Más escándalos planetarios relacionados con el coche eléctrico

En los últimos días han acontecido una serie de hechos con un común denominador: el coche eléctrico. En todos ellos lo que subyace detrás es claro: es otro gran negocio con todos los ingredientes de éste y, pese a los esfuerzos ímprobos de las empresas y las instituciones, viene acompañado de muchos impactos ambientales (incluidos climáticos) y sociales (humanos).

 
Uno de los acontecimientos ha sido la dimisión del primer ministro de Portugal, Antonio Costa, por una investigación y la involucración de personas cercanas a su gobierno con irregularidades en la concesión de proyectos energéticos, más en concreto de producción de hidrógeno y de extracción de litio.

El otro se sitúa en Indonesia, en la isla de Halmahera, donde Survival International publicó un vídeo de miembros del pueblo no contactado Hongana Manyawa enfrentándose a bulldozers de una minera de níquel. La demanda de níquel se ha disparado ahora para la fabricación de baterías de coches eléctricos.
La dimisión del primer ministro de Portugal en relación con proyectos para la presunta transición energética
Un acontecimiento fue la dimisión como primer ministro de Portugal de Antonio Costa. No, no nos tienen acostumbrados a dimisiones. Los políticos de altura. Menos, como cuando dice que no lo hace por estar involucrado directamente. Según parece ha sido investigado por su participación en tres proyectos energéticos, la concesión de dos explotaciones de litio y un proyecto de producción de hidrógeno verde. El dice que ignora de que se le acusa, pero ante la investigación ha preferido marcharse. Que “la dignidad del cargo es incompatible con la apertura de una investigación” y que su “obligación es también preservar la dignidad de las instituciones democráticas”, lo cual, como decimos, nos es muy extraordinario. Si es así, le honra, aunque siempre cabe que en realidad haya mucho más y antes de que se destape todo prefiera una salida más digna.
Pero obviamente la acusación de “tráfico de influencias, corrupción y prevaricación en proyectos energéticos” son palabras mayores. Además de ser investigado el Primer Ministro Antonio Costa, dos personas cercanas fueron detenidas acusadas de irregularidades en la concesión de dichos proyectos. Se trataba de su, jefe de gabinete, Vítor Escária, y de su gran amigo, el empresario Diogo Lacerda Machado. También están bajo investigación el anterior ministro de Medio Ambiente, João Pedro Matos Fernández, y el secretario de Estado de Energía y ministro de Infraestructuras, João Galamba.
Lo que si queda claro es que con las supuestas alternativas energéticas a la crisis energéticas nos encontramos ante, como denominan ellos, un gran nicho de negocio que no está exento de todos los ingredientes del gran mercado: para empezar grandes beneficios, y luego especulación, favoritismos, corrupción, imposición, etc. Porque si hablamos del mercado, dentro de éste, la energía es uno de los productos, uno de los rubros, en que más fácil se pueden percibir todos esos aspectos poco controlables y que garantizan altos beneficios, por su difícil trazabilidad, gran uso y consumo, gran dependencia de la sociedad actual y de todos los demás sectores económicos, y la consolidación de todas sus empresas como las más poderosas y millonarias del mercado.

