Replantear el activismo frente al catastrófico colapso biológico

Este es un artículo difícil de escribir, en parte porque nosotros, también, estamos confusos. El colapso medioambiental, sumado a vivir la sexta extinción masiva, es un territorio desconocido. Todavía estamos en el proceso de enfrentarnos a la realidad de vivir con la perspectiva de un planeta inhabitable. Estos pensamientos surgen de nuestras incursiones serenas en un futuro incierto, buscando la manera correcta de vivir y servir en el presente. La segunda razón de nuestra reticencia a compartir esta reflexión es el presagio de la pena, la ira y el miedo que puede provocar. Visitamos estas salas del corazón con frecuencia, y conocemos los retos del sentimiento profundo, particularmente en una cultura que niega los sentimientos y trata la muerte como una patología.

Dahr Jamail y Barbara Cecil

 Quizás, cuando ya no sepamos qué hacer
emprendamos nuestro autentico trabajo,
y cuando ya no sepamos a dónde ir,
iniciemos nuestro auténtico viaje.
La mente que no está confusa no está aplicada
el arroyo que encuentra obstáculos es el que canta.
(Wendell Berry)
 
A medida que lo impensable se posa en nuestras pieles, la cuestión de qué hacer le sigue cerca. ¿Qué es el activismo en un contexto de colapso? La definición de colapso del profesor de liderazgo para la sostenibilidad y fundador del Instituto para el Liderazgo y la Sostenibilidad en la Universidad de Cumbria Jem Bendell, es útil: “el final desigual de nuestros medios actuales de sustento, refugio, seguridad… e identidad”. Bendell no es el primero en advertir del colapso, la NASA lo advirtió hace cinco años. Cualquiera que internalice las realidades de nuestros tiempos necesitará encontrar su propia relación con las duras verdades sobre la desintegración medioambiental, financiera, política y social. Hay miles de millones de personas en el planeta que ya están sufriendo directamente su máximo impacto ahora mismo. El cuarenta por ciento de la población humana del planeta ya está afectada por la escasez de agua. Los humanos han aniquilado al 60 por ciento de la vida animal del planeta desde 1970.
Describimos aquí, inspirados en el análisis de Bendell, tres respuestas al colapso inminente. La primera se caracteriza por intensificar las medidas para solucionar el lio que hemos creado. La idea aquí es que si trabajamos más, podemos cambiar la situación. La segunda es la mitigación del sufrimiento y la pérdida inevitables, aliviando el dolor y el daño que ya están de camino. La mitigación ralentiza la desaparición, dándonos tiempo para la tercera, que es la adaptación a los escenarios potencialmente fatales que tenemos frente a nosotros, o en palabras de Bendell, “la adaptación profunda”
El marco de tres niveles que proponemos es más como un espectro, y los niveles se entrelazan a veces. Según evoluciona nuestro conocimiento de la catástrofe de la biosfera, puede que cambiemos nuestro enfoque del activismo. Nuestra edad y etapa en la vida también afecta donde invertimos nuestra energía.
El inconveniente de esta primera respuesta, “arreglar” la crisis, es que a menudo galvaniza la falsa esperanza en una panacea externa a la que podemos votar o con la que podemos contar. Fija en los arreglos, la atención se puede distraer de la adaptación a la crisis que es necesaria en un plazo más corto, en ambos ámbitos, el personal y dentro de nuestras instituciones. Por ejemplo, se necesita tiempo para prepararse para las oleadas de millones de refugiados y para la escasez extrema de agua y alimentos. Las soluciones centradas en “arreglos” a menudo verde libros y promesas tecnológicas. Los oportunistas están al acecho de la presa. Esta motivación es más de la misma mentalidad que originalmente nos ha metido en esta situación.
Sin embargo, la ventaja de apostar por los arreglos es el surgimiento del espíritu humano a través de los movimientos sociales cada vez más intensos. El New Green Deal de Alexandria Ocasio-Cortez es un ejemplo valiente de un plan de “arreglo” de lo que está roto en Estados Unidos. Las acciones directas de Extinction Rebellion son una fuerza poderosa, por no mencionar las emocionantes marchas juveniles que están tomando forma por todo el mundo. La joven Greta Thunberg encabezó una asombrosa victoria en la UE recientemente. Si el arroyo que encuentra obstáculos canta, como dijo Wendell Berry, estos son ríos de coros conmovedores.
La segunda respuesta, la mitigación, también tiene mérito. Tiene como objetivo mantener a raya el colapso el tiempo suficiente para tener listos los preparativos necesarios para lo que viene.
Excelentes ejemplos de esto se encuentran en el movimiento por la agricultura regenerativa. Un granjero de Australia, azotada por la sequía, nos habló de la granja de nueces de macadamia de su familia. Recuerda que su madre decía, “plantaremos hasta que no podamos más.” Ese día llegó, y decidieron dejar la granja e ir a Nueva Gales del Sur. Recuerda cavar un hoyo de casi un metro para un colocar un poste recientemente. Al fondo del hoyo había más polvo. Él y su familia se han unido a otros granjeros que están dejando de lado las prácticas agrícolas tradicionales que agotan aún más la tierra reseca. Él no utiliza productos químicos, rota su ganado cada tres o cuatro días, y está creando las condiciones necesarias para que las hierbas nativas vuelvan a prosperar de nuevo. Las granjas vecinas están “reduciendo su stock” (esto es sacrificando) ovejas y vacas a medida que el alimento desaparece. El suministro de alimentos está disminuyendo tanto para las personas como para los animales. Pero el plantará hasta que no pueda más. Cuando le preguntamos por los motivos de su persistencia en este trabajo tan difícil y descorazonador dice que lo hace por amor a la tierra, pero principalmente por el amor a sus hijos. Quiere proveerles de un refugio seguro durante todo el tiempo que sea posible.
