Argentina : Milei promete que iremos otra vez a Disneylandia. “Se acabaron las vacas flacas y conmigo disfrutaremos de una bestial bonanza de dólares”.

Como en un partido de fútbol los cachorros de la Libertad Avanza gritan enfervorizados: “¡Milei será campeón, viva la libertad carajo!”. Son los incondicionales de un engendro defensor de la dictadura militar argentina, de la dictadura de Pinochet o de los regímenes más nefastos de América Latina. Milei, sin ruborizarse, justifica la guerra sucia, las torturas, los asesinatos de los militantes de la izquierda, y lo más perverso, niega la cifra 30.000 desaparecidos, aparte de los miles y miles de encarcelados y exiliados, una tenebrosa tragedia en la historia de Argentina que para él representa la victoria del estado de derecho sobre los “terroristas zurdos”.

Carlos de Urabá

Milei No disimula su simpatía por la Junta Militar y sus “héroes” y hasta llegó a trabajar con el genocida de Antonio Bussi. En primera página de los diarios bonaerenses, Milei muy sonriente sale ondeando la bandera de Israel, “un estado que tiene todo el derecho a defenderse de los terroristas palestinos” repite una y otra vez. Porque el “León de Judá” quiere ser el primer presidente judío de Argentina y como Moisés liberar al pueblo esclavo y empobrecido. El nuevo mesías estudia la Torá con un rabino y se dedica a orar todos los sábados en la sinagoga del “Templo de la Libertad”. Además, ha prometido trasladar la embajada Argentina a Jerusalén. El eje Tel Aviv-Buenos Aires-Washington muy pronto será una realidad para gloria y gracia de Adonai.
Hay muchas historias del “León de Judá” que nos hacen dudar de su estado mental: confiesa que se acuesta con sus perros-hijos de papá Conán, muerto en 2017, y clonados en EE.UU por 50.000 dólares. Este engendro ultra clonado también de Videla y Pinochet valora más a sus perros que a los seres humanos. La pérdida de Conán lo sume en un estado depresivo próximo al suicidio y urgentemente contrata a una médium para hablar con Conán ¡mi hijo de cuatro patas! Milagrosamente logra conectarse con el espíritu de su “perrijo” que le abre un canal de luz para conversar con Dios. El Supremo Hacedor le anuncia que su misión es convertirse en presidente de Argentina. El “león de Judá” ciertamente es un psicópata que debería estar internado en un frenopático.
En esta esquizofrénica parodia, Milei asume el papel de Aarón y su hermana Karina, “el azote”, encarna el de Moisés. Su hermana también es telépata y tiene la capacidad de comunicarse con los perros muertos, espíritus divinos que desvelan el futuro de la humanidad. En sus viajes astrales Milei afirma que ha presenciado la resurrección de Cristo. Son alucinaciones místicas más propias de un heroinómano que las de un supuesto doctor en economía.
No comprendemos cómo un país de tan alto nivel cultural haya caído tan bajo. Desde luego que la manipulación y la lobotización cerebral de los gurús digitales han surtido el efecto deseado.
¿Cómo se financia el partido de la Libertad Avanza? Su estrambótica campaña la patrocina la internacional neoliberal fascista: yunqueros, franquistas, falangistas, fundamentalistas católicos, militares golpistas, pinochetistas, bolsonaristas, voxistas, trumpistas y también como no el lobby judío que lo ha coronado como su hijo predilecto.
Su ideología se basa en la ortodoxia capitalista del modelo Gary Becker de la Escuela de Chicago. Es decir, que ganen los que más tienen, y que paguen los más pobres. Por algo Milei es un defensor a ultranza de las políticas privatizadoras en detrimento de lo público. Y “En el caso de una empresa que contamina el río, lo que no está bien definido es el derecho de propiedad. Esa empresa puede contaminar el río todo lo que quiera" porque esa situación "habla de una sociedad a la que le sobra el agua y el precio del agua es cero”… Porque la propiedad privada es un dogma intocable que regirá las líneas maestras de su gobierno. Las FFAA deben garantizar la “libertad y el orden” en un país víctima de una espantosa crisis socioeconómica. Lo que significa mano dura y represión. “Es la hora de recuperar el esplendor perdido para ser otra vez lo que fuimos”.
Pero lo paradójico del caso es que el “redentor anarcocapitalista” es un amante de la casta más ruin del planeta tierra: Trump, Bolsonaro, Uribe, Aznar, Reagan, Thatcher, Pinochet, Videla... Desde luego que un pueblo sumido en la indigencia se aferra a un clavo ardiendo. Y esta desesperación la aprovecha el fascismo criollo para adoctrinar a sus lacayos con la milonga de la “utopía libertaria”.
Pero tranquilos que cuando se dolarice la economía el salario mínimo en unos meses se elevará a los 1.800 dólares. ¡Saquemos pecho orgulloso y make Argentina great again! Dejemos de tomar mate cocido y galletitas criollas para desquitarnos con un buen asado de tira y vacío. Queridos, ahora volveremos a viajar a Disneylandia a visitar a Pluto y Mickey.
“El León de Judá” empuña la motosierra y arenga a sus cachorros: “se acabaron los privilegios de casta y vamos a recortar el gasto público. Esa estafa se consuma a través de la política monetaria del Banco Central y la inflación”. Hay que dinamitar el Banco Central (donde está el ahorro de todos los argentinos) y que no quede piedra sobre piedra. Se acabó el yugo del peso y comenzará la égida del Dios Dólar. Aplicaremos sin compasión una política de ajuste o la “travesía del desierto” que presumiblemente va a desencadenar un “corralito” y también una insurrección. El “plan motosierra” tiene altos costes que resignados debemos asumir. Tranquilos, que es una tormenta pasajera porque nuestros poderosos aliados del mundo libre, Israel, EE.UU. nos ayudarán a salir de este trance.
¿Qué mente truculenta ha escrito el guion de esta grotesca tragicomedia? Que “El calentamiento global es otra de las mentiras del socialismo”,”Que el maligno es el papa Francisco y su ídola es Margaret Thatcher, la primer ministra inglesa que ordenó hundir el crucero general Belgrano en la guerra de las Malvinas. Porque de veras es necesario hacer un profundo psicoanálisis de los protagonistas de la campaña presidencial. Cómo entender a la “new age” de jóvenes anarcolibertarios, “guevaristas de derechas”, jóvenes contrarrevolucionarios enviciados por la heroína digital y movidos por consignas estúpidas: “¡viva la libertad, carajo!”, “entre la mafia y el Estado, prefiero la mafia”, “no viene a guiar corderos, sino a despertar leones”, “la casta tiene miedo”, “Massa, basura, vos sos la dictadura”. La derecha envalentonada se lanza a la batalla cultural y su objetivo es derrotar al “monstruo del marxismo y el comunismo” representado por el foro de Sao Paulo…

