ESTUDIO REVELA QUE REDES DE PESCA MATAN LENTAMENTE A LAS BALLENAS
Nuevas investigaciones revelan cómo el enmallamiento en redes de pesca puede ocasionar una muerte lenta y dolorosa a las ballenas que quedan atrapadas en ellas. Las ballenas francas de Atlántico Norte fueron casi exterminadas por la ballenería y la especie aún se encuentra En Peligro, con una población estimada entre 450 a 500 individuos. Cerca del 75 por ciento de estas ballenas tienen cicatrices producidas por aparejos de pesca que generan heridas en la piel y músculos de estos mamíferos marinos.
24 de junio de 2013. (CCCNews) – Investigadores norteamericanos mostraron por primera vez cómo las redes de pesca enredadas en una ballena cambian el comportamiento de nado y buceo de estos gigantes marinos. Utilizando un ‘monitor pasivo” colocado a una ballena enmallada en una red de pesca, los investigadores revelaron cómo éstas dificultan la habilidad de las ballenas de alimentarse y migrar, agotando su energía y generando en diversas ocasiones una muerte lenta y dolorosa.
Los científicos involucrados, adhirieron a la ballena un dispositivo del tamaño de un teléfono celular llamadoDtag, desarrollado por Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) de EE.UU., que registró los movimientos de una ballena franca del Atlántico Norte llamada Eg 3911 antes, durante y después de las operaciones del desenmallamiento en una red de pesca. Inmediatamente después que Eg 3911 fue liberada de la mayoría de las redes de pesca, el animal nadó más rápido, buceó más profundo y por periodos de tiempo más largos.
Los resultados del estudio realizado por investigadores del WHOl, del Departamento de Recursos Naturales de Georgia, la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida y NOAA, fueron publicados recientemente en la revista científica Marine Mammal Science.
“El Dtag abrió un nuevo mundo sobre la vida bajo el agua de Eg 3911, que de otra manera no habríamos podido conocer,” afirmó Julie van der Hoop, autora y líder del grupo de investigación del WHOI.
Las ballenas francas de Atlántico Norte fueron casi exterminadas por la ballenería y la especie aún se encuentra En Peligro, con una población estimada entre 450 a 500 individuos. Cerca del 75 por ciento de estas ballenas tienen cicatrices producidas por aparejos de pesca que generan heridas en la piel y músculos de estos mamíferos marinos.
Nacida en 2009, Eg 3911 fue vista por primera vez enredada y exhausta durante un monitoreo aéreo realizado en Diciembre de 2010 en el estado de La Florida (EE.UU). El aparejo de pesca estaba enredado alrededor de su boca y las aletas pectorales, y se extendía cerca de 30 metros por detrás de la aleta caudal.
El 29 y 30 de Diciembre de 2010, diversos equipos especializados a bordo de embarcaciones marinas intentaron cortar sin éxito la red de pesca debido a la conducta evasiva de la ballena. Posteriormente, un equipo multidisciplinario trató nuevamente la liberación del animal, pero antes colocaron el monitor Dtag y aplicaron una dosis cuidadosamente calculada de sedante a la ballena mediante un dispositivo especialmente diseñado para medicar grandes cetáceos. La calmada ballena permitió que el equipo removiera la mayoría de las redes de pesca que la mantenían prisionera.
El Dtag registró 152 inmersiones realizadas por Eg 3911 durante más de seis horas. Los científicos no encontraron diferencias significativas en la profundidad o duración de inmersiones después de administrado el sedante, “pero la ballena alteró su comportamiento inmediatamente después del desenmalle”, afirmaron los investigadores. La liberación casi total de Eg 3911 resultó en un significativo aumento en el número y profundidad de las inmersiones.
“El efecto combinado de menor flotabilidad, mayor peso y reducción de la maniobrabilidad debido al remolque del aparejo de pesca por parte de la ballena enredada constituye una gran amenaza para la supervivencia de los animales” afirman los investigadores en la publicación. Arrastrar la red puede afectar la habilidad del animal para descender a profundidad o para alimentarse. El aumento del peso arrastrado también puede reducir la velocidad de nado, demorando el tiempo de navegación a las áreas de alimentación y crianza. "Sin embargo lo más significativo es la pérdida de energía asociada con el tamaño del aparejo enredado en la ballena,” afirman.
Para estimar el nivel de agotamiento de energía, los investigadores remolcaron de manera separada tres tipos de redes de pesca en una lancha, usando tensiómetros para calcular la fuerza de acción del arrastre en Eg 3911. Después calcularon cuánta energía requería la ballena para compensar el peso del aparejo de pesca enredado en el animal. Los resultados evidenciaron que las ballenas enredadas en redes de pesca requieren entre 70 y 102 por ciento más de energía para nadar a la misma velocidad que cuando están libres; o alternativamente reducir entre un 16 y 20,5 por ciento la velocidad de nado.
El 11 de Febrero de 2011 los investigadores registraron a Eg 3911 muerta en el océano. “No lo logró” afirmó van der Hoop. La ballena fue remolcada hasta la costa para realizar una completa necropsia. “Todos asistimos aquella noche a la playa. Recuerdo haber observado a esta enorme ballena, o al menos yo creía que era enorme. Sólo medía 10 metros, pues tan sólo tenía dos años de vida. Todos quienes habíamos estado involucrados en su rescate asistimos al lugar para aprender de ella lo que el enmallamiento en redes de pesca le había ocasionado.”