Independientemente de la plétora de planes de geo-ingeniería para rebajar los niveles de CO2 o reflejar la radiación solar de vuelta al espacio, la dura realidad es que los efectos del CO2 que ya está presente en la biosfera son irreversibles, y se están intensificando rápidamente. Excepto que haya fuerzas inesperadas en marcha, un consenso de investigaciones científicas nos dice que una subida mínima de 3ºC ya está integrada en el sistema bajo los compromisos climáticos mundiales. Un estudio publicado en la revista Nature mostraba que durante el último cuarto de siglo, los océanos han absorbido el 60 por ciento de todo el calor que los humanos han añadido a la atmósfera y que el calentamiento planetario ya está más avanzado de lo que se creía previamente. Si los océanos no hubiesen absorbido ese calor, las temperaturas atmosféricas globales serían 36 grados centígrados (36ºC) más altas que en la actualidad. Los niveles actuales de dióxido de carbono de 410 partes por millón (ppm) ya están en consonancia con lo que históricamente provocó un estado estable de temperaturas 7ºC más altas y un nivel del mar 23 metros más altos que lo que están hoy.
Cualquiera que piense que todavía hay tiempo para remediar completamente la situación debe contestar está pregunta: ¿Cómo retiras todo el calor que ya han absorbido los océanos? El activismo fortalecido, con todo lo esperanzador e importante que es, no va a contener estas mareas completamente.
Por esto, el tercer nivel de activismo, la adaptación, se hace patente.
La adaptación es un territorio nuevo. Aquí está el reino de la sanación, de la reparación (espiritual y psicológica, entre otras) y de la colaboración. Es extrañamente rico en una nueva clase de plenitud y en una intimidad sin precedentes con la Tierra y entre nosotros. Nos invita a ir a la raíz de lo que se torcióy nos llevó a la sexta extinción masiva. Teniendo en cuenta que incluso nuestra propia extinción es una posibilidad muy real, incluso si el peor desenlace sigue su curso, hay tiempo para hacer el bien, para los finales honorables, y para tener la oportunidad de reconectarse con esta Tierra con el máximo respeto, y de las maneras más amigables.
La ventana para una preparación práctica para el colapso y el caos que van cada vez más rápido, está ahora abierta.
“La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien,” dijo Václav Havel, disidente, escritor y hombre de estado checo, “sino la certeza de que merece la pena hacer algo sin importar cuál sea el resultado final”.
Estas son algunas historias sobre adaptación, para dar una idea de las acciones que surgen de este tipo de esperanza, una esperanza que incluye una aceptación duramente adquirida de la posibilidad, muy real, de un colapso inminente.
- Una asociación de trabajadores del área de salud mental ha creado la Alianza de Psicólogos Climáticos en Gran Bretaña, Escocia y los EE.UU. Ofrecen servicios psicológicos adaptados recientemente para entender y enfrentarse a la alteración climática causada por el hombre, además de a las duras verdades que conlleva, y para ayudarse entre ellos a involucrarse mientras responden a nuestra crisis ecológica.
- Gerri Haynes es una madre de 75 años con cuatro hijos y muchos nietos queridos. Ella y su marido, Bob, viven en Seattle. Han pedido a su familia que permanezcan cerca en anticipación a las penurias que vienen. Su principal prioridad en la vida, después de años de trabajo con Médicos para la Responsabilidad Social, es mantener a su familia segura y unida. Los lazos son fuertes y profundos y los sacaran adelante. 
- Siena es una canadiense de 18 años que ha optado por salir de la ruta universitariaa pesar de sus buenas notas. Ha decidido ir a formación profesional donde estudia trabajos con metal (mecanizado), soldadura, fontanería, electricidad y carpintería. Se centrara más en la horticultura. A Siena le encanta trabajar con las manos tanto para hacer cosas prácticas como para disfrutar creando cosas bellas. Ella es consciente de la utilidad de estas habilidades si la infraestructura industrial colapsa. Se está adaptando a nuestra crisis global con gran entusiasmo, en medio de su plena conciencia de cuantas cosas están cambiando y de los tiempos difíciles que son inminentes.
- Recientemente, Dahr habló ante una clase de la Escuela Preparatoria Cabrillo, desarrollando la ciencia climática en su libro, El Fin del Hielo, que explora el ser testigo y encontrar sentido en medio de la alteración climática. Al final de su charla, una joven levantó la mano y preguntó, ¿Qué puedo hacer yo? Soy pobre y tengo poco que ofrecer.” Más tarde, durante una conversación mencionó que era madre de un hijo pequeño. Esto hizo brotar las lágrimas. La crianza de hijos, mientras se es consciente de nuestra posible desaparición, podría ser ahora una de las formas de activismo más heroicas del planeta. Aunque el futuro parece desalentador, ¿cómo podemos vivir de una manera que mantenga a las próximas siete generaciones? ¿Qué mejor activismo que criar a hijos que honren este mundo, que están seguros de sí mismos, que pueden ver y pensar con claridad, que saben que importan, que caminan por esta Tierra con respeto y curiosidad? 
- Nosotros dos, con otros vecinos, cuidamos de un gran jardín que nos da verduras, fruta y bayas, además de la calmada satisfacción de observar a los insectos y a los pájaros que atrae. Millones de personas,sabia e instintivamente,ya están siguiendo su interés en el cultivo de alimentos. Aquí hay una satisfacción intensa, alegría y preparación.
