Audiencias finales sobre impacto ecológico de oleoducto en Canadá
PL
Opositores y defensores del oleoducto canadiense Northern Gateway presentan desde hoy ante un panel federal sus argumentos finales sobre los impactos medioambientales del polémico proyecto, que transportaría petróleo bituminoso desde la provincia de Alberta hasta Columbia Británica.
La comisión mantendrá las audiencias abiertas durante las próximas dos semanas en la ciudad de Terrace para escuchar los planteamientos de las comunidades indígenas, gremios y grupos ecológicos, así como de funcionarios del Estado y de los territorios incluidos en el plan.
Sus tres integrantes prevén entregar al gobierno de Canadá un informe final del proceso a fines de este año.
El oleoducto pertenece a la empresa Enbridge y, de concretarse, llevaría crudo desde las arenas alquitranadas de Alberta hasta la costa oeste del país a través del norte de Columbia Británica.
Según la firma, ese proyecto permitiría una mayor apertura a los mercados asiáticos, aumentaría el Producto Interno Bruto nacional a 270 mil millones de dólares en 30 años y generaría 81 mil millones de dólares en ingresos directos e indirectos a los gobiernos federal y provinciales.
El propio ministro de Recursos Naturales, Joe Oliver, defiende la instalación del Northern Gateway con el argumento de que beneficiará a los asentamientos aborígenes con más empleos, mayor actividad y desarrollo económico.
Pero la sociedad civil rechaza el paso del canal por el riesgo potencial de contaminación que representan el petróleo arenoso y el dióxido de carbono para los recursos hidráulicos, el ambiente, la agricultura y la salud humana.
Incluso citan la amenaza para especies de animales en peligro de extinción como el pez esturión blanco y la ballena jorobada.
El Northern Gateway junto al ducto Keystone XL, que llevaría crudo de Alberta a la costa sur de Estados Unidos, se han convertido en móvil de descontento entre la población canadiense en los últimos años.
Recientemente, 12 académicos de la nación norteamericana criticaron la promoción internacional de Ottawa sobre proyectos como esos y alertaron que esas iniciativas ponen al mundo al borde de una catástrofe climática por la cantidad de dióxido de carbono que liberaría a la atmósfera si llegan a materializarse.
Los intelectuales recordaron en una carta al ministro Oliver que la producción petrolera en suelo bituminoso genera tres veces más gases de efecto invernadero que el carburante convencional, destruye áreas boscosas y consume grandes cantidades de agua dulce.
"Estamos ante un momento crítico (...) Cada tonelada adicional de gas de efecto invernadero que se emite conlleva a mayores riesgos. Mientras más retrasemos la transición hacia una economía baja en carbono, más drásticas y costosas serán las consecuencias", aseveró el grupo de expertos.
Imagenes: vancouverobserver.com - business.financialpost.com
Opositores y defensores del oleoducto canadiense Northern Gateway presentan desde hoy ante un panel federal sus argumentos finales sobre los impactos medioambientales del polémico proyecto, que transportaría petróleo bituminoso desde la provincia de Alberta hasta Columbia Británica.
La comisión mantendrá las audiencias abiertas durante las próximas dos semanas en la ciudad de Terrace para escuchar los planteamientos de las comunidades indígenas, gremios y grupos ecológicos, así como de funcionarios del Estado y de los territorios incluidos en el plan.
Sus tres integrantes prevén entregar al gobierno de Canadá un informe final del proceso a fines de este año.
El oleoducto pertenece a la empresa Enbridge y, de concretarse, llevaría crudo desde las arenas alquitranadas de Alberta hasta la costa oeste del país a través del norte de Columbia Británica.
Según la firma, ese proyecto permitiría una mayor apertura a los mercados asiáticos, aumentaría el Producto Interno Bruto nacional a 270 mil millones de dólares en 30 años y generaría 81 mil millones de dólares en ingresos directos e indirectos a los gobiernos federal y provinciales.
El propio ministro de Recursos Naturales, Joe Oliver, defiende la instalación del Northern Gateway con el argumento de que beneficiará a los asentamientos aborígenes con más empleos, mayor actividad y desarrollo económico.
Pero la sociedad civil rechaza el paso del canal por el riesgo potencial de contaminación que representan el petróleo arenoso y el dióxido de carbono para los recursos hidráulicos, el ambiente, la agricultura y la salud humana.
Incluso citan la amenaza para especies de animales en peligro de extinción como el pez esturión blanco y la ballena jorobada.
El Northern Gateway junto al ducto Keystone XL, que llevaría crudo de Alberta a la costa sur de Estados Unidos, se han convertido en móvil de descontento entre la población canadiense en los últimos años.
Recientemente, 12 académicos de la nación norteamericana criticaron la promoción internacional de Ottawa sobre proyectos como esos y alertaron que esas iniciativas ponen al mundo al borde de una catástrofe climática por la cantidad de dióxido de carbono que liberaría a la atmósfera si llegan a materializarse.
Los intelectuales recordaron en una carta al ministro Oliver que la producción petrolera en suelo bituminoso genera tres veces más gases de efecto invernadero que el carburante convencional, destruye áreas boscosas y consume grandes cantidades de agua dulce.
"Estamos ante un momento crítico (...) Cada tonelada adicional de gas de efecto invernadero que se emite conlleva a mayores riesgos. Mientras más retrasemos la transición hacia una economía baja en carbono, más drásticas y costosas serán las consecuencias", aseveró el grupo de expertos.
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