La nueva economía ecológica: Superorganismo y sociedad. (Parte 2)
Esta es la segunda parte de una entrevista con Lisi Krall. Nuestra conversación en esta etapa toma la distancia necesaria para contemplar cuestiones más amplias sobre los desafíos existenciales, medioambientales y económicos a los que nos enfrentamos en esta era moderna.
Della Duncan: Entonces, ¿qué reacción general dirías que han suscitado los descubrimientos e ideas que has compartido en la primera sección de esta entrevista?
Lisi Krall: Creo que en general la gente quiere oír un mensaje de esperanza, y no creo que mi investigación traiga un mensaje esperanzador. Lo que sí ofrece es una reflexión profunda sobre la naturaleza de la estructura económica y su complejidad. Cuando la gente me pregunta sobre ello, les digo: “Bueno, he llegado a la conclusión de que los humanos hemos evolucionado igual que las hormigas y que estamos jodidos”. [Risas] Me miran atónitos e incrédulos. Tan solo la idea de que los insectos sociales tienen mucho que enseñarnos acerca de nuestra evolución social deja a la gente perpleja. No se lo creen. Si quieres hablar de socialidad humana y hablas de primates, la gente está abierta a escucharte. Pueden ver la conexión. Y aun así creo que, en términos de socialidad, el estudio de los insectos sociales nos puede enseñar más sobre nuestra evolución social que el estudio de los primates. Pero a la gente le cuesta asimilarlo. En primer lugar, porque las diferencias entre nosotros y las hormigas son abismales y obvias. La mayoría de la gente encuentra el estudio de este superorganismo de colonias un tanto estremecedor. Cuando miramos a las hormigas, pensamos: “Nosotros no somos así”. Y aun así, estoy convencida de que se trata de un caso de evolución convergente. Della Duncan: Ahora que profundizamos en esta conversación sobre la evolución, estoy al tanto de que te consideras una bióloga evolutiva en secreto. Sé que eso se debe en parte a que la biología evolutiva, a menudo llamada también sociobiología, plantea una serie de retos y problemas relacionados con el determinismo biológico. ¿Podrías aclarar esto y, quizás, definir el campo de la sociobiología?
Lisi Krall: Bueno, en pocas palabras, la sociobiología sostiene que existe una base biológica para la conducta social. Pero algunas de sus teorías son problemáticas, como el Darwinismo social: la supervivencia de los más fuertes, que justifica el poder de los barones ladrones con el argumento de que ganaron la lucha comercial porque estaban mejor preparados. Tengo problemas con ese tipo de sociobiología. Además, como científica social no me gusta la afirmación de que la conducta está genéticamente determinada. Esa proposición supone todo tipo de problemáticas. Porque, por ejemplo, se podría afirmar que “las mujeres se comportan de tal manera porque su naturaleza es así y que los hombres se comportan de otra manera”. A nadie le gusta que los científicos sociales hagan eso ni piensen de esa forma. Tuve que empezar a afrontar cuestiones que no tenían fácil respuesta, y acabé topándome con cuestiones como: ¿Cómo lidiamos con este sistema económico global gigantesco en un planeta de recursos limitados? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? No creo que sea posible responder correctamente a estas preguntas sin sumergirse en investigaciones interdisciplinarias. Un trabajo interdisciplinario ofrece el terreno más fértil para reflexionar sobre lo que nos ha ocurrido, qué posibilidades de cambio tenemos, y como podríamos hacerlo. Por ejemplo, se habla de la transición energética y de transicionar a la energía renovable. No me malinterpretes, estoy totalmente a favor de eso, pero no tiene sentido hablar de la transición a la energía renovable sin hablar del empleo, de qué tipo de mundo queremos, de qué tipo de relación deberíamos mantener con el mundo externo a lo humano, de hasta qué punto queremos domesticar este planeta, de cuáles son las ventajas de disminuir la producción… Cuando hablamos sobre la transición a la energía renovable nunca tocamos estos temas. Y en cierto modo la transición a la energía renovable no es una propuesta más inteligente que la del carbón limpio, que también es una solución tecnológica para este gran problema social y evolutivo.
Della Duncan: Sobre todo si mantenemos el mismo ritmo de consumo e intentamos tener el mismo nivel de crecimiento.
Lisi Krall: Exacto.
Della Duncan: Así que estás cuestionando los objetivos del sistema y planteándote lo que significa llevar una vida que tenga verdadero sentido.