- Finalmente, un tributo a Stan Rushworth que está llenando un vacío fundamental en nuestro intento de reconectar con la Tierra en los tiempos por venir. Un anciano de ascendencia cherokee que fue criado por su abuelo según las costumbres tradicionales, Stan sabe que todos los árboles y las rocas están vivas, y que todos los seres están conectados y comunicándose a su manera. Sabe que no existe ningún movimiento por el regreso a la Tierra en los Estados Unidos que conozca bien nuestra historia. La verdad es que los primeros colonos llegaron a Norteamérica cuando era el hogar próspero de 60 millones de nativos. En un corto periodo de tiempo, el 96 por ciento de esos hombres, mujeres y niños fueron cruelmente sacrificados sobre la base del “destino manifiesto” en uno de los genocidios más rápidos y barbáricos que se haya llevado a cabo jamás. Rushwork da clases en un colegio comunitario, donde su labor de enseñar esta historia fundamental a las generaciones más jóvenes ya dura más de un cuarto de siglo. Sin un compromiso con el conocimiento, trabajando contra y construyendo reparaciones a la abominación del genocidio nativo, no tenemos cimientos sobre los que vivir.
Corriente arriba de todas estas nobles historias existe una clase de activismo sutil y profundo que podría impregnar cada acción que elegimos hacer, en cualquiera de los niveles. La autora y maestra Joanna Macy, erudita en Budismo, pensamiento de sistemas y ecología profunda describe a un activista como “cualquiera que haga algo no solo por el provecho personal.” Las implicaciones de acciones generosas comienzan a provocar una separación masiva de la avaricia generalizada y el egocentrismo que alimenta las causas originales de la sexta extinción masiva. De hecho, pertenecemos a una red de vida compleja y maravillosa, caracterizada por el equilibrio, los límites naturales y el respeto.
¿Y si durante el tiempo que nos queda, simplemente podemos recordar esto? Entonces nos permitiremos alejarnos de la ilusión de la separación. Afortunadamente, ya tenemos una brújula dentro de nosotros, preparada para el activarse. Durante una ola de frio fuera de temporada en nuestra ciudad, uno de nuestros amigos, Casey Taylor, de manera espontánea se ofreció a hacer una gran bolsa de sándwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada y buscar a personas sin hogar en el bosque. Entregó los sándwiches además de mantas y combustible para calefacción a todo el que pudo encontrar. Conocía la carencia y se movilizó para suplirla sin importarle sus humildes posibilidades.
Quizá una de las rebeliones más potentes de estos tiempos sea la negativa a caminar dentro del rebaño occidental dominante, a amoldarse a las expectativas y valores que básicamente han devastado la Tierra. Desvincularse de su esencia implica realinearse con un conocimiento interno sobre cuál es nuestra tarea, desde dentro hacia fuera.
Cada uno de nosotros debe elegir nuestro propio camino. La suma total son legiones de personas actuando de maneras únicas, y apoyándose entre sí.
Mira esta historia del apoyo de un padre a la elección de su hija a seguir su llamada. Mark Oates, padre de Shayla de 17 años, escribió a Bárbara sobre su desesperanza y su miedo, mientras su hija se dirigía hacía una arriesgada marcha por el clima por la podía tener repercusiones:
Shayla ha decidido que necesita rebelarse de nuevo y pondrá carteles para la Huelga Escolar por el Clima del viernes 4, en preparación para el 15 de marzo. Sabe que es demasiado tarde, pero se rebela de todas formas… Es lo que siente que necesita hacer… Yo estaré en el extranjero durante las huelgas escolares, sino hubiese ido con ella. Mi madre, Rosemary, va ir con ella en mi lugar.
Tengo lágrimas en los ojos… la pena, el coraje de los jóvenes y de los mayores, el orgullo que hay en ella…siempre ha sido de las que se levantan y protegen a quien está siendo victimizado…pero ¿cómo es que son los jóvenes y los mayores los que se están enfrentando a la maquina? Es tan triste que hayamos llegado a esta situación… con amor.
Barbara le contestó:
Mark, honro tu gran visión y siento el dolor de tu corazón en todo esto. Es fantástico que tu madre y Shayla vayan juntas. Aunque conozcamos lo avanzada que está la desaparición, hay cosas que necesitamos hacer, ser capaces de vivir con nosotros mismos, para galvanizar en nosotros la ferocidad necesaria para vivir en estos tiempos, para sentir la unión que impregna estos sucesos. Intuitivamente siento que es algo formativo y esencial para Shayla. Y realmente duro para el corazón de un padre. Un abrazo para toda la familia y bendiciones a la Tierra sobre la que caminas.
Esta reflexión se escribió tras muchas conversaciones… entre nosotros, con Mark Oates, Joanna Macy, Sarah-Jane Menato e indirectamente, con Jem Bendell. Esperamos que estas palabras inspiren esas complicadas conversaciones con tus amigos y con tus seres queridos.
Para terminar, ¿qué pasa si todas esas soluciones, mitigaciones y adaptaciones fracasan? Quizá nos habremos convertido en seres humanos dignos, que han actuado durante este tiempo de crisis con un amor y una integridad extraordinarias. Nos volveremos el uno hacia el otro y hacia todos los seres del planeta, con un amor claro y humilde, conociendo que somos un todo vivo. Arrodillados, lloraremos con gratitud cobarde por el regalo de la vida confiado a nosotros. En esto hay un significado y un propósito profundos.
Quizá el canto del arroyo obstruido es, al final, suficiente.

