Otra economía es rematadamente posible
El Captor
Porque la economía actual redistribuye la renta mundial sin atender a criterios de equidad y justicia social.
Porque la contaminación generada por el actual modelo industrial atenta contra la salud pública.
Porque el actual consumo de recursos naturales excede radicalmente de los apropiados estándares de sostenibilidad medioambiental.
Porque el actual modelo de competitividad empresarial desemboca en mayores niveles de precariedad y pobreza laboral.
Porque la economía únicamente ha de ser una herramienta política destinada a servir a la mayoría del conjunto social.
Porque ninguna inversión debería tener como única finalidad especular.
Porque toda planificación razonable de la economía debería proveer a los individuos de empleo, vivienda así como de medios suficientes para el confort y la subsistencia.
Porque la actual cantidad y multiplicidad de intereses particulares pone en peligro la conservación de intereses comunes y esenciales.
Porque el sector financiero nunca debería ocupar un nivel jerárquico superior al ocupado por las administraciones públicas.
Porque la producción basada en el consumismo irracional desemboca en la destrucción moral y nos sumerge en la futilidad.
Porque la reutilización y el reciclaje de materias primas no deberían ser tomadas como alternativas sino como las principales áreas de partida.
Porque todo modelo económico que anteponga el beneficio empresarial a la completa inserción profesional solo es útil a una selecta y privilegiada minoría.
Porque los indicadores que la economía ortodoxa provee y difunde como muestra del desarrollo no constituyen referencia alguna sobre el progreso social ni intelectual.
Porque el saber y el avance científico no deberían estar caracterizados por la opacidad y ninguna de sus aplicaciones y réditos deberían generar derecho alguno de posesión ni reserva.
Porque los futuros acuerdos económicos de alcance internacional no deberían ser negociados desde el secretismo ni estar dirigidos a priorizar los intereses de ningún consorcio empresarial de carácter transnacional.
Porque debería ser rematadamente posible que otra economía fuese rematadamente posible.
Porque la economía actual redistribuye la renta mundial sin atender a criterios de equidad y justicia social.
Porque la contaminación generada por el actual modelo industrial atenta contra la salud pública.
Porque el actual consumo de recursos naturales excede radicalmente de los apropiados estándares de sostenibilidad medioambiental.
Porque el actual modelo de competitividad empresarial desemboca en mayores niveles de precariedad y pobreza laboral.
Porque la economía únicamente ha de ser una herramienta política destinada a servir a la mayoría del conjunto social.
Porque ninguna inversión debería tener como única finalidad especular.
Porque toda planificación razonable de la economía debería proveer a los individuos de empleo, vivienda así como de medios suficientes para el confort y la subsistencia.
Porque la actual cantidad y multiplicidad de intereses particulares pone en peligro la conservación de intereses comunes y esenciales.
Porque el sector financiero nunca debería ocupar un nivel jerárquico superior al ocupado por las administraciones públicas.
Porque la producción basada en el consumismo irracional desemboca en la destrucción moral y nos sumerge en la futilidad.
Porque la reutilización y el reciclaje de materias primas no deberían ser tomadas como alternativas sino como las principales áreas de partida.
Porque todo modelo económico que anteponga el beneficio empresarial a la completa inserción profesional solo es útil a una selecta y privilegiada minoría.
Porque los indicadores que la economía ortodoxa provee y difunde como muestra del desarrollo no constituyen referencia alguna sobre el progreso social ni intelectual.
Porque el saber y el avance científico no deberían estar caracterizados por la opacidad y ninguna de sus aplicaciones y réditos deberían generar derecho alguno de posesión ni reserva.
Porque los futuros acuerdos económicos de alcance internacional no deberían ser negociados desde el secretismo ni estar dirigidos a priorizar los intereses de ningún consorcio empresarial de carácter transnacional.
Porque debería ser rematadamente posible que otra economía fuese rematadamente posible.
Fuente: http://www.elcaptor.com/economia/otra-economia-rematadamente-posible