Las bocas de las plantas se abren y cierran para respirar
Las plantas son seres sumamente sabios con mecanismos regulatorios diminutos que pocas veces se pueden observar tan a detalle, recientemente un estudio dio luz sobre el funcionamiento de las ‘bocas’ de las plantas, que se ‘abren’ para intercambiar el dióxido de carbono atmosférico y les permiten respirar: La empatía funciona a través de lo cotidiano, es decir, si observamos un animal con rasgos similares a los nuestros, es más fácil que desarrollemos empatía por él que por aquellos que son diametralmente distintos, como por ejemplo los insectos. En el caso del reino vegetal sucede lo mismo, nos atraen por ser tan distintos a nosotros, pero no podemos comprender cómo es que un ser aparentemente inanimado, es capaz de sobrevivir en el mundo. Pero la sorpresa viene cuando al poner atención en los pequeños detalles, descubrimos que hasta en las mayores diferencias, podemos encontrar similitudes.
Julian Schroeder de la Universidad de San Diego, California, describió una nueva investigación fascinante sobre los procesos de respiración de las plantas. Le sorprenderá saber que al igual que los humanos, las plantas poseen ‘bocas’ que se abren y se cierran para poder intercambiar dióxido de carbono atmosférico y agua para respirar.
Las bocas de las plantas se abren y cierran Creer que las plantas son seres inmóviles y poco complejos, es un grave error que nos limita el panorama. Detrás de sus peculiar estructura esconden secretos asombrosos y uno de ellos tiene que ver con los estomas. La palabra estoma proviene del vocablo griego ‘stoma’ que significa literalmente ‘boca’. Las plantas utilizan sus estomas que son estructuras microscópicas celulares, para absorber dióxido de carbono de la atmósfera y agua, luego la luz solar hace su magia y los convierte en nutrientes que las plantas utilizan para crecer. Consecuentemente de aquí se desprende el oxígeno que los humanos y los animales respiramos, este es el resumen de la fotosíntesis pero los investigadores lo explican a un nivel más detallado, gracias a que lo hacen a nivel microscópico.
Vista microscópica de los estomas en las hojas de una Begonia rex cultorum, el ancho de cada boca es de unas 80 micras. Crédito: Douglas Clark
Dashoff explica que en la parte inferior de las hojas y otros lugares que dependen de la especie de planta de la que se trate, hay pequeñas aberturas llamadas estomas. Desde luego que no podemos verlos a simple vista, pues se trata de estructuras celulares microscópicas, pero hay miles de ellos por cada hoja
Junto con los estomas se encuentran también pares de células a los lados del poro estomático, conocidas como células de guardia. En conjunto abren el poro central para absorber el dióxido de carbono y así es como las plantas abren sus bocas para poder respirar.
Al momento de abrir sus estomas, las plantas se exponen al riesgo de la intemperie y en consecuencia, el agua de la planta se pierde en el aire circundante, lo que eventualmente puede secarlas. Es por esta razón que las plantas, deben equilibrar la ingesta de dióxido de carbono con la pérdida de vapor de agua controlando cuánto tiempo permanecen abiertos los estomas.
Resulta sorprendente pensar que después de todo las plantas no son tan distintas de nosotros y tienen sus propios mecanismos que propician su respiración y que a la vez, nos regalan el oxígeno tan sagrado para nuestra propia respiración. La naturaleza funciona como un gran engranaje donde nada es casualidad.
Referencias: Schroeder, J. et al. Stomatal CO2/bicarbonate sensor consists of two interacting protein kinases, Raf-like HT1 and non-kinase-activity activity requiring MPK12/MPK4. (2022). Science Advances, 8 (49), DOI
Fuente: https://ecoosfera.com/sci-innovacion/bocas-plantas-respiracion-estomas/ Imagen de portada: Un estoma en acción que da la apariencia de una boca de las plantas que se abre y se cierra. Crédito: Douglas Clark