25 mil hectáreas dedicadas a transgénicos en Chile



El cultivo de organismos genéticamente modificados no está regulado en el país y la mayoría de las hectáreas dedicadas a su producción son mantenidas bajo reserva. Organizaciones ambientalistas aseguraron que este tipo de cultivos pone en peligro a la producción tradicional en el país
Cerca de 25 mil hectáreas de terreno cultivable en Chile son, en la actualidad, destinadas al cultivo de vegetales transgénicos o genéticamente modificados. Sin embargo, el país carece de una legislación actualizada respecto a este tipo de producción.
Si bien en el Congreso se han hecho intentos por instaurar regulaciones, el proceso ha sido lento y poco se ha visto de debate público.
"Hoy en día los transgénicos están siendo utilizados de manera importante en países como Argentina o Brasil, y en Chile en algún momento va a empezar a ocurrir y se van a empezar a producir transgénicos para el consumo local, por lo que creemos que es sumamente importante que se converse sobre este tema", señala Rodrigo Gutiérrez, bioquímico de la Universidad Católica e investigador principal del Núcleo Milenio de Genómica Funcional de Plantas.
A fines de octubre de 2008 las organizaciones ambientalistas Chile Sustentable y Fundación Sociedades Sustentables (FSS) alzaron la voz para denunciar que en Chile los cultivos transgénicos estarían contaminando al resto de la producción agrícola.
Un análisis realizado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile -por encargo de las ONG- detectó organismos genéticamente modificados en cuatro muestras de maíces convencionales sembrados cerca de predios que multiplican semillas transgénicas para exportación, en la Región de O’Higgins.
De 30 muestras convencionales analizadas por los investigadores, todas presentaron pequeñas cantidades de transgénicos, la mayoría menos de 0,01%, pero 4 presentaron entre 0,03% y 0,13%, lo que aunque es considerado un porcentaje ínfimo, podría ser preocupante de repetirse en el resto del país.
La situación fue considerada como de "extrema gravedad", por María Isabel Manzur, miembro de la Fundación Sociedades Sustentables, ya que "estos maíces contaminados son ilegales, pues no están aprobados para consumo humano ni están autorizados por el SAG para uso como semilla". Junto a la ecologista Sara Larraín solicitaron al Ministerio de Agricultura que realice estudios independientes para evaluar la extensión de la contaminación de los cultivos y semillas en el país, además de implementar medidas de control de la contaminación existente, la ratificación del Protocolo de Bioseguridad y una ley que prohiba estos cultivos en el país, por ser "peligrosos para el ambiente y la salud humana".
Posición dividida
La opinión sobre los organismos genéticamente modificados en el país está radicalmente dividida. Mientras algunos -principalmente empresarios- abogan por la entrada regulada de los transgénicos a Chile, otros aseguran enfáticos que son un peligro para el resto de los cultivos. El destino de los transgénicos es un tema que en el mundo lleva años de discusión, si bien varias naciones han optado por abrirse a su entrada (España, Estados Unidos, Brasil), en todos han encontrado ferviente oposición.
Según el bioquímico de la UC, el consumo de transgénicos es un tema que llama la atención de los consumidores, "quieren saber sobre el tema y se hacen muchas preguntas", asegura. Por ello, es que junto a su grupo de investigación, organizaron un seminario para debatir acerca de las ventajas y desventajas de producir y consumir organismos genéticamente modificados en el país. Este lunes 5 de enero, se reunirán en el edificio de la Sofofa representantes del mundo empresarial y gubernamental, además de científicos y miembros de la sociedad civil, el objetivo es presentar todas las aristas del tema para que el propio público pueda interactuar con los expertos.
"La idea es que el seminario entregue la información necesaria para decidir qué se debe hacer en torno a la producción de organismos transgénicos. No se puede responder si son buenos o malos de manera genérica, porque los transgénicos son muy distintos dependiendo de cómo se generaron, que tipo de modificación se les realiza y para qué se van a utilizar. Es distinto hablar de una planta que se trasformará en una vacuna oral versus un planta modificada para eliminar metales pesados del suelo contaminado del norte, por ejemplo. No podemos generalizar y decir que todos son buenos o todos son malos", enfatiza Gutiérrez.
Fuente: La Nación, Chile

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México: exigen eliminar presencia de maíz transgénico

En el estado de Michoacán se pugna para que en la región de la Meseta purépecha no se cultive maíz transgénico. "Los alimentos transgénicos modifican la estructura genética de las plantas; por lo tanto, rompen con las barreras naturales que la misma naturaleza marca"
Los alimentos transgénicos modifican la estructura genética de las plantas; por lo tanto, rompen con las barreras naturales que la misma naturaleza marca. Dentro de este contexto, se busca en el estado que no se utilicen estos métodos, ya que la cruza de genes de diferentes plantas puede generar en la misma planta bacterias, que sean dañinas para los seres humanos.
Jesús Ignacio Simón Zamora, asesor ambiental, comentó: «Se está buscando que el maíz criollo no pierda sus cualidades. Agregó: «la idea es aprovechar la ciencia, pero para mejorar el entorno y no para dañarlo.»
De igual manera, se está trabajando para que el próximo año aumente la agricultura orgánica, mostrando a productores los beneficios que pueden tener para sus cultivos, y que no son dañinos para el medio ambiente.
Se estima que en este año el uso de la agricultura orgánica ha aumentado en el estado un promedio de 6 mil hectáreas, llegando a un total de 21 mil hectáreas, a diferencia del año pasado, en que sólo se trabajaron 16 mil hectáreas con productos totalmente biológicos.
Simón Zamora comentó: «El uso de estos productos contribuye al mejor cuidado del medio ambiente; sin embargo, lo que ha ayudado al mayor consumo de productos orgánicos son los altos precios que tienen los productos químicos, ya que la gran mayoría se derivan del petróleo, y con el aumento al precio de éste, los agricultores tienen que buscar una alternativa para seguir trabajando sus tierras y cuidando sus productos de plagas y otras enfermedades».
Mencionó: «es difícil erradicar los productos químicos del mercado, a pesar de que dañan al medio ambiente, puesto que pertenecen la gran mayoría a empresas transnacionales y se mantienen en la lucha, asegurando que la tecnología orgánica no es eficiente».
Sin embargo, poco a poco los productos orgánicos han ganado terreno en el mercado, han mostrado un crecimiento del 22 por ciento anual, posicionándose como uno de los mercados con mayor dinamismo.
Dentro de ese factor, el estado de Michoacán se ha convertido en el estado con mayor variedad en productos orgánicos, se utilizan en cultivos de aguacate, mango, toronja, limón, zarzamora, guayaba, pera, fresa, durazno, coco, mamey, entre otros.
La Opinión de Michoacán, México

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