Especies en peligro: avistada la primera ballena franca del Pacífico Norte en 60 años
Una ballena franca del Pacífico norte (Eubalaena japónica), ha sido avistada frente a la costa de la Columbia Británica, en Canadá. Los biólogos marinos canadienses (en realidad, los biólogos marinos de todo el mundo) han reaccionado ante este avistamiento como ante el Santo Grial de los mamíferos marinos. Su entusiasmo es comprensible: 60 años han pasado desde la última vez que una de estas ballenas fue vista en aguas canadienses.
Las pocas ballenas francas del Pacífico norte que quedan actualmente son muy elusivas. Ninguno de los biólogos que formaba parte de la expedición que ha informado del reciente avistamiento (y ha grabado el vídeo que acompaña este post) pensó que tendría alguna vez la oportunidad de ver un ejemplar. Cazada casi hasta la extinción durante el siglo 19, el Center for Biological Diversity la considera la especie de ballena más amenazada del planeta.
De acuerdo con la CBC, Canadá ha estado diseñando estrategias de recuperación de la ballena franca durante décadas. Hace dos años la oficina de Pesca y Océanos colocó dispositivos de grabación acústica submarina frente a la Columbia Británica con la esperanza de identificar a algún individuo. Existen otras dos especies de ballenas francas: la del sur (E. australis) y la del Atlántico norte (E. glacialis). Esta última es también una de las ballenas más amenazadas del planeta.
Vía | www.cbc.ca - Imagen: wpclipart.com
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Llegó a La Haya la denuncia a Japón por la caza de ballenas
Acusan a ese país de capturar ejemplares en aguas de la Antártida con fines comerciales.
Japón defenderá esta semana en el Tribunal de La Haya que la caza de ballenas con fines científicos en la Antártida se ajusta a las leyes internacionales, según anunció ayer el ministro japonés de Exteriores, Fumio Kishida.
Las vistas orales de la fase final del caso llevado a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo órgano judicial de la ONU, por parte de Australia en 2010, comenzarán el miércoles y se desarrollarán hasta el 16 de julio.
El gobierno australiano considera que Japón, uno de sus principales socios comerciales, captura cetáceos en la Antártida con fines comerciales, lo que viola la Convención Internacional de Regulación de la Caza de Ballenas.
“En nuestras alegaciones, nosotros intentamos dejar claro que las cazas de ballenas forman parte de investigaciones científicas y que se llevan a cabo de una manera completamente legal según el Artículo 9 de la Convención”, dijo Kishida en unas declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
Los japoneses cazan ballenas desde 1987 alegando como objetivo una finalidad científica, para investigar el modo de vida y contenido de los estómagos de los mamíferos, y sus expediciones a la Antártida están a cargo del Instituto de Investigación de Cetáceos.
En los restaurantes japoneses se vende carne de ballena, aunque su consumo ha caído con fuerza en los últimos años hasta llegar en el año 2009 a algo más de 4.200 toneladas, cuando en 1962 alcanzaba las 230.000.
Japón abandonó la caza de ballenas en 1986 por la moratoria internacional, pero la retomó un año después bajo un programa con fines científicos autorizado por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), entre el escepticismo de muchas asociaciones y países.
Este año Japón dio por concluida la temporada de caza de ballenas en el Océano Antártico con el menor índice histórico de capturas, con un total de 103 cetáceos “minke” o rorcuales aliblancos, muy por debajo de los 266 piezas del año pasado, sobre todo debido al bloqueo de asociaciones conservacionistas como Sea Shepherd.
La Vanguardia. Especial - Imagen: nanduti.com.py
Las pocas ballenas francas del Pacífico norte que quedan actualmente son muy elusivas. Ninguno de los biólogos que formaba parte de la expedición que ha informado del reciente avistamiento (y ha grabado el vídeo que acompaña este post) pensó que tendría alguna vez la oportunidad de ver un ejemplar. Cazada casi hasta la extinción durante el siglo 19, el Center for Biological Diversity la considera la especie de ballena más amenazada del planeta.
De acuerdo con la CBC, Canadá ha estado diseñando estrategias de recuperación de la ballena franca durante décadas. Hace dos años la oficina de Pesca y Océanos colocó dispositivos de grabación acústica submarina frente a la Columbia Británica con la esperanza de identificar a algún individuo. Existen otras dos especies de ballenas francas: la del sur (E. australis) y la del Atlántico norte (E. glacialis). Esta última es también una de las ballenas más amenazadas del planeta.
Vía | www.cbc.ca - Imagen: wpclipart.com
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Llegó a La Haya la denuncia a Japón por la caza de ballenas
Acusan a ese país de capturar ejemplares en aguas de la Antártida con fines comerciales.
Japón defenderá esta semana en el Tribunal de La Haya que la caza de ballenas con fines científicos en la Antártida se ajusta a las leyes internacionales, según anunció ayer el ministro japonés de Exteriores, Fumio Kishida.
Las vistas orales de la fase final del caso llevado a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo órgano judicial de la ONU, por parte de Australia en 2010, comenzarán el miércoles y se desarrollarán hasta el 16 de julio.
El gobierno australiano considera que Japón, uno de sus principales socios comerciales, captura cetáceos en la Antártida con fines comerciales, lo que viola la Convención Internacional de Regulación de la Caza de Ballenas.
“En nuestras alegaciones, nosotros intentamos dejar claro que las cazas de ballenas forman parte de investigaciones científicas y que se llevan a cabo de una manera completamente legal según el Artículo 9 de la Convención”, dijo Kishida en unas declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
Los japoneses cazan ballenas desde 1987 alegando como objetivo una finalidad científica, para investigar el modo de vida y contenido de los estómagos de los mamíferos, y sus expediciones a la Antártida están a cargo del Instituto de Investigación de Cetáceos.
En los restaurantes japoneses se vende carne de ballena, aunque su consumo ha caído con fuerza en los últimos años hasta llegar en el año 2009 a algo más de 4.200 toneladas, cuando en 1962 alcanzaba las 230.000.
Japón abandonó la caza de ballenas en 1986 por la moratoria internacional, pero la retomó un año después bajo un programa con fines científicos autorizado por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), entre el escepticismo de muchas asociaciones y países.
Este año Japón dio por concluida la temporada de caza de ballenas en el Océano Antártico con el menor índice histórico de capturas, con un total de 103 cetáceos “minke” o rorcuales aliblancos, muy por debajo de los 266 piezas del año pasado, sobre todo debido al bloqueo de asociaciones conservacionistas como Sea Shepherd.
La Vanguardia. Especial - Imagen: nanduti.com.py