Lisi Krall: Sí, me planteo qué significa llevar una vida con sentido y cómo los seres humanos, en palabras de Wes Jackson, podríamos volver a convertirnos en una “especie en contexto”. Wes dice que la agricultura nos convirtió en una especie fuera de contexto. Y tiene razón. Nuestra labor aquí no consiste en proponer una solución ambigua que apunte a la sostenibilidad con energía renovable. No sería suficiente ni es adonde queremos llegar.
Della Duncan: No es una solución satisfactoria.
Lisi Krall: No, no lo es. Hasta cierto punto (y sé que esto puede sonar simplista), cuando miro al mundo no humano aún veo esa magia. Pienso en los orígenes de la imaginación humana, cuando hallábamos la inspiración en la naturaleza. Ni siquiera es una visión profundamente ecológica, sino una visión antropocéntrica. ¿Por qué íbamos a querer destruirla? No sería el fin del mundo, independientemente de lo que nos pasase a nosotros, pero sí sería verdaderamente trágico.
Della Duncan: Traería mucho sufrimiento humano y no humano.
Lisi Krall: Sí. Y un mundo mucho menos interesante. ¿Por qué íbamos a querer hacer algo así? Y por otro lado, ¿cómo desmantelamos la estructura y la dinámica de este sistema? Me gustaría que hubiese muchos más debates acerca de cómo conseguir frenar el crecimiento. Todo el mundo sabe que los necesitamos. No es nada nuevo. La cuestión es cómo hacerlo. Y eso nos lleva de vuelta a tu pregunta: ¿Tenemos esa capacidad? ¿Somos capaces de cambiar? Creo que esa es la pregunta de un millón de dólares. Pero no tengo la respuesta. Creo que deberíamos ser más conscientes del poder y el significado evolutivo de un sistema tan grande como el que tenemos. Llegados a este punto, alterar su dinámica es una tarea de gran envergadura.
Della Duncan: ¿Y si ya está cambiando? Quizás si empezásemos a buscar y a sacar a la luz las historias y ejemplos del cambio, se crearía un efecto expansivo. También has mencionado que existen los movimientos localizados. También existen movimientos de decrecimiento o de economía de estado estacionario. Y otros tipos de movimientos, como el de sustituir el PIB por un índice de Felicidad Nacional Bruta. Es como si a pesar de no haber conseguido encontrar un sistema nuevo que suceda a éste, hubiese multitud de lugares de intervención en todo el mundo en los que ya se está intentando de maneras muy diversas. Es casi un enfoque holístico.
Lisi Krall: Creo que tienes razón. Y también creo que el sistema en sí tiene muchas contradicciones, y que de vez en cuando esas contradicciones nos traen grandes problemas. Ahora mismo me viene a la cabeza el movimiento de la tecnología, la financialización del sistema económico. La creciente desigualdad. Todo eso crea grandes contradicciones en el sistema porque el propio funcionamiento del sistema no permite su sostenibilidad. El correcto funcionamiento del sistema requiere que la gente se gaste el dinero en las cosas que se producen. Al fin y al cabo, la gente es la que reporta todo el beneficio. Si la gente no tiene suficiente dinero como para comprar todo lo que se produce… nos enfrentamos a un claro problema de flujo circular. Todo esto nos conduce a una crisis. Y el propio sistema es inestable, se expande y se contrae. Ahora estamos atravesando un periodo de lo que parece ser un estancamiento permanente, haciendo que la creación de empleo suponga un desafío aún mayor. Tenemos problemas y contradicciones constantes. Y no creo que bajar los impuestos de los ricos y de las grandes corporaciones vaya a arreglar ese problema.
