Auge minero en Ecuador y despojo

Despojo, esta palabra bien puede representar lo que ocurre en Ecuador a partir de la instauración de proyectos mineros de mediana y gran escala destinados a la explotación metálica del subsuelo. Son cinco proyectos denominados “estratégicos” (1)  a saber: Loma Larga y Río Blanco (Azuay), Mirador y Fruta del Norte (Zamora Chinchipe) y San Carlos – Panantza (Morona Santiago). Todos ellos ubicados en el Sur de Ecuador, sumados a un sin número de proyectos de menor escala que, en todo su conjunto representa alrededor de 1´867.515 hectáreas, un 7.3% del territorio continental ecuatoriano hacia 2018 (2).  Este despojo tiene características propias, algunas de las cuales analizaremos muy sucintamente a continuación.

Movimiento 26 de Mayo M-26

Empecemos esquematizando los múltiples niveles de despojo. No sólo ocurre un despojo de los recursos naturales del Ecuador, representado en la extracción de minerales, la contaminación del agua asociada a las operaciones mineras o el acaparamiento sistemático de territorios por parte de las empresas mineras, principalmente extranjeras, a partir de estrategias reprochables, todo esto a favor del gran capital extranjero. Existen otros despojos invisibilizados.  
Despojos que parten desde la pérdida de los medios de vida de las poblaciones locales donde se asientan los proyectos mineros. Rompimiento de la estructura social de las comunidades, ruptura del sentido de la pluralidad, de la vida en comunidad. Despojo y ruptura de lo que, en términos de Habermas, se conoce como “mundo de la vida”.
Esto abre las puertas a una dimensión mucho menos conocida de despojo: el despojo desde lo subjetivo, desde lo emotivo, desde lo sensitivo. Esta, quizás, es una parte que resulta fundamental en la pugna socioambiental que se genera entre las comunidades y la alianza entre las empresas mineras y el Estado ecuatoriano, debido a que de este componente se pueden generar “formas de ver la vida” con dos claras consecuencias: luchar contra la minería o normalizarla. En esta pugna subjetiva múltiples estrategias se han desplegado tanto desde la alianza Estado/empresas mineras como desde las comunidades locales. Entre estas estrategias podemos citar, por ejemplo, las diversas campañas publicitarias de Ecuador Estratégico EP (3) rematadas por su lema “Recursos que construyen felicidad”, los discursos emitidos por diversos funcionarios del Estado a favor de la explotación minera y del lado de los sectores sociales en resistencia podemos citar las dos sentencias emitidas tanto por el juez Paúl Serrano, en primera instancia, y la Corte Provincial del Azuay que, entre otras cosas, ordena el cese de actividades del proyecto Río Blanco. Así mismo en el caso del proyecto Loma Larga (antes denominado Quimsacocha), la aplicación de una consulta popular en el cantón Girón en la cual el pueblo mostrará su apoyo o no al proyecto en marzo próximo.
Así es como se configuran los distintos tipos de despojos asociados con las actividades extractivas mientras en el Ecuador. Conocer y entender estas dinámicas sin duda resulta fundamental para cambiar estas realidades ya que, prácticamente en todos los casos, el aspecto subjetivo, emotivo y sensorial no es analizado ni incorporado en las discusiones sobre estas temáticas, algo, que en el corto o largo plazo facilita los procesos de despojo en las comunidades afectadas por estos proyectos.
 
Fuente: https://abpecua.wixsite.com/ecua/single-post/2019/02/10/Auge-minero-en-Ecuador-y-despojo

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