Referencias comentadas
Adaptación profunda (Deep Adaptación) de Jem Bendell. Un documento que da a sus lectores “la oportunidad de revaluar su trabajo y su vida frente a un inevitable colapso social a corto plazo debido al cambio climático.”
La doctora Joanna Macy, es una escritora y profesora, erudita en budismo, pensamiento de sistemas y ecología profunda. Es una voz respetada en los movimientos por la paz, la justicia y la ecología. Mac entrelaza sus estudios con lo aprendido durante seis décadas de activismo.
Going to Water, de Stan Rushworth. Una novela histórica, y uno de los mejores libros que se hayan escrito sobre la sanación. “El diario de una mujer cherokee con gran valentía y determinación para perseverar a pesar de todo, que es portadora de una visión trascendental mientras se enfrenta a la vida diaria. Sus logros y sus fracasos están condicionados por la claridad de sus ideas, por su confianza en la cultura y la familia, por las poderosas reacciones ala montaña rusa emocional a la que se enfrenta en su viaje, y por su amor implacable.”
La Alianza de Psicología del Clima ofrece un foro para personas que quieren realizar conexiones entre la psicología profunda y el cambio climático, a medida que todos nos enfrentamos a las difíciles verdades del cambio climático y de la crisis ecológica.
Los Comunicados sobre la alteración climática (Climate Disruption Dispatches) de Dahr Jamail. Las actualizaciones regulares de Jamail sobre la ciencia del cambio climático son fuentes fiables de verdad científica.

Fuente:  https://truthout.org/articles/climate-collapse-is-on-the-horizon-we-must-act-anyway/ - Traducido por Eva Calleja - Imagenes: Truothout.org

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué