Los rostros de la soja
– La organización española "Ecologistas en Acción" lanza una página sobre las realidades que hay detrás de la agroindustria de la soja. – Los rostros de la soja muestra cómo el funcionamiento estructural del sistema agroalimentario es devastador y por qué debe cambiarse. – El Estado español es líder europeo en producción de piensos y de cerdos, cada vez más orientados a la exportación. En 2018 España importó 5,7 millones de toneladas de soja, la mayoría oculta en carnes, huevos o lácteos de granjas industriales.
Ecologistas en Acción presenta Los rostros de la soja, una web informativa que describe las diferentes dimensiones que tiene esta agroindustria. Actualmente, la producción de soja se destina a suministrar a diferentes industrias, principalmente para la producción de piensos, alimentos ultraprocesados y biocombustibles.
La web muestra cómo las importaciones de soja en la Unión Europea (UE) tienen importantes huellas en el clima, la biodiversidad, el funcionamiento ecológico, el bienestar social y los derechos humanos en los países de origen.
La deforestación de los bosques tropicales o ecosistemas diversos, como la Amazonía, El Cerrado o el Gran Chaco, es parte de una larga cadena de suministro que empieza en la frontera agrícola sudamericana y finaliza en los platos europeos. La UE es el segundo mercado de exportación más importante de soja después de China. La fabricación de piensos para ganadería industrial consume el 87 % de la soja importada en la UE
La economía española consume mucha soja, aunque no se vea a simple vista. En 2018 España importó 5,7 millones de toneladas de soja, la mayoría oculta en carnes, huevos o lácteos de granjas industriales. El Estado español es líder europeo en producción de piensos y de cerdos, cada vez más orientados a la exportación. La población española consume seis veces más carne que el máximo recomendado, lo cual es poco saludable e insostenible.
La versatilidad del agronegocio de la soja supone también que uno de los usos que se le da a este cultivo sea para la producción de biocombustibles. El diésel que se consume en España lleva hasta un 7 % de biocombustibles que, en su mayoría, proviene del aceite de soja y de palma. El uso de aceite de soja en el diésel fósil ha pasado de representar un 10,3 % del total del biodiésel consumido en 2016 al 27 % en 2020. El ciclo de producción y consumo del biodiésel de aceite de soja produce dos veces más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que el diésel fósil.
El cultivo de soja, destinado a la elaboración de piensos y biocombustibles, contribuye de forma importante a las emisiones antrópicas de gases de GEI y es un factor clave en la huella climática. Esta situación podría agravarse si el acuerdo UE-Mercosur entra en vigor: se calcula que la producción de soja aumentaría en 10 millones de toneladas al año.
La preocupación en torno al consumo europeo de materias primas agrícolas como la soja y su contribución a la deforestación y la crisis climática pone en el centro el debate de buscar alternativas en la alimentación y el transporte. Por ejemplo, pasa, por un lado, por dejar de importar soja y producir piensos de forma local y sostenible, así como por apostar por dietas menos cárnicas y por la ganadería ecológica o extensiva, para lo que urge el establecimiento de una moratoria la construcción y ampliación de granjas industriales, que la Coordinadora Estatal STOP Ganadería Industrial demanda al gobierno central. Y, en la movilización, confinemos los coches, recuperemos la ciudad.
La demanda presentada por Ecologistas en Acción y otras organizaciones contra el Gobierno de España por incumplir sus obligaciones climáticas también se justifica por los impactos de sus políticas comerciales y su acción exterior, porque no contabiliza las emisiones importadas por ejemplo por la producción de soja en los países del Mercosur.. Es incoherente, y contrario a los esfuerzos científicos y de la ONU para frenar la múltiple triple emergencia planetaria, que el gobierno español trámite la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y, al mismo tiempo, impulse la firma de un acuerdo comercial con los países del Mercosur que agravaría la deforestación y la emergencia climática.
Ecologistas en Acción presenta Los rostros de la soja, una web informativa que describe las diferentes dimensiones que tiene esta agroindustria. Actualmente, la producción de soja se destina a suministrar a diferentes industrias, principalmente para la producción de piensos, alimentos ultraprocesados y biocombustibles.
La web muestra cómo las importaciones de soja en la Unión Europea (UE) tienen importantes huellas en el clima, la biodiversidad, el funcionamiento ecológico, el bienestar social y los derechos humanos en los países de origen.
La deforestación de los bosques tropicales o ecosistemas diversos, como la Amazonía, El Cerrado o el Gran Chaco, es parte de una larga cadena de suministro que empieza en la frontera agrícola sudamericana y finaliza en los platos europeos. La UE es el segundo mercado de exportación más importante de soja después de China. La fabricación de piensos para ganadería industrial consume el 87 % de la soja importada en la UE
La economía española consume mucha soja, aunque no se vea a simple vista. En 2018 España importó 5,7 millones de toneladas de soja, la mayoría oculta en carnes, huevos o lácteos de granjas industriales. El Estado español es líder europeo en producción de piensos y de cerdos, cada vez más orientados a la exportación. La población española consume seis veces más carne que el máximo recomendado, lo cual es poco saludable e insostenible.
La versatilidad del agronegocio de la soja supone también que uno de los usos que se le da a este cultivo sea para la producción de biocombustibles. El diésel que se consume en España lleva hasta un 7 % de biocombustibles que, en su mayoría, proviene del aceite de soja y de palma. El uso de aceite de soja en el diésel fósil ha pasado de representar un 10,3 % del total del biodiésel consumido en 2016 al 27 % en 2020. El ciclo de producción y consumo del biodiésel de aceite de soja produce dos veces más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que el diésel fósil.
El cultivo de soja, destinado a la elaboración de piensos y biocombustibles, contribuye de forma importante a las emisiones antrópicas de gases de GEI y es un factor clave en la huella climática. Esta situación podría agravarse si el acuerdo UE-Mercosur entra en vigor: se calcula que la producción de soja aumentaría en 10 millones de toneladas al año.
La preocupación en torno al consumo europeo de materias primas agrícolas como la soja y su contribución a la deforestación y la crisis climática pone en el centro el debate de buscar alternativas en la alimentación y el transporte. Por ejemplo, pasa, por un lado, por dejar de importar soja y producir piensos de forma local y sostenible, así como por apostar por dietas menos cárnicas y por la ganadería ecológica o extensiva, para lo que urge el establecimiento de una moratoria la construcción y ampliación de granjas industriales, que la Coordinadora Estatal STOP Ganadería Industrial demanda al gobierno central. Y, en la movilización, confinemos los coches, recuperemos la ciudad.
La demanda presentada por Ecologistas en Acción y otras organizaciones contra el Gobierno de España por incumplir sus obligaciones climáticas también se justifica por los impactos de sus políticas comerciales y su acción exterior, porque no contabiliza las emisiones importadas por ejemplo por la producción de soja en los países del Mercosur.. Es incoherente, y contrario a los esfuerzos científicos y de la ONU para frenar la múltiple triple emergencia planetaria, que el gobierno español trámite la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y, al mismo tiempo, impulse la firma de un acuerdo comercial con los países del Mercosur que agravaría la deforestación y la emergencia climática.
Vídeo: Soja insostenible
Fuentes: Ecologistas en acción - https://www.ecologistasenaccion.org/164372/los-rostros-de-la-soja/