El mundo dirigido al desastre por la desidia climática
Un informe de la ONU reporta un nuevo récord de emisiones, que aboca al planeta a perder todos los trenes para detener el calentamiento global, salvo que se tomen medidas radicales inmediatas. Para contener el calentamiento por debajo de 2 ºC sobre niveles preindustriales, la ambición climática global de las naciones deberá triplicarse. Para limitarlo a 1,5 ºC, deberá ser hasta cinco veces mayor. Es la décima edición de estos documentos que retratan la diferencia entre la acción climática necesaria y la que están llevando a cabo los gobiernos.
Marta Montojo
Pese a las advertencias científicas, las emisiones globales de gases invernadero se han incrementado en la última década a un ritmo de 1,5% por año. En 2018 se marcó un nuevo récord de emisiones. Ese año, el sector de la energía –el mayor responsable del calentamiento–, aumentó un 2% sus emisiones.
El informe concluye que, incluso si los países cumplieran con sus NDCs —los compromisos de reducción de emisiones que cada nación propone en el marco del Acuerdo de París—, el 1,5 ºC sería sobrepasado antes del año 2030. Esto es: setenta años antes de lo que debería para evitar los efectos más catastróficos de la crisis climática. Para finales de siglo, la temperatura estaría 3,2 ºC por encima de niveles preindustriales.
Marta Montojo
Pese a las advertencias científicas, las emisiones globales de gases invernadero se han incrementado en la última década a un ritmo de 1,5% por año. En 2018 se marcó un nuevo récord de emisiones. Ese año, el sector de la energía –el mayor responsable del calentamiento–, aumentó un 2% sus emisiones.
El informe concluye que, incluso si los países cumplieran con sus NDCs —los compromisos de reducción de emisiones que cada nación propone en el marco del Acuerdo de París—, el 1,5 ºC sería sobrepasado antes del año 2030. Esto es: setenta años antes de lo que debería para evitar los efectos más catastróficos de la crisis climática. Para finales de siglo, la temperatura estaría 3,2 ºC por encima de niveles preindustriales.
Y eso en un escenario optimista, en que los gobiernos respeten sus promesas. “Tal y como están las cosas, cabe esperar que las temperaturas aumenten entre 3,4 y 3,9 °C este siglo, lo que traerá consigo impactos climáticos de gran alcance y destructivos”, advierte la ONU.
Pero todavía hay una solución. Para que el calentamiento no supere a 1,5 ºC, en la próxima década las emisiones deberían disminuir en un 7,6% cada año. Para que no sobrepase los 2 ºC, la reducción anual necesaria sería del 2,7%.
Justicia climática
El informe pone también de manifiesto la desigualdad en el reparto de las emisiones de gases de efecto invernadero. Asegura que los países del G20 —que comportan el 85% del producto bruto mundial— son responsables del 78% de todas las emisiones globales. Sin embargo, siete de estos países ni siquiera cuenta con las políticas para lograr sus compromisos nacionales de reducción (sus NDCs).
Bajo el principio de justicia climática contemplado en el propio Acuerdo, la ONU recuerda que los países en desarrollo todavía “tienen el derecho” de incrementar sus emisiones, aunque también tendrán que reforzar sus promesas. Al mismo tiempo, los países industrializados deberán acelerar su reducción de emisiones, y esto pasa por acabar con la deslocalización de la producción: “Los países desarrollados no pueden limitarse a reducir sus emisiones nacionales exportando la producción de contaminación por carbono a las economías emergentes. Las huellas tienen que caer, lo que implica cambios en el estilo de vida”, sentencia.
Electrificación y renovables
Algunas de las claves para frenar el aumento de temperatura están en la forma en que producimos y consumimos energía. La ONU recalca que cambiar el modelo energético hacia uno basado en fuentes renovables podría reducir las emisiones de CO2 derivadas del sector energético en 8,1 Gt en 2050. También resalta el potencial de la electrificación tanto en el sector de la construcción como en el del transporte. En este sector, la medida podría recortar las emisiones hasta un 72% en 2050.
