El cerdolí: cruce entre cerdo vietnamita y jabalí que se propaga por España
El cerdolí es uno de los claros ejemplos de lo que puede suponer la introducción de una especie exótica en un hábitat que no es el suyo. Se trata de un animal que surge como resultado del cruce entre el jabalí ibérico, una especie autóctona propia de la península, con el cerdo vietnamita, de origen asiático y declarado como especie invasora por el Gobierno desde hace dos años. El primer ejemplar híbrido entre las dos especies se identificó en España en 2010.
Este cerdo salvaje es más pequeño que el jabalí, pesa entre unos 80 y 100 kilos y tiene las patas más largas. Por lo general, es más peludo, tiene un espeso pelaje oscuro, aunque también se han detectado ejemplares lampiños. Además su hocico, suele ser más largo que el del jabalí; no obstante, también pueden presentar un morro chato.
Por otro lado, la hembra de cerdo vietnamita vive un período de apareamiento mensual (frente al ritual reproductivo bianual de la jabalí) y sus camadas son más numerosas. Pese a que se asilvestran, son más confiados con los humanos y tienden a acercarse a los núcleos poblacionales, siendo objeto de atropellos y accidentes de tráfico, un problema que se acentúa debido a su carácter diurno, a diferencia del jabalí silvestre, que es mucho más activo durante la noche.
De mascota de moda a amenaza medioambiental
En la última década, este animal se ha expandido por Valencia, Madrid, Cataluña, Castilla y León, Aragón y Navarra. Su proliferación en el medio natural se debe a la suelta descontrolada del cerdo vietnamita, un animal que se hizo muy famoso como mascota prácticamente en todo el mundo, después de que se difundieran imágenes de varios famosos, siendo George Clooney el principal ejemplo, con esta variedad de cerdo doméstico en casa.
Sin embargo, pese a que durante la época de crianza estos porcinos parecen pequeños jabatos de reducidas proporciones y aspecto entrañable, lo cierto es que cuando llegan a la edad adulta en algunos casos pueden superar los 100 kilos de peso, por lo que muchos hogares no pueden (o no quieren) afrontar su alimentación y cuidado. Es en este momento cuando los dueños deciden soltarlos en la naturaleza y se convierten así en una amenaza para el ecosistema en el que han sido introducidos, así como para la evolución del jabalí ibérico, con el que deberán convivir.
Al ser el cerdo vietnamita una subespecie del jabalí, la reproducción entre la invasora y la especie autóctona es posible, un cruce del que nace el cerdolí.
Debido a su mayor capacidad reproductiva, este híbrido pueden expandirse y asentarse fácilmente en un ecosistema, superando a las poblaciones de jabalí. De este modo, el cerdolí va propagándose por España.
El Ministerio para la Transición Ecológica señala, además, que el cruce entre el jabalí y el cerdo vietnamita “podría reducir el patrimonio genético de la población española de jabalí” al mezclarse los genes de ambas especies, especialmente cuando una de ellas incluye las debilidades propias de un animal, en su origen, doméstico.
Su proliferación genera un gran impacto tanto a la fauna como a la flora local, ya que al ser animales omnívoros pueden nutrirse tanto de vegetales como de otros seres vivos, principalmente vertebrados pequeños y algunos insectos.
Por todo ello, el cerdo vietnamita, el punto de partida de este problema medioambiental, está incluido en el Catálogo Español de Especies Invasoras, por lo que está prohibida su posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos.