La tragedia de Paris que se avecina: Un acuerdo climático desastroso que verá arder al planeta
Como si se leyera una tragedia griega de Homero, estamos en las páginas en las que se puede ver el infierno que caerá sobre Troya. Estamos ahora en ese momento exacto viendo en el horizonte los incendios que quemarán por diez años. Sin embargo, no estamos viendo en el horizonte de los condenados Troyanos sino que estamos viendo el futuro de la humanidad, la naturaleza y el planeta.
Solamente quedan unos días de negociaciones antes de la 21ª Conferencia de las Partes (COP21) del Convenio Marco de las Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC). Se supone que desde Octubre 19 al 23 de 2015, el CMNUCC deberá concretar las modalidades del acuerdo de Paris. En este momento, deberíamos tener una buena noción de lo que este acuerdo será. Después de todo, desde la COP17 en Durban, Sudáfrica en donde el mandato para elaborar un nuevo acuerdo climático hasta el 2030 fue adoptado, ya han pasado un total de 85 días de negociación, una buena cantidad de carbono acumulado gracias a los vuelos de las 193 partes a la convención, y en el borde del camino miles de muertos y desplazados debido a tifones, huracanes, inundaciones o sequías. Solamente en las Filipinas, el tifón más fuerte que jamás haya tocado la tierra, el Tifón Haiyan, mató 6000 personas y dejó miles sin hogar y sin medios de vida.
Sin embargo, en este punto, no existe un texto que se haya acordado para el tratado de Paris y en cambio, existen varios documentos. Primero hay una ‘Herramienta del Co-presidente’ (1) que dibuja un posible escenario. Durante la última sesión inter-sesional en Bonn en Septiembre, los co-presidentes del Grupo de Trabajo Especial sobre la Plataforma de Durban para Acción Reforzada (ADP, por sus siglas en Inglés) presentaron una herramienta para las negociaciones que tuene tres partes: La primera parte incluye una de las cuestiones que pueden ser incluidas en el potencial acuerdo de Paris; la segunda parte aquellas cuestiones que serán presentadas en una decisión y la tercera parte incluye aquellas cuestiones que necesitan mayor negociación y que no estarán en el acuerdo de la COP21 ni en ninguna decisión. En la herramienta de los co-presidentes, los elementos de una acuerdo en Paris son claros: cortes de emisiones que serán voluntarios, mecanismos de flexibilidad que continuarán, más mecanismos basados en el mercado que serán propuestos y brechas en la contabilidad de carbono y soluciones basadas en la tecnología que abundarán. Ya el término ‘cero emisiones netas’ da indicaciones sobre el truco de contabilidad ya que dicho término quiere decir que se han logrado nivelar las emisiones a través de la contabilidad. Entonces, ‘cero emisiones netas’ no se traduce a cero emisiones que es exactamente lo que el clima necesita urgentemente.
Esta semana, como lo indica el mandato, los co-presidentes del ADP, Ahmed Djoghlaf de Algeria y Daniel Reifsnyder los EEUU, además de la Herramienta de los Co-presidentes, han producido un documento no-oficial (2) justo a tiempo para la siguiente inter-sesional en Bonn. Sin duda, existe un elemento de la tragedia griega en el hecho que uno de los co-presidentes proviene de uno de los países con mayores emisiones y, que como ironía, nunca ratificó el último protocolo climático. El documento no-oficial de Octubre 5 de 2015, brinda detalles de un borrador del acuerdo y un borrador de la decisión de Paris. Los presidentes también han presentado una decisión preliminar sobre la corriente de trabajo 2 o la ambición previa al 2020 (3). Todos estos documentos aún se encuentran bajo negociación.
Otra razón fundamental de por qué sabemos que Paris será un acuerdo que quemará al planeta es que, en el momento de escribir este artículo, después de la fecha límite de Octubre 1º que da la CMNUCC, se han presentado 119 Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDCs por sus siglas en Inglés).
Esto incluye a los 28 estados miembro de la UE como 1. Todos los principales emisores se encuentran en estas 119 presentaciones. Estos INDCs son compromisos voluntarios por parte de los países sobre cuántas emisiones pretenden reducir hasta el 2030. (4) Un ejemplar del Centro Internacional para el Comercio y Desarrollo Sostenible que reporta sobre estas presentaciones dice al respecto que, “aunque algunas estimaciones sostienen que las acciones descritas hasta ahora resultarán en un calentamiento global de tres grados centígrados por encima de aquellos niveles pre-industriales, rebasando el acuerdo internacional por un grado.”(5) Sin embargo, un estudio reciente por Stern et.al, detalla que los compromisos de reducción por parte de los EEUU, La UE y China – quienes en conjunto son responsables del 45 por ciento de las emisiones mundiales, no lograrán el objetivo del 2030 de 35 gigatoneladas. de emisiones de CO2 casi por el doble. (6) Las emisiones deberían ser reducidas en 2030 a 35 gigatoneladas de CO2 y con los actuales INDCs de los países mas importantes las emisiones anuales mundiales serán de alrededor de 60 gigatoneladas en 2030.
COMO EN LA ILIADA, TROYA ARDERÁ
Esta meta de 2 grados se acordó a nivel internacional en el 2007, después de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó su Cuarto Informe de Evaluación (7), que detalló que para evitar interferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático, las emisiones tendrían que mantenerse por debajo de 2 grados para el año 2020. Ahora es el 2015, y el Quinto Informe de Evaluación del IPCC ha reiterado dicho peligro e incluso ha destacado que “Muchos aspectos del cambio climático y los impactos asociados continuarán durante siglos, incluso si las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero se detienen. Los riesgos de cambios abruptos o irreversibles aumentan a medida que la magnitud del calentamiento aumenta.”(8) Esto significa que cuanto mayor sea el retraso en la reducción de emisiones, mayor es el peligro de que el mecanismo de retroalimentación del sistema climático sobrepase los 2 grados centígrados como “límite de seguridad”.
Este es el corazón del problema del acuerdo de París. Los objetivos de emisiones de los países no son objeto de negociación. Son promesas voluntarias que pueden o no pueden poner en práctica e incluso pueden utilizar mecanismos de mercado para engañar y salir del paso. Las emisiones se deben cortar profundamente, en su origen, sin brechas o mecanismos de mercado, hoy y no dentro de 10 años. La década perdida en espera para reducir para el año 2030, será una década perdida para siempre. El sistema climático no funciona como en las películas – donde el calentamiento se detiene en el momento en que el protagonista triunfa – las emisiones que se ponen en el sistema ahora continuarán quemándose mucho más allá de 2030. Puede que no haya un planeta para “salvar” el año 2030.
La captura del proceso completo por parte de las corporaciones, especialmente por parte de la industria de combustibles fósiles y la extractiva – la principal fuente de emisiones – es más evidente en el apoyo de los negocios como de costumbre. En la totalidad de las 88 páginas de la herramienta del Co-presidente, “combustible fósil” sólo se menciona una vez y sólo para alentar a los gobiernos a reducir o eliminar los incentivos para subsidios a los combustibles fósiles: “52 a. [Se alienta a las Partes] a [tomar medidas para] [reducir] [eliminar] [apoyo internacional] [incentivos públicos] [para] [eliminar] inversiones altas en carbono [, [incluyendo] [y] los subsidios internacionales de los combustibles fósiles] ;] {párrafos 102, 103 y 113 bis d. SCT} “(9)
En la declaración del Espacio Climático, se reitera la exigencia de los movimientos sociales para que el 80 por ciento de las reservas de combustibles fósiles queden bajo tierra con el fin de mantenerse por debajo del límite de 2 grados. (10) ¿Y cómo se cumplirá esta exigencia si los patrocinadores de la COP21 son de corporaciones de combustibles fósiles y grandes emisores de carbono como EDF, Engie, Air France, Renault-Nissan y BNP Paribas? (11)
EL CABALLO DE TROYA DE LA CONTABILIDAD DE CARBONO Y LA AGRICULTURA CLIMATICAMENTE INTELIGENTE
Además de no hacer frente a las principales fuentes de emisiones, el acuerdo sobre el clima, desde la aprobación del Protocolo de Kioto, ha permitido el uso de mecanismos de mercado. La creación de este mercado de carbono ha llevado al engaño masivo por partede los países del Anexo 1 (37 países industrializados), escapando de su compromiso legal para reducir las emisiones en al menos un 5 por ciento por debajo de los niveles de 1990 en el período de compromiso 2008-2012. El mecanismo de flexibilidad del Protocolo de Kioto permitió a estos países del Anexo 1 “compensar” sus emisiones al hacer proyectos de “desarrollo limpio” en países en desarrollo o al comprar y vender sus bonos de carbono.