https://www.elsaltodiario.com/alkimia/milei-promete-iremos-otra-vez-disneylandia - Imagen de portada: Montaje: Yuma
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La Argentina sórdida


Que Javier Milei sea presidente electo es y no es algo increíble. Lo es, porque sus características no se vinculan a ninguna tradición local, pero no lo es porque algo se había estado cocinando a fuego lento a espalda de los cocineros en los últimos años.

Juan José Becerra

Bueno, bueno, bueno… La sorpresa más esperada acaba de suceder. Ya estaba cantada en el abatimiento de Sergio Massa cuando fue a votar al mediodía y un frío corrió por la espalda de sus votantes. Ahora, la Argentina tendrá, tal como lo ha manifestado su deseo colectivo, un presidente que habla con el espíritu de un perro que ha partido, le dice “Jefe” a su hermana, cursa un carácter con los altibajos del maníaco depresivo, y encarna una “vanguardia” ideológica regresiva que pasa por la Minipimer a la Escuela Austríaca de Economía, los remates de Menem, la simpatía de Juan Bautista Alberdi por Adam Smith, la misoginia in voce y el modelo Massera de justificación del Terrorismo de Estado.
Es estremecedor que no se vea nada detrás de su irrupción, excepto Macri afilándose los dientes para darle a la matraca de los business, lo que sin duda es su síntoma. Es decir, detrás de Milei no se lo ve ni a Milei. Se abre, en cambio, un vacío, una nada abismal. De lo poco que dijo, entre los matorrales de sanata libertaria y la autoindulgencia de invocarse como el primer presidente liberal libertario de la historia de la humanidad, lo que instaló en el discurso unos segundos de un mesianismo que parecía mantenerse a raya, hubo unos subrayados: “no hay lugar para gradualismos, para la tibieza”, “los cambios que necesitamos son drásticos”. Muchas futuras víctimas de estas frases, lo aplaudían a cuatro manos.
La impresión que dejó su primera entrada como presidente electo, es que no tiene mucha idea de lo que va a hacer. Sin embargo, en el horizonte se anuncia una agenda masiva de conflictos, si es que decide avanzar contra lo dado.
Apenas terminó con sus exclamaciones y sus trinos libertarios que seguían sin corresponderse con la pobreza verbal que no entusiasmó ni a los fanáticos, cerró con el consabido mantra: “¡Viva la libertad, carajo!”, como para revitalizar una noche feliz por el triunfo, pero de telón de fondo opaco.
La decepción por la política tal como era entendida hasta ahora, o en todo caso por algunas de sus variantes funcionales o personales, tiene que haber sido muy profunda para que haya sucedido esto. Un talker de pantalla con ideas fijas, sin pistas para hacerlas aterrizar en la vida material, explota su figura de sacado y se convierte en Presidente de la Nación. Su fuerza principal, la postulación de una Argentina platónica sin políticos y con dólares (lamento decirles, hermanos libertarios, que va a seguir habiendo políticos, y peores; pero dólares, no), trae aparejada residuos patológicos: neonazis, torturadores saliendo del closet, intolerancia, boludos a cuerda que quieren alambrar los océanos. Se viene una Argentina sórdida, con simpatía por lo Oscuro y confusa en sus propósitos.

