El fundador de Un Techo para Chile hace guiño a HidroAysén y arremete contra Tompkins y ecologistas
Se mostró a favor de construir megacentrales en el sur del país
"Creo que con la futura escasez de agua que habrá en Chile debiéramos hacer más represas, para que no se vaya el agua totalmente de la montaña al mar, ya que es un recurso vital que estamos perdiendo continuamente”, dijo el fundador de Un Techo para Chile. También consideró legítimo otorgar "el derecho a una empresa para que, usando la energía del agua, sea capaz de generar electricidad y luego la suelte, que es lo que hacen las hidroeléctricas”.
por EL MOSTRADOR
El sacerdote jesuita Felipe Berríos defendió la construcción en el sur del país de megacentrales hidroeléctricas como las que considera el proyecto HidroAysén, argumentando que obras de este tipo se ajustan a la necesidad de enfrentar desde ya la futura escasez de agua en Chile, y criticó la campaña “Patagonia Sin Represas”, porque a su juicio sólo busca proteger el desarrollo de un turismo ecológico al que sólo tienen acceso personas que “en sus países viven cómodamente y con una vida de lujo”.
En una entrevista publicada el miércoles último por el Diario de Aysén, el fundador de Un Techo para Chile abordó este tema a propósito del mensaje del Papa Benedicto XVI el pasado 1 de enero, que le planteó a los fieles católicos que “si quieres promover la paz, protege la creación”, lo que fue por muchos interpretado como un llamado a no intervenir la naturaleza.
Pero Berríos cree que la construcción de represas es necesaria si de ellas depende el “bien común”, sobre todo si los recursos se usan responsablemente y son “devueltos”.
“Elementos que son vitales como el aire, el agua o los alimentos, no pueden privatizase en el sentido de negárselo a alguien que lo necesite. De hecho la iglesia desde sus orígenes ha dicho que la persona que por hambre roba alimentos no es una maldad ni pecado, porque es algo vital que necesite para subsistir. De ahí a que se den derechos de agua a una empresa para que esa empresa pueda generar electricidad y luego el agua la suelte otra vez”, sostuvo.
Bajo este argumento consideró que no existe “ningún impedimento” para la construcción de hidroeléctricas. “Al contrario, creo que con la futura escasez de agua que habrá en Chile debiéramos hacer más represas, para que no se vaya el agua totalmente de la montaña al mar, ya que es un recurso vital que estamos perdiendo continuamente”.
Berríos precisó que hay que distinguir entre adueñarse del agua y no dar acceso a ella a pequeños campesinos, y por otro lado, otorgarle “derecho a una empresa para que usando la energía del agua sea capaz de generar electricidad y luego la suelte, que es lo que hacen las empresas hidroeléctricas”.
“PATAGONIA SIN REPRESAS”
El sacerdote, en tanto, no ocultó sus aprensiones frente a la campaña “Patagonia Sin Represas” que impulsa el Consejo de Defensa de la Patagonia para evitar que HidroAysén construya cinco megacentrales en la región de Aisén, que aportarían al Sistema Internconectado Central (SIC) 2.750 Megawatts, a través de una línea de transmisión de más de dos mil kilómetros.
“Yo me haría varias preguntas. Primero, ¿quién financia este grupo? Yo ya quisiera haber tenido la campaña publicitaria que ellos tuvieron para poder denunciar la desigualdad social y la concentración de la riqueza que hay en Chile ¿Por qué no se denuncia esa situación que va en la raíz del perjuicio ecológico de nuestro país? Y segundo: yo diría que sin duda, todos queremos proteger la Patagonia, pero seamos honestos: ¿Quienes son los que pueden viajar a la Patagonia? Son los mismos que en sus países viven cómodamente y con una vida de lujo, con un costo ecológico con el que podrían vivir 200 o 300 familias pobres”.
Al respecto enfatizó que esos turistas “en algún momento de sus vacaciones quieren sentir la adrenalina de irse a un lugar agreste para sentir el contacto con la naturaleza. Si ellos quieren hacer eso y nosotros queremos ofrecerles eso, está bien, pero cobrémosles entonces de tal manera que podamos comprar energía en otros países, ya que sin tener represas, habría que hacerlo, pero no lo vamos hacer. Entonces seamos honestos. Ese tipo de turismo hoy en Chile no es posible, porque no es rentable”.
Berríos dijo que “nadie quiere que se destruya la Patagonia” pero que es necesario llegar a un “equilibrio” ya que a su juicio “todos estos grupos ambientalistas, en la cotidianeidad no lo son tanto” y “todos tenemos derecho a ese desarrollo”.
”ESTE PERSONAJE TOMPKINS…”
Berríos también cuestionó al magnate estadounidense Douglas Tompkins y a lo que, desde su perspectiva, hay detrás del santuario de la naturaleza que mantiene en el sur.
“Tenemos a este personaje Tompkins que tiene un verdadero santuario de la naturaleza, pero lo que más contamina el planeta es la mala distribución del ingreso, y habría que preguntarse por qué Tompkins se hizo multimillonario. Si él no se hubiera hecho multimillonario, habría contaminado mucho menos el planeta, o sea lo que más contamina el planeta tanto como el humo, o destrozar el bosque o humedales es la mala distribución el ingreso, y la concentración de la riqueza”, señaló.
Y luego insistió: “alguien que concentra mucha riqueza está produciendo un deterioro no sólo humano y de injusticia; también un deterioro ecológico grave, lo que me parece una contradicción brutal, que con esa riqueza se pretenda proteger lo que él mismo va destruyendo”.
Finalmente se preguntó “¿por qué no se habla ese tema? ¿Por qué los obispos no hablan de eso en vez de atacar una represa hidroeléctrica que la verdad es que creo que el daño que produce o la intervención en la naturaleza es mínimas…¿por qué entonces no se ataca una de los problemas profundos ecológicos que es la concentración de la riqueza?
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