La especie humana, el vecino más traicionero de los vertebrados terrestres
Un estudio revela que los humanos son responsables del 28% de las muertes de mamíferos, aves, peces y anfibios. La especie humana ha transformado ya el 75 % de los ecosistemas terrestres
Elena Martínez Batalla
Hace unos meses, el último Informe Planeta Vivo elaborado por la organización conservacionista WWF hacía saltar todas las alarmas al revelar que las poblaciones de vertebrados -dentro de los que se incluyen peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos- disminuyeron un 60 % entre 1970 y 2014 debido, sobre todo, a la pérdida de hábitats naturales, la contaminación y el cambio climático.
Esta última es considerada la principal preocupación ciudadana a escala global, por delante incluso del terrorismo. Y no es para menos, pues, aunque a lo largo de la historia de la Tierra el clima siempre haya ido fluctuando, el ritmo al que lo está haciendo ahora es mucho más acelerado y las consecuencias sobre la biodiversidad no son menores.
Las causas del acusado declive de las poblaciones animales son producto de la actividad humana y, en concreto, de la intensificación de las prácticas agrícolas y la sobreexplotación de la vida silvestre, entre otros. Juntas se consideran responsables de más de una de cada cuatro muertes de vertebrados terrestres, según se desprende de un artículo científico publicado el pasado mes de enero en la revista especializada Global Ecology and Biogeography.
En el trabajo, los autores, investigadores de Universidad Estatal de Nueva York y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, aseguran que esto se debe a que la especie humana comparte hábitat con ellos, algo que no ocurre en el océano. No obstante, en el agua no hay barreras físicas, con lo que la huella humana no debe menospreciarse, ya que un impacto en la costa puede notarse también a mar abierto.
Para la elaboración del estudio, los científicos analizaron 42.755 muertes que tuvieron lugar entre 1970 y 2018. Todas ellas estaban reportadas en más de mil estudios científicos que fueron revisados de forma exhaustiva. Entre los ejemplares analizados figuran mamíferos, aves, reptiles y anfibios muertos en América del Norte y del Sur, Europa, Asia, África y Oceanía que habían sido identificados o etiquetados para proyectos de investigación.
Según los resultados de la investigación, el 28% de las muertes son atribuibles directamente a la especie humana, pese a ser esta solo una entre las más de 35.000 especies de vertebrados terrestres que existen.
Sin embargo, los investigadores alertan de que las muertes derivadas de causas indirectas podrían ser muchas más. En concreto, a día de hoy, las que más les preocupan son la expansión de las zonas urbanizadas y los cambios en los usos del suelo, que aseveran que tienen un “efecto desproporcionado” sobre los vertebrados terrestres. Asimismo, los expertos sostienen que la presencia de la especie humana afecta más a las especies más grandes.
Cada vez son menos los ecosistemas vírgenes del planeta, es decir, aquellos que han podido escapar de la huella humana y conservan aún la condición de prístinos. De hecho, algunos trabajos apuntan que el 77% de los ecosistemas terrestres i el 87% de los marinos ya han sido modificados por la especie humana.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20190213/46409108461/especie-humana-vecino-traicionero-vertebrados-terrestres.html
Elena Martínez Batalla
Hace unos meses, el último Informe Planeta Vivo elaborado por la organización conservacionista WWF hacía saltar todas las alarmas al revelar que las poblaciones de vertebrados -dentro de los que se incluyen peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos- disminuyeron un 60 % entre 1970 y 2014 debido, sobre todo, a la pérdida de hábitats naturales, la contaminación y el cambio climático.
Esta última es considerada la principal preocupación ciudadana a escala global, por delante incluso del terrorismo. Y no es para menos, pues, aunque a lo largo de la historia de la Tierra el clima siempre haya ido fluctuando, el ritmo al que lo está haciendo ahora es mucho más acelerado y las consecuencias sobre la biodiversidad no son menores.
Las causas del acusado declive de las poblaciones animales son producto de la actividad humana y, en concreto, de la intensificación de las prácticas agrícolas y la sobreexplotación de la vida silvestre, entre otros. Juntas se consideran responsables de más de una de cada cuatro muertes de vertebrados terrestres, según se desprende de un artículo científico publicado el pasado mes de enero en la revista especializada Global Ecology and Biogeography.
En el trabajo, los autores, investigadores de Universidad Estatal de Nueva York y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, aseguran que esto se debe a que la especie humana comparte hábitat con ellos, algo que no ocurre en el océano. No obstante, en el agua no hay barreras físicas, con lo que la huella humana no debe menospreciarse, ya que un impacto en la costa puede notarse también a mar abierto.
Para la elaboración del estudio, los científicos analizaron 42.755 muertes que tuvieron lugar entre 1970 y 2018. Todas ellas estaban reportadas en más de mil estudios científicos que fueron revisados de forma exhaustiva. Entre los ejemplares analizados figuran mamíferos, aves, reptiles y anfibios muertos en América del Norte y del Sur, Europa, Asia, África y Oceanía que habían sido identificados o etiquetados para proyectos de investigación.
Según los resultados de la investigación, el 28% de las muertes son atribuibles directamente a la especie humana, pese a ser esta solo una entre las más de 35.000 especies de vertebrados terrestres que existen.
Sin embargo, los investigadores alertan de que las muertes derivadas de causas indirectas podrían ser muchas más. En concreto, a día de hoy, las que más les preocupan son la expansión de las zonas urbanizadas y los cambios en los usos del suelo, que aseveran que tienen un “efecto desproporcionado” sobre los vertebrados terrestres. Asimismo, los expertos sostienen que la presencia de la especie humana afecta más a las especies más grandes.
Cada vez son menos los ecosistemas vírgenes del planeta, es decir, aquellos que han podido escapar de la huella humana y conservan aún la condición de prístinos. De hecho, algunos trabajos apuntan que el 77% de los ecosistemas terrestres i el 87% de los marinos ya han sido modificados por la especie humana.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20190213/46409108461/especie-humana-vecino-traicionero-vertebrados-terrestres.html