Patagonia Argentina / Lof Cayunao y el cercamiento de las nacientes del río Chubut

“Si usted sale desde Epuyen (localidad del Noroeste de Chubut) hacia El Maitén, empiezan las propiedades de Benetton a los dos lados de la ruta, hasta que llega al paraje Las Minas ( Río Negro) donde hay buenas pasturas, hasta que llega a un cañadón donde empieza el pedrero y ahí está el último puesto de Benetton” dice Soledad de la Lof Cayunao. Una imagen gráfica del despojo que “la conquista del desierto” significó, al obligar a las comunidades a refugiarse en zonas hasta no hace tanto consideradas marginales pero hoy sujetas a la especulación de grupos inversores internacionales como Burco, Lewis o empresarios como Roemmers.

Ulises Crauchuk


En un contexto de crisis hídrica declarada en la provincia de Chubut hace dos años, las nacientes del río Chubut están siendo apropiadas por empresarios extranjeros como el Emir de Qatar a través de personeros que actúan con absoluta impunidad y respaldo de los gobiernos provinciales y nacional. “Vienen por el agua dulce” sintetiza Soledad, “hablan de tierra virgen, pero esos territorios están habitados por generaciones de gente mapuche que los protege desde hace muchos años”.
A fines de los noventa, Nicolas Van Ditmar, representante de los intereses de Joseph Lewis, apareció en helicóptero buscando comprar las tierras que los Cayunao habitan desde hace generaciones. Lo que Van Ditmar no pudo conseguir, lo hizo en 2009 el entonces intendente de El Maitén, Miguel Guajardo, apropiándose de unas 15.000 hectareas, parte de las cuales fueron reconocidas en 2004 por la Justicia de Rio Negro como pertencientes a la comunidad Kom Kiñe Mu de la cual forma parte la Lof Cayunao.
En 2017, Marcelo Mindlin adquiere estas tierras de manos de Guajardo y las traspasa a Hugo Alberto Barabucci, representante de los intereses del Emir de Qatar quien adquirió cerca de 20.000 hectareas en la zona de El Foyel de manos del grupo inversor belga Burco. “Eso se perdió” dice Soledad, “pero ahora vienen por las nacientes de las aguas”. Allí, la Lof Cayunao realizó hace unos años una recuperación en una plantación de pinos que Coopetel, la empresa de telefonía de El Bolsón, poseía en terriotrio mapuche desde fines de los noventa como parte del plan de forestación de coníferas de Enforsa, la empresa forestal de la provincia de Río Negro.
En un comunicado dado a conocer el 2 de febrero, la Lof Cayunao denunció que “el día 31 de enero del 2023 realizábamos el recorrido de veranada en las altas cumbres, allí nos encontramos con siete empleados del extranjero usurpador, quienes decían ser empleados de Cané y un tal Pradenas, a caballo, en el lugar del puesto de veranada ancestral, ellos nos dicen que van alambrar.” Y agregan “De esta manera quieren continuar con el despojo que ya vienen llevando adelante, en el Cañadon del Diablo, el Encanto, el Manso, el Foyel. Este alambrado privatiza ilegalmente 3 lagunas de altura y nieves perennes, las cuales dan inicio al arroyo la Horqueta y al Río Chubut.”
En momentos en que las imágenes del ataque de la patota de Lewis a quienes reclamaban el acceso libre a Lago Escondido, mientras continúan con prisión domiciliaria las presas políticas mapuche luego del brutal desalojo de la Lof Lafken Winkul Mapu y recrudece la campaña criminalizadora de la causa mapuche, la denuncia de la Lof Cayunao pone blanco sobre negro respecto a que intereses defienden los portavoces histéricos de una supuesta “soberanía mansillada” por la lucha mapuche.
Bullrich, Nacho Torres, Pichetto o Anibal Fernández con su Comando Unificado, no son sino los voceros de los intereses de Lewis, Benetton o Burco, y se presentan como garantes de los negocios que testaferros como Van Ditmar o Barabucci llevan a cabo para intereses extranjeros. La legalidad, violada una y otra vez, muestra que lejos de ser una cuestión de derecho, sólo reconoce la relación de fuerzas que impide el avance del despojo o lo garantiza. Por ello la campaña criminalizadora de la causa mapuche, que parece recrudecer hacia las elecciones de este año, busca allanar el camino para aplicar el plan de saqueo de los territorios.
Por ello, la solidaridad con la lucha de las comunidades por sus territorios, es parte de la lucha más general que los y las trabajadoras, la juventud y el movimiento ambiental debemos tomar en nuestras manos ante las amenazas que representa el cambio climático en curso producto de la depredación capitalista para nuestras vidas. El agua es vida, protegerla y garantizar su disponibilidad para las futuras generaciones es una tarea de primer orden.

Fuente: La Izquierda Diario

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