Se termina el petróleo ¿y ahora qué hacemos?

Estamos consumiendo vertiginosamente las reservas de petróleo y gas que a la naturaleza le llevó millones de años producir, por lo que inevitablemente nos acercamos al fin de una era. Según las estimaciones de diversos especialistas, dentro de entre cinco y veinticinco años mas, se iniciará un proceso de merma en la capacidad productiva de los pozos a nivel mundial, lo que significará el principio del fin de nuestras sociedades como las conocemos.
 
Al mismo tiempo, el planeta está ofreciendo muestras constantes de saturación en su capacidad de absorber y reciclar los elementos residuales de la actividad humana, entre ellos la producción de gases generada por la quema de hidrocarburos.
Tenemos entonces una forzosa oportunidad de cambio. Y es muy importante que hagamos una evaluación correcta de cuál es realmente el cambio que tenemos que hacer para que el futuro de la humanidad, que por el momento se presenta bastante incierto, vaya tomando mejores perspectivas.
Las alternativas están sobre la mesa, podemos sustituir, aunque no sin complicaciones, a los hidrocarburos por otros medios de producción de energía como la nuclear, las mega-represas, los biocombustibles y así continuar hasta que el planeta diga basta de una vez por todas.
O podemos generar energía de forma menos contaminante, como la micro-hidráulica, la eólica, la solar, la mareomotriz, la geotérmica y tantas otras que podrían aprovechar las condiciones del lugar, sin producir impactos negativos al ambiente.
Por supuesto que esta segunda opción sería mas complicada, no sólo por los intereses y grupos económicos que se verían afectados por este cambio, sino también porque la energía producida no podría alcanzar los niveles de la anterior y deberíamos adaptar nuestras sociedades a una nueva realidad.
Ya no sería posible la existencia de las megalópolis actuales, donde decenas de millones de personas se encuentran hacinadas y sin posibilidades de auto sustentar su consumo ni de energía, ni de alimentos, ni de agua. Deberíamos entonces cambiar también el modelo actual de propiedad de la tierra, producción, consumo, es decir el modelo socioeconómico en que vivimos.
Una redistribución geográfica de la población humana que permitiera formar comunidades prácticamente auto sustentables, aparece como la opción mas lógica.
Pero lo que se hace o no en materia ambiental lo determinan los gobiernos, en general manejados por las multinacionales cuyo objetivo es siempre obtener las mayores ganancias posibles.
Y este es el circulo vicioso que debemos cortar si queremos construir sociedades mas justas, solidarias y ambientalmente sustentables. Somos nosotros, los pueblos, quienes debemos gobernarnos. Y para eso debemos participar. No es solamente votando cada tanto a nuestros representantes como vamos a lograrlo. Participar en las propuestas, participar en la acción, participar en la planificación, en el control y en la toma de decisiones en las que sea nuestro futuro el que está en juego. Si queremos de verdad un cambio, todos debemos participar.

Ricardo Natalichio: Director www.EcoPortal.net


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