El paradigma occidental frente a la diversidad natural
Por Tamara Muller.
Nuestro pasado evolutivo es compartido con diversas especies homínidas, de cualidades antropomórficas, todas extintas. La nuestra es la única sobreviviente de este grupo. La historia evolutiva no es lineal ni exclusiva, pero muchos de nosotros aprendimos de nuestro linaje humano a través de una ilustración en la cual el macho australopithecus se va transformando progresivamente en el «hombre». Sin embargo, en esta ilustración tan utilizada nos perdemos un hito fundamental para la existencia de tal evolución: los 9 meses donde el homínido macho va tomando la forma de un homo sapiens, que se desarrolla en el vientre femenino. Esta omisión deja a una gran parte de la población excluida de la historia.
En la evolución del «hombre», en la cual se supone que este va desde lo animal a lo racional, se generan una serie de binomios: cultura/naturaleza, racional/emocional, hombre/mujer, sujeto/objeto. En estos pares siempre existe una supremacía de los primeros.
Araceli Gónzales —doctora en historia cuya investigación se relaciona con género, religión y relaciones humanas/no humanas— alude a un término propuesto por Charlotte Perkins¹ para esclarecer esta situación: “androcentrismo”. Este concepto lo utiliza para referirse a una “manera de entender a las personas que permea las cosmologías, las ontologías y las epistemologías” (2012), y que valora lo masculino por sobre lo femenino, siendo lo masculino equivalente a la primera parte de los binomios señalados. Pensando en esa jerarquía es que me pregunto ¿qué lugar es el que ocupan los animales? y ¿dónde se encuentra la separación entre humano y animal?
Colonización y zoológicos humanos: límites entre animalidad y humanidad
Durante la colonización se planteó este problema en relación a los indígenas, pobladores ancestrales del continente. En este contexto, la alteridad fue concebida “desde ópticas diferenciadoras, binarias y excluyentes” (Pimentel, 2015)², llegando a exhibir a indígenas de la Patagonia en zoológicos humanos. Este no es un caso aislado y tiene sus antecedentes en Hamburgo. Aquí, un empresario zoólogo, “habiendo adquirido ciervos en Laponia, en la costa ártica europea, y trayendo para su cuidado a un grupo de lapones” (Pimentel), descubrió el impacto que la otredad, no sólo animal, sino también humana, causaba en el público.
Así ha pasado muchas veces, la población dominante, ya sea en cuanto a etnia, género, título u otros, se ha encargado de marcar límites entre ellos y nosotros, haciendo valer su supuesta superioridad y actuando de manera colonizadora. Cuando en realidad, si hubieran prestado atención a elementos de la cultura y creencia de muchos de estos pueblos, hubieran descubierto la riqueza cosmológica. Visión en la que en vez de seguir aislando y separando, intentaban comprender el mundo dentro de un todo, donde los animales, plantas y piedras conservaban los espíritus de nuestros ancestros. Un entendimiento cíclico de la vida.
Nosotros animales
En cuanto a las similitudes y diferencias entre lo humano y animal, podemos trazar paralelismos entre comportamientos animales como el gruñir, morder o delimitar espacio marcando con orina, con conductas humanas que buscan mayor poder jerárquico. Pero, esto continúa siendo una mirada reduccionista del significado de «ser animal».
El gruñido más potente es tan solo una de las conductas animales, por lo que podemos empezar a poner foco en otras. Como por ejemplo las formación en “V” de las bandadas: “los pájaros hacen turnos para ponerse en la situación de líder de la bandada, que exige un gran derroche de energía” relata Victoria Gill (2015) —reportera del área de ciencias de la BBC— esto permite que todos los miembros tengan un mejor rendimiento, especialmente en las migraciones que pueden ser muy severas. Existe cierta semejanza entre esta organización y el Consejo Federal suizo, que corresponde al órgano ejecutivo de este país. Se conforma por 7 miembros de los cuales, uno “es elegido presidente de la confederación por el plazo de un año”, quien procede a dirigir “las sesiones del Gobierno y asume obligaciones representativas, principalmente en el extranjero” (Confederación Suiza, 2021), para que luego otro pase a ocupar este rol.
Estas estrategias generan organizaciones más bien rizomáticas, de las cuales podemos aprender para mejorar los sistemas poco sostenibles que hemos creado, y encauzar una forma de existir y convivir donde nos consideremos naturaleza y no como parte de un binomio.