El esquema de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques+ (REDD +), cuyas reglas finales se supone deberán ser adoptadas formalmente en París, agrega significativamente a este engaño al permitir a los países presentar cualquier tipo de plantación o protección de árboles como contribución a la mitigación, incluso cuando dichas actividades no son adicionales o permanentes, o cuando desencadenan deforestación en otras áreas o países, o que son ambientalmente o socialmente perjudiciales. Éste esquema permite a los países a mercantilizar o incluso vender sus bosques como sumideros de carbono, e ignora las verdaderas causas de la pérdida de bosques pero sí culpa a los pueblos indígenas y los pequeños agricultores de la deforestación. Tal como la Red NO-REDD en África ha dicho, “Los informes indican que la deforestación y las emisiones relacionadas continúan y que REDD +, en lugar de reducirlas, está dañando y vilipendiando a las comunidades dependientes de los bosques y a quienes producen la mayor parte de los alimentos del mundo – los pequeños agricultores “. (12)
La creencia en los mercados de carbono como panacea se extiende al acuerdo de París propuesto, con propuestas sobre la inclusión del uso de la tierra con las emisiones relacionadas y la reducción de emisiones. Ya existe de por sí una brecha en la contabilidad defectuosa que se propone, y junto con los mecanismos de mercado, creará una nueva apropiación de la totalidad de la tierra ya que crea un REDD+ para la agricultura y los suelos.
En primer lugar, la no permanencia de la tierra hace que sea un sumidero de carbono mucho más teórico para emisiones en comparación a la muy real quema continua de combustibles fósiles. Más importante aún, la lógica de la contabilidad del carbono que determina a la política agrícola significa que la agricultura dará prioridad a las necesidades del mercado de carbono en lugar de alimentar a la gente y el de la soberanía alimentaria.
El Banco Mundial y otras empresas transnacionales (ETN) en la Alianza Global para la Agricultura Climáticamente Inteligente están presionando por este tipo de agricultura – un sistema que produce más alimentos en menos tierra y al mismo tiempo siendo resistente al clima y absorbiendo carbono. La producción de más alimentos en menos tierra está claramente apoyado por las corporaciones que promueven el uso de semillas transgénicas. Pero es la creación de un nuevo mercado para los suelos y la agricultura lo que representa el mayor atractivo para las empresas transnacionales. Así como el incentivo monetario de REDD+ ha desplazado Pueblos Indígenas, las potenciales ganancias financieras desplazarán a los pequeños agricultores y añadirá más a la apropiación de tierras ya existente. Como afirma la Vía Campesina, el movimiento más grande del mundo de pequeños agricultores, “la agricultura climáticamente inteligente dará lugar a una mayor concentración de la tierra empujando a los campesinos y agricultores familiares hacia los proyectos del Banco Mundial, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otras instituciones, lo que crea dependencia sobre las llamada nuevas tecnologías a través de sus paquetes completos que incluyen recetas de “variedades climáticamente inteligentes”, insumos y crédito, sin tener en cuenta las técnicas de cultivo tradicionales probadas y de verdadera adaptación así como la custodia de variedades de semillas practicada por los pequeños agricultores”. (13) LVC continúa, “La posibilidad de grandes ganancias con inversiones en créditos de carbono generados por las tierras de cultivo que participan en proyectos de agricultura climáticamente inteligente aumentará la especulación en el mercado de carbono, lo que lleva a una mayor “apropiación de tierras a causa del carbono” por parte de inversores y productores a gran escala, y el ulterior desplazamiento de campesinos y pequeños agricultores, al igual que REDD desplaza indígenas. Bajo este marco de agricultura climáticamente inteligente, hay poca esperanza de reducir y eliminar los gases de invernadero, de tratar de resolver la inseguridad alimentaria o cualquier desarrollo rural significativo económico y social. “(14)
CAMBIA LA HISTORIA, CAMBIA EL SISTEMA
Esta historia no tiene por qué terminar en tragedia. De hecho, está siendo desafiada valientemente todos los días con todas las luchas diarias que se llevan a cabo por parte de las comunidades, pueblos indígenas, pequeños agricultores, mujeres, trabajadores, estudiantes, activistas y héroes y heroínas de la Madre Naturaleza que se encuentran a la vanguardia. El futuro tiene que ser recuperado, el sistema cambió y las alternativas de la gente han de salir adelante.
