Muro de contención




México: levantan firmas para frenar avance hidroeléctrico

En marzo le pidieron una audiencia al presidente Felipe Calderón y no fueron atendidos. Ahora las organizaciones mexicanas que resisten la construcción de nuevas megarepresas impulsan una campaña de recolección de adhesiones para darle más fuerza a sus reclamos.

Están pidiendo la cancelación definitiva de los proyectos hidroeléctricos de La Parota, Paso de la Reyna, El Zapotillo y Arcediano, y exigen el pago de una indemnización justa para los cientos de damnificados por la construcción de la presa El Cajón.

El Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) pide que se acompañe un manifiesto público que plantea la trágica situación que viven muchas comunidades mexicanas y reclama por parte de las autoridades de turno soluciones inmediatas.

Bajo agua. Así estima el MAPDER que quedarán miles de hogares rurales si continúan avanzando los proyectos hidroeléctricos en cuestión.

En la mira de las organizaciones mexicanas están los promotores de estas obras, las empresas paraestatales Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), a las que acusan de violar sistemáticamente los derechos de las comunidades y romper el tejido social.

Ambos organismos se han movido “en la ilegalidad y la impunidad”, según los grupos mexicanos que adhieren al documento.

De acuerdo a los datos que maneja el MAPDER, en México ya existe capacidad instalada de generación de energía que excede en 48 por ciento la demanda actual y por eso surge la pregunta obligada.

“¿Desarrollo para quién? Si los proyectos no significan desarrollo integral para la población, no es desarrollo”, afirman en el manifiesto que le entregaron a Calderón en la casa presidencial de Los Pinos.

Además de un debate de modelos energéticos, este es un conflicto territorial, que pone sobre la mesa el asunto de la propiedad de la tierra. El MAPDER teme que si este proceso se profundiza, las tierras ancestrales y comunitarias cambiarán de dueños dentro de pocos años.

Según vaticinan, si todo sigue como hasta ahora esos territorios pertenecerán  seguramente a las constructoras internacionales de represas y las trasnacionales de la electricidad, que encontraron un gigantesco mercado de negocios en el marco del Proyecto Mesoamericano, antes conocido como Plan Puebla Panamá.

La campaña de los grupos mexicanos anti-represas termina el 28 de abril y es posible adherir a su documento en: http://www.rmalc.org.mx/manifiesto/index.php

Foto: http://www.indybay.org
Fuente: RadiomundoReal

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