Las abejas maravillan a los científicos: Estos polinizadores pueden dominar tareas complejas a través de la interacción y el aprendizaje social
Las abejas siguen sorprendiendo y maravillando a los científicos. Se sabía que utilizan feromonas y bailes para comunicarse, que existe una especie de ‘proclamación’ de las abejas reina, que son los únicos animales que producen alimentos comestibles para los humanos, que momifican a los ‘enemigos’ muertos si pesan demasiado y que utilizan el sol como brújula, entre otros muchos datos sorprendentes. Ahora, una nueva investigación ha demostrado que dominan tareas complejas a través de la interacción y el aprendizaje social.
Ramón Díaz
Un equipo de investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres ha demostrado que estos polinizadores pueden aprender tareas complejas de varios pasos a través de la interacción social, incluso si no pueden resolverlas por sí solos; es decir, una abeja puede enseñar a otras cómo resolver complejos rompecabezas.
Los resultados del estudio, publicado en la revista ‘Nature’, desafían la arraigada creencia de que un aprendizaje social tan avanzado es exclusivo de los humanos, e incluso insinúa la presencia de elementos clave de cultura acumulativa en estos insectos.
El equipo de investigación diseñó una caja de rompecabezas de dos pasos que requería que los abejorros realizaran dos acciones distintas en secuencia para acceder a una dulce recompensa al final. Entrenar a las abejas no fue una tarea fácil y hubo que ayudar añadiendo una recompensa adicional en el camino. Esta recompensa temporal finalmente fue retirada y las abejas tuvieron que abrir toda la caja antes de recibir su premio.
Sorprendentemente, mientras las abejas individuales luchaban por resolver el rompecabezas empezando desde cero, a las que se les permitió observar a una abeja ‘demostradora’ ya entrenada aprendieron fácilmente toda la secuencia, incluso el primer paso, y solo obtuvieron una recompensa al final.
Una tarea "extremadamente difícil"
Los investigadores explican que cuando llegó el turno de abordar el rompecabezas a las abejas que habían observado a ‘demostradoras’, optaron abrumadora y repetidamente por utilizar el mismo método que habían visto, incluso después de descubrir la opción alternativa. Esta preferencia por la opción enseñada se mantuvo en colonias enteras de abejas, con una media del 98,6% de apertura de cajas realizadas con el método enseñado.
La importancia del aprendizaje social para la adquisición de soluciones al rompecabezas también quedó ilustrada a través del grupo de control, que carecía de ‘demostradores’. En este grupo, algunas abejas lograron abrir las cajas del rompecabezas, pero lo hicieron muchas menos veces que las que vieron a otra abeja hacerlo primero.
La mediana del número de cajas abiertas en un día por las abejas que observaban a un ‘demostrador' fue de 28 cajas por día, mientras que fue sólo una caja para la colonia de control.
El estudio demuestra que las abejas pueden compartir y adquirir comportamientos que están más allá de sus capacidades cognitivas individuales: una habilidad que se cree que sustenta la naturaleza expansiva y compleja de la cultura humana.
"Esta es una tarea extremadamente difícil para las abejas. Tuvieron que aprender dos pasos para obtener la recompensa, y el primer comportamiento de la secuencia no fue recompensado. Inicialmente necesitábamos entrenar a las abejas ‘demostradoras’ con un método temporal recompensa incluida allí, resaltando la complejidad", explica Alice Bridges, codirectora del estudio.
Sin embargo, otras abejas aprendieron toda la secuencia a partir de la observación social de las que habían sido entrenadas, incluso sin experimentar nunca la recompensa del primer paso. Pero cuando dejamos que otras abejas intentaran abrir la caja sin una abeja entrenada para demostrar la solución, no lograron abrir ninguna" , añade Bridges.
Innovadores inteligentes
Los autores destacan que más allá del aprendizaje individual, la investigación abre interesantes posibilidades para comprender el surgimiento en el reino animal de la ‘cultura acumulativa’, que se refiere a la acumulación gradual de conocimientos y habilidades a lo largo de generaciones, lo que permite que se desarrollen comportamientos cada vez más complejos.
La capacidad de las abejas para aprender una tarea tan compleja de un ‘demostrador’ sugiere un camino potencial para la transmisión cultural y la innovación más allá de sus capacidades de aprendizaje individuales.
"Esto desafía la visión tradicional de que sólo los humanos pueden aprender socialmente comportamientos complejos más allá del aprendizaje individual", apunta Lars Chittka, codirector de la investigación.
Las abejas aprenden de otras abejas y adquieren nuevas ‘tendencias’ en sus comportamientos al observar a sus congéneres. Es más, esos nuevos comportamientos pueden propagarse rápidamente en las colonias.
"Nuestra investigación plantea la fascinante posibilidad de que muchos de los logros más notables de los insectos sociales, como las arquitecturas de anidación de las abejas y las avispas o los hábitos agrícolas de las hormigas productoras de pulgones y hongos, pueden haberse extendido inicialmente mediante la copia de innovadores inteligentes, antes de que eventualmente se convirtieran en parte de los repertorios de comportamiento específicos de cada especie", indica Chittka.
Esta investigación innovadora abre nuevas vías para comprender la inteligencia animal y la evolución del aprendizaje social. "Desafía suposiciones de larga data y allana el camino para una mayor exploración de las maravillas cognitivas ocultas en el mundo de los insectos, insinuando incluso la emocionante posibilidad de una cultura acumulativa entre criaturas aparentemente simples", exponen los autores.
Informe de referencia: https://www.nature.com/articles/s41586-024-07126-4