Fuente: https://www.eldiarioar.com/opinion/argentina-sordida_1_10699934.html
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El horror, el horror: parte dos, recargada 

La elección de Javier Milei significa que 40 años de democracia aceptan su fracaso: no hemos sabido construir una democracia que restañara las heridas de la dictadura, para así construir una sociedad más justa e igualitaria. 

Pablo Alabarces

 
Vuelvo a leer mi nota post-PASO, del 14 de agosto. Sigo pensando lo mismo que entonces. Nuevamente, me escriben los amigos y amigas brasileños: “Nadie imaginaba que algo semejante pudiera pasar en Argentina”: ellos soportaron lo peor y pudieron sobrevivir, no sin daños.

Hace tres meses, escribí: “no hemos sabido leer nada de lo que ha estado pasando fuera del café, del ‘periodismo militante’ o del ‘anticapitalismo de cátedra’. Refugiados en la infalibilidad de la Jefa o en la fantasía del ‘no fue magia’ –e inmunes frente al fracaso monumental del gobierno Fernández, elegido por la Jefa mediante un tuit–, nos está pasando un tifón por encima. Bolsonaro comenzó así: como un chiste”.
En la reconstrucción de un movimiento popular, democrático y progresista, que deberá comenzar dentro de quince minutos, todo esto tendría que ser minuciosamente recordado. No vamos a avanzar un paso en esa dirección si no hacemos antes un balance detallado y exasperadamente crítico de lo que pasó en los cuarenta años de democracia que van a culminar en las manos del fascismo de mercado y el negacionismo de la dictadura... Incluso, si el consenso democrático incluía el juicio y castigo a los culpables de la represión más salvaje del hemisferio, más de la mitad de los votantes ha hecho caso omiso de las amenazas de la candidata a vicepresidenta; esto no es, precisamente, signo de que ese consenso permanezca incólume.
Y sin embargo...
No soy politólogo –a duras penas, un culturólogo–, pero algunos datos muestran que lo que se viene puede atemperarse. El programa de Milei es incumplible si no es con un respaldo legislativo que no tiene, ni siquiera con el salto en el aire que el macrismo va a producir en los próximos minutos. La mayor parte de su agenda es tan indudablemente antidemocrática que no va a conseguir más votos parlamentarios que los del derechismo más duro –y escaso–. La otra opción, ominosa, la que nos llevó a reclamar el voto en su contra con varios colegas y amigos/as, es su reconversión autoritaria. El programa de Pinochet –que es el programa de Milei– solo fue posible con la mediación de la dictadura pinochetista. En esa dirección, Milei sólo podría aplicar sus propuestas con la versión Fujimori: la disolución del Congreso bancada por las Fuerzas Armadas, una opción que es, hoy, imposible, porque cualquier barra brava tiene mayor poder de fuego. Incluso, frente a la inevitable protesta social que un cuarto de sus propuestas económicas provocaría, Milei enfrenta la paradoja de no contar siquiera con una policía propia –apenas, la gendarmería, que no le alcanza.
Esto no es optimismo banal; un porcentaje demasiado alto de la población ha aceptado poner en la agenda pública temas y argumentos que dábamos por tan extinguidos como los dinosaurios que iban a desaparecer –pero que no desaparecieron–. Hay afirmaciones del nuevo presidente y su vice que eran, pocos años atrás, impronunciables, y hoy son programa electoral, para colmo ganador. Nadie puede, entonces, alentar un optimismo basado, meramente, en frases hechas, en el repertorio progre del lugar común y la canción de protesta –como hace cuarenta años–: “Siempre nos separaron los que dominan, pero sabemos hoy que eso se termina”. No: esto es confianza democrática, confianza en que la sociedad que puso preso a Videla sabrá dónde y cómo encontrar los caminos para resistir ese programa de la ultraderecha, si pudiera llevarse a cabo. Programa que tendría efectos, a cortísimo plazo, devastadores: económica, social, política y culturalmente –y a largo plazo, hasta lindantes con el desastre social.
Si no podemos ni sabemos resistir –pero con inteligencia, con potencia, con generosidad política, sin sectarismo y con éxito–, nos habremos merecido todo lo que venga.

Fuente: https://www.eldiarioar.com/opinion/horror-horror-parte-recargada_129_10699802.html

 

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