Cultura y naturaleza: del aislamiento a la colaboración
Los modelos económicos, urbanos e industriales en los que estamos insertos dejaron de ser la utopía del pasado, nos encontramos viviendo una distopía llena de jerarquías estáticas y de desigualdad. En la urbanización hemos pretendido a separarnos, alejarnos o aislarnos de la naturaleza. El claro antecedente, descrito por Francisco Calvo Serraller (2005) —quien fue un historiador, ensayista, crítico de arte y catedrático universitario español— son las ciudades amuralladas, donde los muros marcaban la delimitación entre urbe y naturaleza. Así, los viajeros fueron quienes se encontraron como extranjeros no solo en su destino, sino también en el paisaje que se extendía fuera de estos muros. A pesar de que ya no existan las ciudades amuralladas, la separación se ha seguido acentuando hasta llegar a este sistema insostenible.
Sin embargo, la realidad es que en el aislamiento no encontramos sustentabilidad, y nuestros sistemas cerrados no permiten colaboración necesaria para la vida en el planeta. Según Anna Tsing, profesora de antropología en la Universidad de California, “La vida sólo es posible a partir de la interacción de muchos tipos de seres”, es por esto que existen diversas formas de interacciones ecológicas, donde ningún ser se encuentra aislado de su entorno. Para alcanzar este cometido, hay que aprender de la naturaleza y sus diferentes reinos, observar cómo funciona el cosmos y poner especial atención en nuestros sesgos formativos para no antropomorfizar lo que nos rodea.
En la naturaleza incluso la vida y la muerte se percibe de una manera diferente a lo que estamos acostumbrados, pues no existe lo desechable, la muerte, en la podredumbre crea todo un sistema de vida en la cual, hasta este binomio es suprimido. Con esto podemos comprender cómo funciona la integración. Me parece que vivimos en un momento propicio para comenzar a integrar, comprender que en la alteridad también hay parte de nosotros, y que no podemos seguir separándonos de la naturaleza. Pues en ella existen una infinidad de opciones de organización y sistemas que se sustentan gracias a la coexistencia, permitiendo que distintos reinos y especies interactúen y se beneficien de ello.
¹ Charlotte Anna Perkins (1860-1935), fue una intelectual estadounidense multidisciplinar, muy activa en defensa de los derechos civiles de las mujeres.
² Carolina Pimentel Melo, es una académica y directora del diplomado Narrativa Audiovisual en Ciencias Sociales de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Central de Chile. Licenciada en Comunicación Social. Doctorando en Estudios Americanos, mención Pensamiento y Cultura, Universidad de Santiago de Chile.
Bibliografía:
Consejo Federal. (2021). Confederación Suiza. Recuperado en marzo, 2021 de:https://www.eda.admin.ch/aboutswitzerland/es/home/politik/uebersicht/bundesrat.html
Gill, V. (2015). ¿Cómo se organizan los pájaros para volar en bandada? BBC news. Recuperado en marzo, 2021 de: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/02/150204_pajaros_bandadas_vuelo_ac
González, A. (2012). Los conceptos de patriarcado y androcentrismo en el estudio sociológico y antropológico de las sociedades de mayoría musulmana. Papers, 98(3), pp. 489-504.
Montoya, D. (2019). Reseña de libro: Tsing, Anna Lowenhaupt (2015). The Mushroom at the End of the World: On the Possibility of Life in Capitalism Ruins. Princeton: Princeton University Press, 331 pp.. Sociedad y Ambiente, 18, 309-312. http://www.scielo.org.mx/pdf/sya/n18/2007-6576-sya-18-309.pdf
Pimentel, C. (2015). Monstruos en cautiverio: fotografía de fueguinos en zoológicos humanos y racismo. Revista Sans Soleil – Estudios de la Imagen, Vol 7, 2015, pp.103-115
Serraler, F. C. (2005) El paisaje. Los géneros de la pintura. En Serraller, F.C, (pp. 233-266). Taurus
Imagen de Portada: «Hope» de Kevin Peterson. Su trabajo trata sobre los variados viajes que hacemos por la vida: crecer y vivir en un mundo que está roto.
Sobre la autora: Artista chilena-suiza nacida en abril de 1993 en Concepción, Chile. Es Licenciada de artista visual y Magíster en Arteterapia, con una gran necesidad de estar en constante proceso de aprendizaje. Así, participó en diferentes cursos y seminarios. El 2017 fue parte de una residencia de arte organizada en The Admiral’s House en la Isla de Skye, donde pudo profundizar en la relación entre la naturaleza, el bosque y lo espiritual. Ha participado en exposiciones colectivas y en publicaciones editoriales como Salvoconducto de Espacio en Tránsito, próximo a ser publicado. El 2020 fue seleccionada en el XVI Premio Mavi Arte Joven. Actualmente se encuentra realizando la tutoría de arte de Grace Weinrib y trabajando en su taller en Santiago.
Fuente: Revista Endémico - https://www.endemico.org/el-paradigma-occidental-frente-a-la-diversidad-natural/