Los coches diésel de última generación tienen picos de emisiones contaminantes 1.000 veces por encima de lo normal.

Según el informe Diésel nuevos, problemas nuevos encargado por la federación Transporte y Medio Ambiente, de la que forma parte Ecologistas en Acción, la contaminación producida por los coches diésel más modernos del mercado alcanza picos de emisiones contaminantes 1.000 veces por encima de los niveles considerados normales, superando los límites legales Estos picos se producen durante la regeneración o limpieza del filtro de partículas del vehículo, un proceso automatizado en los vehículos que ocurre aproximadamente cada 500 km y que impide que el filtro se atasque.

La limpieza del filtro se puede producir cuando el coche se conduce por ciudad, con lo que coches teóricamente limpios (etiqueta C) emiten una enorme cantidad de partículas muy contaminantes durante unos 15 km en zonas con una ya pobre calidad del aire.
Se calcula que más de 45 millones de coches llevan este tipo de filtros en Europa, lo que causa un total estimado de 1.300 millones de cambios de filtros cada año. Estos diésel modernos pueden entrar en la mayoría de las Zonas de Bajas Emisiones, incluida la ULEZ de Londres, por ser considerados ‘limpios’.
El informe se basa en un análisis riguroso de dos vehículos diésel Euro 6 d (-temp): un Nissan Qashqai y un Opel Astra, dos de los coches más vendidos en la UE. El test, llevado a cabo por la consultora especialista Ricardo, analizó las partículas incluso en el momento en el que se producía la limpieza automática del filtro.
El primer vehículo emitió un 32 % más de las partículas permitidas por el límite legal y el segundo un 115 % de este límite durante el proceso de limpieza.
Sin embargo, debido a una laguna en la legislación, los límites legales no se aplican para la limpieza de los filtros. Esto significa que se ignoran entre el 60 % – 99 % de las emisiones de las partículas reguladas.
Para T&E y Ecologistas en Acción es todavía más alarmante saber que hay una gran proporción de partículas cuya emisión ni siquiera se mide. Actualmente, solo las emisiones de partículas con un diámetro mayor a 23 nanómetros (nm) están reguladas.
Sin embargo, cuando en el estudio se midieron las partículas de más de 10 nm, las emisiones de número de partículas aumentaron entre el 11 % y el 184 %.
Esto significa que grandes cantidades de contaminantes son absolutamente ignorados desde el punto de vista legal, a pesar de que estas partículas son las más peligrosas para la salud humana, debido a su capacidad de penetrar profundamente en los pulmones y de atravesar incluso la barrera pulmonar.
Como aspecto positivo, ambos modelos han cumplido con los límites legales en lo que respecta a óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono e hidrocarburos totales.
Cumplimiento que llega 12 años después de que se impusieran estos límites en la ley. Como contrapartida, en uno de los vehículos se observaron importantes emisiones de amoníaco, debidas al uso de AdBlue (que reduce las emisiones de NOx). Las emisiones de amoniaco no están reguladas, pero contribuyen a la formación de partículas PM 2,5.
T&E y Ecologistas en Acción han pedido a la nueva Comisión Europea que requiera a las autoridades competentes que se comprueben las emisiones reales de los vehículos después de haber sido vendidos, tal como hace la Agencia de Protección Ambiental de EE UU.
Cada vez más, la contaminación por partículas se considera el ‘enemigo público número uno’, con una persona de cada tres expuesta a niveles de contaminación de partículas insanos en las ciudades europeas. Este es el tipo de contaminación más ligado al cáncer, cuya exposición crónica afecta tanto al corazón como a los pulmones
Nuria Blázquez, coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción, ha declarado: “Estos test muestran que los diésel todavía son muy sucios.
De hecho, están escupiendo altísimos niveles de partículas en nuestras ciudades y autopistas a diario. Ecologistas en Acción siempre ha defendido que la apuesta no debe ser por coches más modernos, sino por menos coches. Muchos menos coches y mucho más transporte público. Y sobre todo modos activos de movilidad, como caminar y usar la bicicleta”.

Fuente: Ecologistas en Acción


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