Impulsores genéticos: cómo favorecen la agricultura industrial y amenazan a la soberanía alimentaria
Después de más de 20 años de controversia y rechazo a los transgénicos, la industria biotecnológica está desarrollando nuevas modificaciones genéticas invasivas para controlar insectos, hierbas y crear nuevos monopolios. Es lo que se denomina “impulsores genéticos”: organismos habilitados para diseminar sus genes de diseño (en muchos casos son genes de “auto-extinción) en hábitats y ecosistemas completos.
ETC group
Crear organismos invasivos capaces de esparcir genes de diseño en campo abierto, reedita uno de los peores escenarios que anticipamos con los transgénicos (la contaminación genética) y lo convierte en una estrategia industrial. La primera generación de transgénicos esparció sus genes por accidente, pero los organismos con impulsores genéticos tienen por objetivo propagarse deliberadamente para alterar el genoma de las poblaciones silvestres en el tiempo de su generación.
¿Qué pasaría si genes dirigidos a producir esterilidad femenina –que han demostrado que pueden eliminar poblaciones de mosquitos en laboratorio–, se transfirieran a especies que polinizan nuestros cultivos o son fuente de alimento para aves, reptiles e incluso humanos? ¿Quién califica a un insecto o hierba como plaga? ¿Qué sucede al extinguirse artificialmente una especie? ¿Qué pasaría si genes benéficos se desactivaran o si la alteración genética incrementara la incidencia de enfermedades? La industria y la ciencia detrás de los impulsores genéticos no está haciendo estas preguntas básicas orientadas por el principio de precaución. Asumen que problemas extraordinariamente complejos del sistema alimentario pueden resolverse de forma simple con herramientas biotecnológicas.
Los principales financiadores son la Agencia Militar de Proyectos de Investigación Avanzada del gobierno de Estados Unidos (DARPA), la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Tata y el Proyecto de Filantropía Abierta de Facebook.
El informe completo , que describe los usos de impulsores genéticos para combatir plagas, polinizar, mejorar el ganado y el almacenamiento de granos; presenta también las dos patentes principales que reclaman más de 500 aplicaciones agrícolas, y describe las investigaciones en manipulación genética de roedores, polillas, moscas, cerdos, hongos microscópicos, nematodos, langostas y pastos con el fin de asegurar la rentabilidad de la producción agrícola industrial. (Disponible en inglés y francés también).
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Crear organismos invasivos capaces de esparcir genes de diseño en campo abierto, reedita uno de los peores escenarios que anticipamos con los transgénicos (la contaminación genética) y lo convierte en una estrategia industrial. La primera generación de transgénicos esparció sus genes por accidente, pero los organismos con impulsores genéticos tienen por objetivo propagarse deliberadamente para alterar el genoma de las poblaciones silvestres en el tiempo de su generación.
¿Qué pasaría si genes dirigidos a producir esterilidad femenina –que han demostrado que pueden eliminar poblaciones de mosquitos en laboratorio–, se transfirieran a especies que polinizan nuestros cultivos o son fuente de alimento para aves, reptiles e incluso humanos? ¿Quién califica a un insecto o hierba como plaga? ¿Qué sucede al extinguirse artificialmente una especie? ¿Qué pasaría si genes benéficos se desactivaran o si la alteración genética incrementara la incidencia de enfermedades? La industria y la ciencia detrás de los impulsores genéticos no está haciendo estas preguntas básicas orientadas por el principio de precaución. Asumen que problemas extraordinariamente complejos del sistema alimentario pueden resolverse de forma simple con herramientas biotecnológicas.
Los principales financiadores son la Agencia Militar de Proyectos de Investigación Avanzada del gobierno de Estados Unidos (DARPA), la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Tata y el Proyecto de Filantropía Abierta de Facebook.
El informe completo , que describe los usos de impulsores genéticos para combatir plagas, polinizar, mejorar el ganado y el almacenamiento de granos; presenta también las dos patentes principales que reclaman más de 500 aplicaciones agrícolas, y describe las investigaciones en manipulación genética de roedores, polillas, moscas, cerdos, hongos microscópicos, nematodos, langostas y pastos con el fin de asegurar la rentabilidad de la producción agrícola industrial. (Disponible en inglés y francés también).
Les recordamos también que ya está la perspectiva del Grupo ETC sobre este año que comienza:Nombrando el ahora: doce maneras de comenzar a entender el 2019 y más allá
En el texto publicado en este Blog hace unos días, compartimos nuestro análisis del uso frenético de las redes sociales y de la información personal que los oligopolios cibernéticos cosechan para su lucro; sus impactos en la democracia, la tolerancia, las políticas públicas globales. Planteamos el problema de los nuevos monstruos de Frankenstein que científicos irresponsables están desarrollando con las técnicas de edición genética. También proponemos una mirada esperanzadora para el 2019, desde la insustituible creatividad humana, desde nuestra capacidad para discutir y disentir sin mediaciones técnicas y asumiendo toda la dificultad, oscuridad y esperanza que nos ofrece el momento presente.
Imagenes: RT
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