo uso.
En una declaración conjunta, estas organizaciones también alertan del riesgo de que la basura nipona exportada a destinos alternativos a China, como es el caso de Vietnam, sea procesada sin respetar protocolos medioambientales o de que termine vertida de forma ilegal en terrenos, ríos y mares.
Cultura de consumo
Por ello, proponen metas más exigentes como reducir a la mitad la generación de plásticos desechables y recortar las exportaciones de los mismos para 2030, algo que sólo se podría conseguir con una normativa más dura “pero también con un cambio radical en la cultura de consumo de Japón para hacerla libre de plástico”, dice Ishihara.
En el país asiático ha aumentado durante los últimos años el volumen de residuos de este material por su uso habitual en embalajes de alimentos frescos, y por el consumo creciente de comidas preparadas, bebidas embotelladas, cafés para llevar y cubiertos o bolsas desechables.
El sector privado nipón, por su parte, ha expresado su preocupación por el impacto económico que tendrá la nueva normativa nipona que contempla expandir el uso de materiales biodegradables como sustitutivos del plástico, puesto que resultan más caros.
Fuente: EFEverde
------------------
Los 28 países de la UE apoyan la prohibición de plásticos de uso único
Los Estados miembros de la Unión Europea dieron su apoyo a un proyecto con miras a prohibir algunos productos de plástico de uso único, nueva etapa hacia una adopción rápida de la legislación.
por: Antonio Hermosín
Residuos de plástico
Japón es el segundo mayor productor mundial de residuos plásticos per cápita después de Estados Unidos y hasta hace poco el mayor exportador de esta basura a China, y aunque cuenta con un desarrollado sistema de separación y reciclado, en la práctica sólo reutiliza una pequeña parte del plástico desechado.
El archipiélago nipón generó 8,99 millones de toneladas de basura plástica en 2016, de los cuales 1,38 millones se exportaron a otros países para su reciclado o incineración (el 80 % a China), y otros 0,69 millones se reciclaron a nivel doméstico, según datos del Instituto Nacional de Gestión del Plástico.
Los restantes 6,93 millones de toneladas fueron empleados para su descomposición en elementos químicos, incinerados para generar electricidad o desechados en vertederos.
Reciclaje
Los datos oficiales señalan que casi un cuarto de los residuos plásticos recolectados en Japón son reutilizados, aunque organizaciones como Greenpeace critican que este porcentaje incluya tanto los materiales reciclados como los que van a parar a plantas incineradoras con la consiguiente emisión de gases contaminantes.
Parte de esta basura pasa por las instalaciones de Reciclado de Recursos de Minato-ku (un céntrico distrito del Área Metropolitana de Tokio), que destacan por su eficacia y por ser “de las pocas de la capital gestionadas por la administración local”, explica a EFE uno de sus responsables, Yoshinori Aoki.
Cada día, dos decenas de trabajadores y un sistema altamente automatizado separan toneladas de botellas reciclables, bolsas de plástico, cajas de almuerzo empaquetado y otros envases desechables, residuos que son finalmente prensados en cubos gigantescos y enviados a subcontratas privadas que se encargan de procesarlos.
El centro de Minato-ku es solo un pequeño eslabón dentro de la “cadena del plástico” en Japón. En el país, una de cada cuatro administraciones locales recolecta más residuos plásticos de los que puede procesar desde que China dejó de comprar basura nipona el pasado enero, según una reciente encuesta del Ministerio de Medio Ambiente.
Esto ha puesto en evidencia la “alta dependencia” que tenía Japón del país vecino a la hora de lidiar con su basura, así como “la carencia de una estrategia efectiva” para frenar el uso del plástico, afirma el experto medioambiental Kenji Ishihara, de la oficina japonesa de Greenpeace.
