Chile: «AWA», una aproximación a la ecología desde la danza y la ciencia

El proyecto de investigación y creación AWA a cargo de Javiera Peón-Veiga se propuso indagar en la circulación, las transformaciones y los procesos del agua, en sus múltiples estados y desde distintas escalas. Gracias a la colaboración con profesionales de la salud y las ciencias, entre ellos el geólogo glacial Esteban Sagredo, el proyecto derramó e inundó diversas áreas del conocimiento.

Texto por Graciela Marín Vicuña

Performance AWA. ©Paulina Vera

En 2023, un proyecto de investigación y creación dirigido por la bailarina y coreógrafa Javiera Peón-Veiga se propuso, desde la danza, explorar uno de los recursos más amenazados del planeta: el agua. AWA, el título del proyecto, tenía como objetivo indagar en la circulación, las transformaciones y los procesos del agua, en sus múltiples estados y desde distintas escalas: de planetarias a corporales. Para hacerlo, partió desde la danza y buscó articular cruces y relaciones con otras disciplinas ligadas a la ciencia y la salud. Así es como al equipo conformado por Claudio Muñoz, Antonia Peón-Veiga, Rodrigo Sobarzo, Natalia Ramírez Püschel, Cristo Riffo, Varinia Canto Vila y Rodrigo Chaverini, se sumó la colaboración con la terapeuta craneosacral Núria Buch Canet y el geólogo glacial Esteban Sagredo.
La invitación fue a establecer diálogos, especular y poner en tensión y relación las distintas perspectivas en torno a las aguas que nos componen, atraviesan y sostienen. De estas relaciones emergieron diversas producciones: prácticas y laboratorios, también cápsulas sonoras, una publicación en formato póster y postales y –lo más reciente– una performance de danza que en el primer trimestre se estrenó y presentó en NAVE Centro de Creación y Residencia, el Teatro Municipal de La Pintana y Centro Cultural Matucana 100.
Esta es una conversación con Javiera Peón-Veiga y Esteban Sagredo sobre la experiencia de trabajar juntos, arte y ciencia, en torno a un interés en común.

Anverso postal, ilustración por Cristian Toro.

Reverso de postal HIELO FLOTA, parte de la última publicación de AWA.

¿Cómo comienza la inquietud en torno al agua y sus posibilidades?
Javiera:
Hace unos años desarrollé un proyecto llamado Hammam en torno a la cultura del baño de vapor y sudor en distintas geografías, a lo largo de la historia humana. Pudimos ver que en esos espacios, tanto curativos como de reunión social, el vapor de agua produce cambios de estado en el cuerpo. De ese proceso, surgió la necesidad de estudiar, escuchar y experimentar con las aguas en diferentes escalas y dimensiones.
¿Y cómo conectaron con algo tan específico como la geología glacial?
J: 
A mí me interesa abordar las preguntas y problemáticas desde distintos saberes. Esos roces y cruces enriquecen; para un grupo de personas dedicadas a la danza, los pensamientos que surgen de estos encuentros permiten que nos salgamos de una mirada tan antropocéntrica y de la escala humana. La conexión con Esteban Sagredo comenzó en plena pandemia, buscando a personas vinculadas a la geología y a los distintos ámbitos de las ciencias de la tierra. Así llegué al Núcleo Paleoclima, al que pertenecía Esteban. Comenzamos una conversación que finalmente se concretó en un encuentro físico con el grupo de estudios de AWA. Tuvimos algunas experiencias en terreno, particularmente en el Cajón del Maipo, al que fuimos junto al curso de Geomorfología dinámica de Esteban Sagredo en la Universidad Católica. Estudiamos el río, la tierra, las geoformas, las distintas maneras de leer el paisaje y cómo éste nos da cuenta de la memoria de la tierra y de lo que posiblemente ocurrió en el pasado. También Esteban nos hizo una masterclass para poder hablar de la geología glacial desde una perspectiva más amplia. Con todo esto, fuimos nutriendo nuestro proyecto.
¿Son comunes este tipo de encuentros con el mundo del arte desde la ciencia?
Esteban:
Es algo que al menos a mí me interesa mucho. Como personas dedicadas a las ciencias, tenemos que ser flexibles y explotar todas las formas de expresar nuestro conocimiento. No todos los individuos tienen las mismas sensibilidades o manejan los mismos lenguajes. Este tipo de proyectos son una forma de llegar a un público más amplio.
¿Cómo se transforma la información de la ciencia en una creación artística?
J:
Nosotros sentimos que las personas de las ciencias hablan poesía todo el tiempo. Y en ese sentido, muchas de las frases que aparecen en los encuentros con otras disciplinas quedan vibrando en el imaginario poético del proyecto e informan otras prácticas: se transforman en ejercicios de movimiento, corporales, lumínicos, sonoros, materiales. Algunas citas textuales por ejemplo: “La materia no se entiende”, “los glaciares dan el ritmo”, “la gravedad hace su trabajo”, “que las aguas descansen”. Hay frases y poéticas que quedan y después las asociamos a otras cosas, las transformamos y las hacemos vivir en otros planos y materialidades.