Las propuestas en borrador del Presidente para el acuerdo de París: el acuerdo y la decisión – necesitan ser rechazadas tajantemente. El verdadero peligro de un mal acuerdo es el hecho de que nos sumergirá en un acuerdo permanente de ‘negocios como de costumbre’ en donde se quema el planeta. La fuerte promoción respecto al acuerdo de París que se necesita desesperadamente para “salvar al mundo” es alarmismo que pone a las personas en una situación en la que pueda que acepten un muy mal negocio. Con reminiscencias de los días que se hacía campaña en contra del Programa de Doha para el Desarrollo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el llamado a ningún acuerdo es mejor que un mal acuerdo suena sensato. Que no haya trato en París es mejor que haya un mal y falso acuerdo en París – precisamente porque al igual que el Programa de Doha para el Desarrollo de la OMC somete al mundo a reglas de comercio sobre alimentación y agricultura injustas; será que un falso Acuerdo Climático en París bloquear el mundo en un régimen de ‘laissez faire’ de contaminación como de costumbre, países haciendo cortes cuando les de la gana, manipulación de brechas en la contabilidad para engañar sobre reducción de emisiones, y el uso y la creación de aún más mecanismos de mercado para mercantilizar, financiarizar y sacar provecho de los restantes recursos del planeta. Si vamos a hacer de París un recurso para salvar el planeta, entonces debería ser acerca de rechazar el falso acuerdo que está sobre la mesa.
La Convención del Clima original que fue adoptada en 1992 y ratificada por casi todos los países del mundo, incluyendo los EE.UU. y otros grandes contaminadores, es un acuerdo bastante genérico, pero importante puesto que obliga a los países a evitar el peligroso cambio climático y se basa firmemente en el Principio de Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas. Desde que el Protocolo de Kyoto se estableció y presentó un régimen de límite y comercio (cap and trade) basado en mecanismos de contabilidad y flexibilidad cuantificados, las negociaciones sobre el clima no han llegado a ninguna parte, al contrario. Compromisos jurídicamente vinculantes se han convertido en promesas voluntarias, y luego en contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional. Las Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas se han convertido en un régimen vago aplicable a todas las partes, sin tener en cuenta tanto la responsabilidad histórica y la responsabilidad de los países del Anexo 1 y el hecho de que los que han hecho el menor daño son menos responsables. A la exigencia de larga data respecto a la indemnización por pérdida y daño solo ha sido palabrería con el reconocimiento de los impactos del cambio climático.
Un escenario no hay acuerdo de París en diciembre no es un desastre – es una oportunidad. Creará el espacio para la recuperación de los objetivos originales de la convención sobre el clima para detener el peligroso cambio climático mediante el sometimiento a la rendición de cuentas a los contaminadores. También crearía el espacio para las soluciones comunitarias algunas de las cuales ya se encuentran en práctica y están enfriando el planeta – desde la agroecología campesina y las soluciones de energía sostenible y la conservación comunitaria de bosques. Permitiría propuestas alternativas tales como las políticas y medidas integrales que no se centran en la contabilidad del carbono y los mercados. Dará espacio a medidas transformadoras que deben aplicarse para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible recientemente adoptados incluyendo la meta de deforestación cero al 2020. Hay muchas más alternativas y propuestas a las que se les pueden dar espacio – los derechos de la naturaleza, los empleos climáticos, el “buen vivir”, la soberanía alimentaria, el decrecimiento, la desglobalización, y muchos más.
Un mundo sin un acuerdo climático en Paris no solo es posible sino necesario si es que queremos evitar la tragedia. No existen límites a las alternativas.
*Mary Louise Malig, investigadora y analista en comercio, es la coordinadora de campañas de la Coalición Mundial por los Bosques ( Global Forest Coalition). *Isis Alvarez Asesora en temas de género y campaña de bioenergía
Notas:
Global Forest Coalition http://globalforestcoalition.org/ - Publicado en: Ecoportal.net - IMagen: revcom.us - (Traducción Isis Alvarez)