Nuevo plan del gobierno japonés
En este contexto, el gobierno nipón ha elaborado un plan para recortar en un 25 % la emisión de residuos plásticos no reciclables para 2030, que incluye medidas como promover el uso de materiales biodegradables o imponer el cobro por bolsas desechables en todos los establecimientos.
Japón aspira además a proponer esta estrategia como un compromiso colectivo para la cumbre del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes) que se celebrará en Osaka el próximo junio y liderar así los esfuerzos globales contra la contaminación de los océanos, según consta en el borrador del texto, cuya aprobación está prevista para el próximo marzo.
Para Greenpeace, WWF y otras 15 ONG ecologistas niponas, se trata de “un plan muy poco ambicioso” que “en ningún caso puede situarse a la vanguardia mundial” por su falta de concreción y porque está por detrás de otras medidas que tramita por ejemplo la Unión Europea (UE), como prohibir los plásticos de un solo uso.
En una declaración conjunta, estas organizaciones también alertan del riesgo de que la basura nipona exportada a destinos alternativos a China, como es el caso de Vietnam, sea procesada sin respetar protocolos medioambientales o de que termine vertida de forma ilegal en terrenos, ríos y mares.
Cultura de consumo
Por ello, proponen metas más exigentes como reducir a la mitad la generación de plásticos desechables y recortar las exportaciones de los mismos para 2030, algo que sólo se podría conseguir con una normativa más dura “pero también con un cambio radical en la cultura de consumo de Japón para hacerla libre de plástico”, dice Ishihara.
En el país asiático ha aumentado durante los últimos años el volumen de residuos de este material por su uso habitual en embalajes de alimentos frescos, y por el consumo creciente de comidas preparadas, bebidas embotelladas, cafés para llevar y cubiertos o bolsas desechables.
El sector privado nipón, por su parte, ha expresado su preocupación por el impacto económico que tendrá la nueva normativa nipona que contempla expandir el uso de materiales biodegradables como sustitutivos del plástico, puesto que resultan más caros.
Fuente: EFEverde
------------------
Los 28 países de la UE apoyan la prohibición de plásticos de uso único
Los Estados miembros de la Unión Europea dieron su apoyo a un proyecto con miras a prohibir algunos productos de plástico de uso único, nueva etapa hacia una adopción rápida de la legislación.
Los embajadores de los 28 países acordaron su posición común respecto a la propuesta de la Comisión, anunció el Consejo de la UE en un comunicado.
Eso permitirá abrir las negociaciones con el otro legislador de la UE, el Parlamento Europeo, que expresó su apoyo durante un voto el 24 de octubre.
La primera discusión entre los legisladores se mantendrá el 6 de noviembre, mientras que la UE espera poder debatir sobre una nueva legislación antes de fin de año.
La acumulación de los
desechos plásticos desde la década de 1950.
Gráficos: Laurence Chu, Gal
Roma, Vincent Lefai, Marimé Brunengo
El Consejo apoya la prohibición de los plásticos de uso único para los que existen otras alternativas.
El proyecto es “más ambicioso” en lo que concierne la responsabilidad de los productores de estos plásticos en la limpieza de los residuos. La Comisión propone que el coste de esta limpieza esté a cargo de los productores en cuestión, y el Consejo quiere que esta obligación se extienda a las compañías que importen o vendan estos productos o embalajes de uso único.
También busca como objetivos nacionales la reducción del consumo de productos plásticos de uso único para los que no existe alternativa de fabricación.
Con tal de mejorar la aplicación de la futura directiva, los 28 defienden un etiquetaje específico para los productos plásticos que se reciclan mal “para permitir a los consumidores que escojan mejor”.
La UE espera poder llegar a un acuerdo de principio de aquí a finales de año y concluir el proceso legislativo del texto de aquí a la primavera de 2019, para que entre en vigor en 2021.
Fuente:Agence France-Presse - https://www.ednh.news/es/los-28-paises-de-la-ue-apoyan-la-prohibicion-de-plasticos-de-uso-unico/