Della Duncan: Siempre trato de buscar una conexión con el oyente y extraer aquellas cosas con las que pueda sentirse identificado en su vida diaria, o que puedan ayudar a cambiar su comportamiento – son como sugerencias. Pero basándome en lo que estás diciendo, veo que la gente está volviendo a apreciar y aprender habilidades imprescindibles en la naturaleza, tales como las que se necesitan para vivir en el monte, la recolección de alimentos silvestres, etc. Establecer una conexión con la naturaleza que vaya más allá de cultivar un jardín o de practicar la agricultura, como aprender sobre un lugar o sobre las estaciones naturales y la medicina, la recolección silvestre y la conexión con la naturaleza. También pienso que la idea de cambiar el crecimiento por el bienestar es clave, y en cómo podemos cambiar los objetivos de nuestro sistema económico para mudar del expansionismo al bienestar; o explorar los estados invariables o el decrecimiento, y comprender que el crecimiento desmedido, que hace caso omiso a los límites de nuestro planeta, es un grave problema. A muchos oyentes les costará ver su relación con una hormiga, o ver que son una rueda más en el engranaje de la gran máquina, ya que admitir esa similitud podría producir una sensación de desasosiego. Así que, ¿por qué no invitamos a nuestros oyentes a considerar su trabajo como algo más que una forma correcta de subsistencia y a darle una intención diferente, o desafiarnos a nosotros mismos a pensar cómo podemos vivir de manera más acorde a nuestra integridad o a un propósito más elevado? Empezar a quebrar esa mentalidad de “no soy más que una rueda en el engranaje”, y tomar conciencia de nuestro poder de acción, nuestro potencial, nuestros objetivos vitales y lo que nos apasiona. Y, por último, me gustaría invitar a la gente a replantearse el concepto de cooperación, no como una capacidad innata sino como un medio. Cooperar para crear algo. Invitar a la gente a cooperar para fomentar esas cualidades, legar a nuestros hijos o generaciones futuras las cualidades del altruismo, de la generosidad, de la cooperación, para alcanzar objetivos como el bienestar, la conexión con la naturaleza, la armonía, la conexión con ese mundo no humano que es mucho más que humano. Comprender lo que estamos dejando tras nosotros. Y también entender para qué estamos cooperando, el tipo de objetivos que queremos alcanzar, la visión que compartimos. Para mí, tus palabras son una invitación a explorar nuestras propias vidas. ¿Qué opinas? ¿Te gustaría añadir algo más?
Lisi Krall: Bueno, creo que lo has expresado de maravilla. Hacer de nuestras vidas una existencia más reflexiva y crítica en un mundo que no lo propicia es todo un desafío. Sólo me cabe añadir que creo que la gente necesita replantearse los cambios a escala global en el sistema, porque no creo que sea posible cambiar el sistema. Podríamos cambiar la forma en la que participamos en el sistema, pero no tengo claro que podamos cambiar el sistema en sí. Un punto de partida para cambiar el sistema sería, por ejemplo, un sistema de protección social mucho más amplio. Cuando uno se involucra en la lucha por la expansión de cosas tales como la Seguridad Social, los estudiantes pueden acceder a la educación sin tener que enfangarse en deudas de doscientos mil dólares, disfrutando de gran calidad, cuidado infantil a precio razonable, sanidad, baja de maternidad – todas esas cosas que una economía avanzada debería ser capaz de ofrecer. Una vez que todas estas cosas funcionan, la gente empieza a pensar en sus acciones de manera más crítica. Ahora mismo la gente está tan agobiada, preocupada y estresada que les resulta imposible pararse a escuchar. Por eso pienso en cambios estructurales más amplios, en distribución, en la red de seguridad social – hablar de mucho más que de energía renovable. Esa conversación va ligada al problema de creación de empleo, que está relacionado con el crecimiento. Saquémoslo del reino de las soluciones tecnológicas y no imaginativas y empecemos a pensar en cambios estructurales, y en todo lo que tú has mencionado.
Y estos son sólo unos pocos ejemplos, pero la lista podría seguir interminablemente. Creo que hay que reflexionar sobre cómo cada acción revolucionaria interactúa con este enorme sistema. ¿Se opone a él? ¿O simplemente lo perpetúa? Ninguna de nuestras acciones individuales – y no estoy diciendo que no tengan valor ni sean loables – van a contribuir a cambiar el curso de la historia a menos que cambiemos la dinámica de este gigantesco sistema. Pero, claro, quizás yo no sea la persona más optimista del planeta. Quizás lleve demasiado tiempo estudiando a las hormigas. [Risas]
Lisi Krall es profesora de Economía en la Universidad estatal de Nueva York, Cortland, y está especializada en economía política y ambiental y en economía ecológica.
Della Duncan se define como «una economista renegada». Presenta y produce Upstream Podcast, en donde habla, realiza documentales y conduce entrevistas sobre economías alternativas.
Producido por Guerrilla Translation bajo una Licencia de Producción de Pares.
Fuente: https://www.guerrillatranslation.es/2019/10/22/la-nueva-economia-ecologica-superorganismo-y-sociedad/
Reconocimientos:
• Traducido por Sara Escribano y editado por Susa Oñate.
• Transcripción original publicada en Evonomics.
• Upstream Podcast interview on Soundcloud.
• Imagen de portada: ilustración de Luc Schuiten, extraída de Wikimedia Commons.
• Imagen de texto de Wikimedia Commons