Por otro lado, destaca el ejemplo de “refuerzo constante de los planes de mitigación” que es la Unión Europea, donde desde el informe de la brecha de emisiones de 2015 se ha observado una tendencia a la baja en las previsiones actuales de emisiones de aquí a 2030. Con todo, recomienda algunas medidas como reformar el Régimen de comercio de derechos de emisión (ETS) para rebajar las emisiones procedentes de la industria.
La semana que viene las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se darán cita en Madrid (COP25) . El objetivo es terminar de cerrar el contenido del Acuerdo de París. El pacto se implementará en 2020 y pretende que, de aquí a finales de siglo, el aumento de temperatura global no supere los dos grados centígrados o, a ser posible, el grado y medio. Si los líderes no multiplican su ambición, tendremos que vivir con las consecuencias del fracaso.
Fuente: La Marea - https://www.climatica.lamarea.com/brecha-de-emisiones-2019/ - Imagen de plrtada: Instalación «Esperando al Cambio Climático» del artista Isaac Cordal / Foto: Objetif Nantes/Flickr (CC BY 2.0)
Pero todavía hay una solución. Para que el calentamiento no supere a 1,5 ºC, en la próxima década las emisiones deberían disminuir en un 7,6% cada año. Para que no sobrepase los 2 ºC, la reducción anual necesaria sería del 2,7%.
Justicia climática
El informe pone también de manifiesto la desigualdad en el reparto de las emisiones de gases de efecto invernadero. Asegura que los países del G20 —que comportan el 85% del producto bruto mundial— son responsables del 78% de todas las emisiones globales. Sin embargo, siete de estos países ni siquiera cuenta con las políticas para lograr sus compromisos nacionales de reducción (sus NDCs).
Bajo el principio de justicia climática contemplado en el propio Acuerdo, la ONU recuerda que los países en desarrollo todavía “tienen el derecho” de incrementar sus emisiones, aunque también tendrán que reforzar sus promesas. Al mismo tiempo, los países industrializados deberán acelerar su reducción de emisiones, y esto pasa por acabar con la deslocalización de la producción: “Los países desarrollados no pueden limitarse a reducir sus emisiones nacionales exportando la producción de contaminación por carbono a las economías emergentes. Las huellas tienen que caer, lo que implica cambios en el estilo de vida”, sentencia.
Electrificación y renovables
Algunas de las claves para frenar el aumento de temperatura están en la forma en que producimos y consumimos energía. La ONU recalca que cambiar el modelo energético hacia uno basado en fuentes renovables podría reducir las emisiones de CO2 derivadas del sector energético en 8,1 Gt en 2050. También resalta el potencial de la electrificación tanto en el sector de la construcción como en el del transporte. En este sector, la medida podría recortar las emisiones hasta un 72% en 2050.
Por otro lado, destaca el ejemplo de “refuerzo constante de los planes de mitigación” que es la Unión Europea, donde desde el informe de la brecha de emisiones de 2015 se ha observado una tendencia a la baja en las previsiones actuales de emisiones de aquí a 2030. Con todo, recomienda algunas medidas como reformar el Régimen de comercio de derechos de emisión (ETS) para rebajar las emisiones procedentes de la industria.
La semana que viene las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se darán cita en Madrid (COP25) . El objetivo es terminar de cerrar el contenido del Acuerdo de París. El pacto se implementará en 2020 y pretende que, de aquí a finales de siglo, el aumento de temperatura global no supere los dos grados centígrados o, a ser posible, el grado y medio. Si los líderes no multiplican su ambición, tendremos que vivir con las consecuencias del fracaso.
Fuente: La Marea - https://www.climatica.lamarea.com/brecha-de-emisiones-2019/ - Imagen de plrtada: Instalación «Esperando al Cambio Climático» del artista Isaac Cordal / Foto: Objetif Nantes/Flickr (CC BY 2.0)