Licitaciones mineras en Portugal

Sí, en plena campaña de investidura presidencial, de conflicto entre bloques políticos en España, de tanto esfuerzo y energía para conseguir un partido o una persona el poder, nos suena lejano el que alguien lo prescinda después de llegar ahí. Pero sobre todo, como decimos, cuando casos parecidos de favoritismos, implicación y corrupción en casos han sido tan frecuentes.
En el caso del proyecto de hidrógeno verde, lo que se investiga son supuestos tratos de favor hacia empresas portuguesas (EDP, Galp y REN). El proyecto inicial consistía en exportar hidrógeno verde a Holanda, por lo que era una empresa holandesa la que lo impulsaba en 2019.
Uno de los casos de extracción de litio es el proyectado en Covas do Barroso, que ya hemos tratado aquí en numerosas ocasiones. Este proyecto de la empresa británica Savannah Lithium consiguió que la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente autorizara este enero su Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Sin embargo, este proyecto contabiliza cerca de un millar de alegaciones y un informe contrario de un relator de la ONU. Barroso está declarado además Patrimonio Agrario Mundial por la FAO. Todos estos aspectos constan en el informe, por lo que la APMA es consciente de incumplirlos.
La concesión de la licencia ambiental ha sido motivo para que las comunidades locales y activistas ambientales celebraran este año, en agosto, una nueva Acampada en Defensa de Barroso, la tercera. Porque esta zona y estas comunidades aman su territorio, dependen de él y están dispuestos y dispuestas a defenderlo1. Como dicen en la convocatoria “quieren destruir el mundo verde de Barroso para salvar el mundo del crecimiento infinito, que queremos confrontar y deconstruir la idea de que la transición energética tiene que pasar por el extractivismo desenfrenado, por la transformación de las redes de vida en recursos a agotar, por la desposesión de los territorios rurales y para la ganancia incesante de beneficios”.
El proyecto de extraer litio en Barroso se remonta a hace 5 años. Pero pese a contar ahora con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), la empresa continúa sin tener derecho de acceso a la tierra porque carece de legitimidad social para imponerlo a las comunidades que allá habitan desde tiempos ancestrales
Como dice la campaña local “El gobierno aprobó el EIA, a pesar de reconocer los impactos negativos significativos para las comunidades, la biodiversidad de las sierras y la calidad de las aguas. Lo hizo, imponiendo una narrativa sobre la inevitabilidad de la extracción del litio. Esta narrativa – que pinta la mineración de verde y la presenta como la única solución para la descarbonización – es una narrativa engañosa. En realidad, lo que la Unión Europea y los gobiernos quieren hacer – empezando con Barroso y siguiendo con muchos más territorios — es asegurar una descarbonización que no ponga en riesgo los intereses de la industria automóvil ni en causa el crecimiento económico infinito. La promesa de lucro para algunes, y de ciudades menos carbonizadas, esconde el sacrificio de territorios enteros y la continuación de la violencia asociada a una política de movilidad basada en el transporte individual”.

Esta lucha local es un eco de la resistencia global. Si, en frente de los “objetivos estratégicos europeos”, conseguimos parar aquella que seria la maior mina de lítio de Europa, abriremos precedentes de lucha decisivos para el futuro. Sabemos esto, de la misma forma que las multinacionales y los gobiernos lo saben. Es por eso que esta lucha es tan central. Y es por eso que luchamos.
Destruyendo ecosistemas y pueblos no contactados para extraer niquel
El otro desastre relacionado con el coche eléctrico ocurre en Indonesia, en la isla de Halmahera, (Célebes) una de las mayores después de las 5 mayores. El níquel es otro de los materiales indispensables para las baterías eléctricas. Indonesia es el principal productor mundial de éste material, ahora todavía más preciado.
Como ocurre en Portugal con el proyecto en Barroso que amenaza la vida sostenible y harmoniosa de sus comunidades, aquí también nos encontramos la misma ironía: para posibilitar la fabricación de automóviles supuestamente más respetuosos con el clima (y por tanto, con el medio ambiente) se destruye una isla, se tala su selva y se priva a sus habitantes de su ecosistema. La misma situación que se da en Nueva Guinea con Grasberg, el mismo desastre que se vivió y vive en Bougainville, o en Kalimatán con el carbón, y tantas otras. O incluso con las interminables plantaciones de palma africana, la mayoría destinada a biodiesel, que como recordaremos, también se impulsó como alternativa a los combustibles fósiles. Ahora replicado para el coche eléctrico y la supuesta transición energética, por Weda Bay Nickel. Halmahera

El monstruo de mina Grasberg en Nueva Guinea.

