Islandia da luz verde a la caza de ballenas cinco años más
El mercado mundial de
carne de ballena ha caído y es ínfimo el apoyo publico a la caza de
estos mamíferos marinos pero, a pesar de todo esto, el gobierno islandés
a optado por seguir desafiando la prohibición internacional y permitir
la caza de ballenas hasta 2023. La caza de ballenas en Islandia genera menos ingresos que el turismo de avistamiento de cetáceos.
Neus Palou
Islandia ha fijado nuevas cuotas para estos cinco años, en concreto amplia la caza de rorcuales comunes (Balaenoptera physalus) hasta los 209 (161 en 2018). En la caza de ballena Minke (Balaenoptera acutorostrata) se disminuye el número de ejemplares permitidos hasta los 217 (262 en 2018).
La población de ambas especies goza de buen estado y que la caza durante las últimas décadas no ha tenido efectos negativos importantes en los stocks
Kristjan Thor Juliusson Ministro de Pesca islandés
El Ministro de Pesca islandés, Kristjan Thor Juliusson, sostiene que “la población de ambas especies goza de buen estado y que la caza durante las últimas décadas no ha tenido efectos negativos importantes en los stocks”.
La decisión se ha tomado basándose en un nuevo informe ballenero conducido por el Instituto de Investigación Marina de Islandia cuya metodología y conclusiones han sido ampliamente cuestionadas. El autor principal de este informe, el Dr. Oddgeir Á. Ottesen, fue diputado de un partido político islandés que siempre ha dejado clara su postura a favor de la caza. Curiosamente, el ministro Juliusson pertenece a este mismo partido.
Ante estas coincidencias no es de extrañar que la decisión haya sido ampliamente criticada y el informe puesto en tela de juicio. La incertidumbre sobre el número global de ballenas existentes y las múltiples amenazas que enfrentan estos mamíferos marinos, los activistas alertan que dar luz verde a la caza es una amenaza letal para estos animales.
Apoyo de Islandia a los problemas ambientales
Para que sea así es necesario que Islandia deje de matar ballenas y, lamentablemente, Kristjan Thor Juliusson se ha posicionado contra la defensa de los océanos
Según Árni Finnsson, director de la organización Iceland Nature Conservation Association, la práctica ballenera contradice directamente el supuesto apoyo de Islandia a los problemas ambientales. “Para que sea así es necesario que Islandia deje de matar ballenas y, lamentablemente, Kristjan Thor Juliusson se ha posicionado contra la defensa de los océanos,” dice Finnsson, señalando además que la caza de ballenas no es un negocio rentable.
El año pasado, la única compañía ballenera del país, Hvalur hf., arponeó 144 de estos mamíferos marinos tras un paro de dos años debido a las dificultades comerciales provocadas por la disminución del consumo de carne de ballena en Japón, su mayor mercado.
La compañía, que caza rorcuales aliblancos, abandonó su caza a finales de julio por su poca rentabilidad, tras matar a seis ballenas de una cuota de 262, la cifra más baja desde que Islandia reanudó la caza de ballenas en 2003.
Informe
El avistamiento de ballenas supuso 3,2 billones de coronas islandesas en 2017, mientras que la captura de ballenas solo llegó a 1,7 millones de coronas
Universidad de Islandia
Sin embargo, muchos organismos y asociaciones del país, incluidos los involucrados en la industria del turismo de ballenas, han argumentado que las ballenas valen más vivas que muertas. Según un informe de la Universidad de Islandia, el avistamiento de ballenas supuso 3,2 billones de coronas islandesas en 2017, mientras que la captura de ballenas solo llegó a 1,7 millones de coronas.
Junto con Noruega, Islandia sigue desafiando la prohibición de la caza de ballenas establecida por la Comisión Internacional de Caza de Ballenas (CBI), que se aplica desde 1987.
Japón también ha desafiado estas reglas, aunque ha utilizado un vacío legal que permite la caza de ballenas con fines científicos, y a finales de 2018, la nación anunció que abandonaba la CBI.
Fuente: la Vanguardia - Natural