Javiera Peon-Veiga en apertura del proceso creativo, 2023. ©Soledad Llodrá

¿Y cómo se ve esto en AWA?
J:
AWA es un gran proyecto que se manifiesta de distintas maneras. En los últimos meses hemos estado presentando la obra AWA, una performance de danza en la que experimentamos físicamente con hielo, con el sonido amplificado en vivo del derretimiento del hielo, con materialidades corporales, lumínicas y biomateriales. Es una obra en la que trabajamos en torno al agua –las aguas– tratando de cruzar distintas disciplinas, perspectivas y escalas. Por eso también colaboramos con una terapeuta craneosacral, con quien nos adentramos en el rol del agua a una escala corporal: los procesos químicos del agua, su metabolismo, la manera en que se transforma de linfa en sangre, y de sangre en líquido intersticial, cómo es el intercambio del agua entre membranas, etc. A nivel más amplio, está la mirada geocientífica, para la que colaboramos principalmente con Esteban. En mayo del año pasado iniciamos este proceso creativo en el que nos dedicamos a estudiar, explorar y experimentar, hasta estrenar esta obra que pone en escena un circuito de agua con vapor, con hielo, donde también trabajamos con fluidos corporales, específicamente saliva, y donde con todo eso generamos un sistema a través del cual circula el agua en un frágil equilibrio.
¿Cuál es la idea detrás del montaje de este gran circuito de fluidos en AWA?
J:
Nosotros interrogamos el concepto de que la naturaleza es algo que está fuera del ser humano. Los seres humanos somos naturaleza. Somos parte de un gran entramado que se afecta recíprocamente. Intentamos pensarnos, sentirnos y experimentarnos como parte de un sistema sensible, afectivo, material. Uno en el que el agua que tomamos de una botella está conectada con el agua de un glaciar, de una nube, del océano. Es pensar y sentir el agua como un organismo vivo, que entra, sale y da forma a diversos cuerpos: humanos, geológicos, vegetales, etc.
E: Pensemos en que somos parte de este sistema, no somos ajenos. La humanidad es un elemento de muchos otros que forman parte de este sistema. Un elemento que además no está hace mucho tiempo activo. A veces nos atribuimos un rol muy determinante, y somos un elemento pasajero. Dentro de esa misma línea, los científicos cometemos un error cuando transmitimos sobre el tema del cambio climático, porque siempre decimos que esto va a afectar al planeta, pero seamos realistas: esto nos va a afectar a nosotros como sociedad y como humanidad. La memoria es una cosa clave: el sistema planetario registra eventos y tiene una historia. Eso es producto de años de evolución, lo mismo que las montañas, lo mismo que nosotros. Nosotros en la paleobiología hablamos que el pasado es la clave del futuro o del presente.

performance AWA. ©Soledad Llodrá

¿Hay resistencia en el ambiente científico en este tipo de proyectos?
E:
Creo que como comunidad científica hemos caído en ver la divulgación como un check que hay que hacer en una cajita. Pero ya hemos visto que trabajar problemas como el cambio climático desde un aspecto tan disciplinar, desde la perspectiva individual, no funcionó. Necesitamos más espectro y mayor lenguaje para enfrentar ese problema. Necesitamos la interdisciplina, es más: la transdisciplina. No solamente con las ciencias sociales, sino con otros mundos como las artes. Hay que mirar los problemas desde varias ópticas, no tenemos otro camino.
¿Desde las artes, se ven caminos en común con la ciencia?
J:
El arte también es una forma de conocimiento. En nuestra cultura, la ciencia como fuente de conocimiento está mucho más validada. Pero hay un ejercicio muy similar entre el arte y las ciencias que tiene que ver con la especulación, con imaginar, proyectar el futuro y reconectar con el pasado, con figurarse cómo el pasado puede informar el presente y el futuro. Son disciplinas que si bien parecen lejanas, tienen mucho en común y necesitan conversar y contaminarse.

Performance AWA. ©Mila Ercoli

AWA es una performance concebida como una circulación de fluidos. Un circuito de hielo, saliva y vapor. Un sistema por el que el agua transita en un frágil equilibrio entre la recolección, el transporte, el rebalse, la pérdida, el derretimiento y la sobrevivencia.
Más información: www.elaguavinodelsol.com - Instagram: @estoesunhammam - 

Imagen de Portada: Performance AWA. © Soledad Llodrá - Fuente: Revista Endémico - https://endemico.org/awa-una-aproximacion-a-la-ecologia-desde-la-danza-y-la-ciencia/Más información: www.elaguavinodelsol.com - Instagram: @estoesunhammam 

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