ero hay más, porque en Halmahera habita un pueblo, O Hongana Manyawa, que significa “Gente del bosque”. Este pueblo todavía no ha sido contactado. O más, porque como ha deniunciado Survival International, TAMPOCO quiere ser contactado. Es lo que se denomina un pueblo en aislamiento voluntario. Se cree que lo configurarían entre 300 y 500 personas. Este 1 de noviembre Survival denunció que miembros de este pueblo fueron avistados (filmada por un trabajador que talaba el bosque) intentando detener bulldozers de la mineras, por lo que entienden que la amenaza a su vida (individualmente y como grupo) es latente.
Según narra Survival International “hombres de Hongana Manyawa se acercan cautelosamente al excavador desde lejos. Agitan sus armas para expresar que su presencia no es bienvenida y dejan claro que quieren que los forasteros abandonen la zona donde viven. En respuesta, los conductores de las excavadoras aceleran sus motores, lo que hace que los miembros de la tribu huyan asustados hacia el bosque”.
El ecosistema del que dependían como otro ser vivo, el Bosque Tobelo, ha sido reducido, destruido o contaminado: la palma de sagú de cuyo fruto dependen para carbo-hidratos han sido taladas, los ríos que les proveían de agua potable han sido envenenados por los deshechos mineros o han sido secados para facilitar el tráfico de los camiones, y los campos en los que cazaban ciervos y cerdos salvajes han sido ocupados por miles de mineros, fuerzas de seguridad y otro personal de la minera.
Algunas personas O Hongana Manyawa han sido asimiladas y viven en pre-fabricadas con techos de hojalata y totalmente dependientes de los fideos instantáneos y arroz de la empresa.
El pueblo O Hongana Manyawa, o Gente del Bosque, tiene una relación profundamente profunda con el bosque en el que habitan y del que dependen. Cuando nace un bebé, su cordón umbilical se planta en el suelo junto con semillas de un árbol. El árbol del nacimiento resultante se arraiga en la vida de la persona y actúa como una encarnación física del alma de la persona.
La concesión de aproximadamente 45.000 hectáreas de Weda Bay Nickel fue adjudicada en 1998 por el entonces dictador militar de Indonesia, Suharto. La mina de Weda Bay Nickel se superpone con el territorio de O Hongana Manyawa, que rechazan la minería en sus tierras, como lo han expresado de distintas formas. Este hecho es conocido por la empresa. Obviamente nunca se consultó a los habitantes. Aunque los hubieran podido contactar, ellos no contaban para el régimen de Suharto. Por lo tanto, Weda Bay Nickel está violando los acuerdos de CLPI de los pueblos indígenas adoptados por la ONU y el Banco Mundial.
El pueblo Tobelo también ha sido afectado por este proyecto extractivo. Están organizadas en la Alianza de Pueblos Indígenas del Archipiélago de la Región de Maluku del Norte.
Weda Bay Nickel pertenece en un 57% a la china Tsingshan y un 43% a la francesa Eramet. Después de años malos, ahora la demanda se ha disparado con las baterías. Weda Bay Nickel extrae 40.000 toneladas de níquel por año. Desde 2022 Tsingshan provee níquel a Tesla para producir sus baterías, como así lo hace Eramet con BASF. Tesla prometido obtener níquel de origen ético pero ese en un mensaje vacío. Tesla ha invertido 5.000 millones de dólares en este proyecto.
En Europa, Tesla también ha sido responsable de la tala de 153 Has de bosque para su nueva factoría de SUVs eléctricos en Grünheide (Brandenburgo, Alemania). Por este y otros motivos (entre otros que Tesla es la empresa automovilística más valiosa del mundo y su fundador, Elon Musk, la persona más rica del Planeta), Tesla ha sido objeto de distintos sabotajes últimamente  en Francia y en Alemania.

Protesta local a favor del pueblo Hongana Manyawa

 Fuente: https://aplaneta.org/2023/11/19/18817/ - Imagen de portada: Foto prinicpal: mina de níquel de  Weda Bay Nickel, en Halmahera (Indonesia)

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