Los resultados de la necropsia demostraron que los efectos crónicos del enmallamiento fueron los responsables de la muerte de esta joven ballena.
La investigación brindó los primeros datos sobre los impactos conductuales de la sedación en ballenas y elcosto energético de los enmalles de estos mamíferos marinos en redes de pesca.
Fuente: WHOI
24 de junio de 2013. (CCCNews) – Investigadores norteamericanos mostraron por primera vez cómo las redes de pesca enredadas en una ballena cambian el comportamiento de nado y buceo de estos gigantes marinos. Utilizando un ‘monitor pasivo” colocado a una ballena enmallada en una red de pesca, los investigadores revelaron cómo éstas dificultan la habilidad de las ballenas de alimentarse y migrar, agotando su energía y generando en diversas ocasiones una muerte lenta y dolorosa.
Los científicos involucrados, adhirieron a la ballena un dispositivo del tamaño de un teléfono celular llamadoDtag, desarrollado por Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) de EE.UU., que registró los movimientos de una ballena franca del Atlántico Norte llamada Eg 3911 antes, durante y después de las operaciones del desenmallamiento en una red de pesca. Inmediatamente después que Eg 3911 fue liberada de la mayoría de las redes de pesca, el animal nadó más rápido, buceó más profundo y por periodos de tiempo más largos.
Los resultados del estudio realizado por investigadores del WHOl, del Departamento de Recursos Naturales de Georgia, la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida y NOAA, fueron publicados recientemente en la revista científica Marine Mammal Science.
“El Dtag abrió un nuevo mundo sobre la vida bajo el agua de Eg 3911, que de otra manera no habríamos podido conocer,” afirmó Julie van der Hoop, autora y líder del grupo de investigación del WHOI.
Las ballenas francas de Atlántico Norte fueron casi exterminadas por la ballenería y la especie aún se encuentra En Peligro, con una población estimada entre 450 a 500 individuos. Cerca del 75 por ciento de estas ballenas tienen cicatrices producidas por aparejos de pesca que generan heridas en la piel y músculos de estos mamíferos marinos.
Nacida en 2009, Eg 3911 fue vista por primera vez enredada y exhausta durante un monitoreo aéreo realizado en Diciembre de 2010 en el estado de La Florida (EE.UU). El aparejo de pesca estaba enredado alrededor de su boca y las aletas pectorales, y se extendía cerca de 30 metros por detrás de la aleta caudal.
El 29 y 30 de Diciembre de 2010, diversos equipos especializados a bordo de embarcaciones marinas intentaron cortar sin éxito la red de pesca debido a la conducta evasiva de la ballena. Posteriormente, un equipo multidisciplinario trató nuevamente la liberación del animal, pero antes colocaron el monitor Dtag y aplicaron una dosis cuidadosamente calculada de sedante a la ballena mediante un dispositivo especialmente diseñado para medicar grandes cetáceos. La calmada ballena permitió que el equipo removiera la mayoría de las redes de pesca que la mantenían prisionera.
El Dtag registró 152 inmersiones realizadas por Eg 3911 durante más de seis horas. Los científicos no encontraron diferencias significativas en la profundidad o duración de inmersiones después de administrado el sedante, “pero la ballena alteró su comportamiento inmediatamente después del desenmalle”, afirmaron los investigadores. La liberación casi total de Eg 3911 resultó en un significativo aumento en el número y profundidad de las inmersiones.
“El efecto combinado de menor flotabilidad, mayor peso y reducción de la maniobrabilidad debido al remolque del aparejo de pesca por parte de la ballena enredada constituye una gran amenaza para la supervivencia de los animales” afirman los investigadores en la publicación. Arrastrar la red puede afectar la habilidad del animal para descender a profundidad o para alimentarse. El aumento del peso arrastrado también puede reducir la velocidad de nado, demorando el tiempo de navegación a las áreas de alimentación y crianza. "Sin embargo lo más significativo es la pérdida de energía asociada con el tamaño del aparejo enredado en la ballena,” afirman.
Para estimar el nivel de agotamiento de energía, los investigadores remolcaron de manera separada tres tipos de redes de pesca en una lancha, usando tensiómetros para calcular la fuerza de acción del arrastre en Eg 3911. Después calcularon cuánta energía requería la ballena para compensar el peso del aparejo de pesca enredado en el animal. Los resultados evidenciaron que las ballenas enredadas en redes de pesca requieren entre 70 y 102 por ciento más de energía para nadar a la misma velocidad que cuando están libres; o alternativamente reducir entre un 16 y 20,5 por ciento la velocidad de nado.
El 11 de Febrero de 2011 los investigadores registraron a Eg 3911 muerta en el océano. “No lo logró” afirmó van der Hoop. La ballena fue remolcada hasta la costa para realizar una completa necropsia. “Todos asistimos aquella noche a la playa. Recuerdo haber observado a esta enorme ballena, o al menos yo creía que era enorme. Sólo medía 10 metros, pues tan sólo tenía dos años de vida. Todos quienes habíamos estado involucrados en su rescate asistimos al lugar para aprender de ella lo que el enmallamiento en redes de pesca le había ocasionado.”
Los resultados de la necropsia demostraron que los efectos crónicos del enmallamiento fueron los responsables de la muerte de esta joven ballena.
La investigación brindó los primeros datos sobre los impactos conductuales de la sedación en ballenas y elcosto energético de los enmalles de estos mamíferos marinos en redes de pesca.
Fuente: WHOI