Aguavivas: se incrementaron los casos de picaduras en toda la Costa Atlántica




Por Gustavo Sarmiento

Sólo en Claromecó, hasta la primera semana de febrero atendieron a 700 personas por quemaduras, y hubo días de 35º C en que los bañistas de Monte Hermoso no pudieron meterse al mar. En Villa Gesell y Mar del Plata, cada vez más.
 
Como cada verano, las playas argentinas no sólo atrajeron a una creciente cantidad de turistas; también mostraron la presencia cada vez mayor y más inquietante de visitantes que preocupan: las aguavivas. Estas medusas gelatinosas con más de 270 pequeños tentáculos siempre habitaron en la Costa Atlántica, pero sólo abundaban en la franja que ocupan los balnearios entre Monte Hermoso y Necochea. En las últimas temporadas, sin embrago, han irrumpido en cantidades cada vez más significativas en playas como las de Mar del Plata o Villa Gesell, y ya son motivo de alarma e investigación.
“No es posible precisar si las poblaciones crecieron, pero es un problema a escala mundial. La percepción es mayor y hay indicios de que quizás el cambio climático esté afectando el rango de distribución de estas especies, haciendo que soporten condiciones y permanezcan en zonas donde antes no podían sobrevivir”, explicó a Tiempo Argentino Hermes Mianzan, zoólogo e investigador del CONICET, responsable del proyecto de ecología pesquera del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).
Las principales razones que posibilitan la presencia de aguavivas son: vientos del norte, aguas cálidas, mayor temperatura, y el alimento disponible, a causa de la sobrepesca que les quita a las medusas la competencia de los peces por el fitoplancton y el zooplancton. Mauricio Zamponi, doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Mar del Plata, indicó que “pueden llegar cuando sopla viento del norte, con persistencia de más de 14 horas diarias. Lo hace del continente hacia el mar, genera una contracorriente cálida que se hunde, y al surgir el agua de abajo, hace subir a las aguavivas a la superficie”.
El tema fue tratado en julio pasado en un simposio internacional que se llevó a cabo en Mar del Plata. Además, el INIDEP realiza investigaciones (en conjunto con Perú y Eslovenia, donde la situación ya es traumática), para relevar el aumento de la población de medusas. En unos meses dará un primer resultado y emitirán un informe más amplio en 2012.
Las aguavivas no sólo generan problemas físicos. En Mar del Plata, los pescadores han mostrado su preocupación por la formación de paredones de medusas que obligan a los peces a tomar otra ruta migratoria. “Las aguavivas compiten con los peces por el alimento, y los depredan, son terribles. Serán muy lindas pero son carnívoras, no son inocentes. Además, son terminales de cadena trófica, tienen muy pocos competidores; uno de ellos es la tortuga marina, pero en nuestro mar no la tenemos”, señaló Zamponi.
Los perjuicios son aun mayores para balnearios, turistas y comerciantes. Entre fines de enero y principios de febrero de la temporada pasada, las playas de Mar de las Pampas, Mar Azul y Villa Gesell padecieron la presencia masiva de las medusas. “La gente se asustó, porque la cantidad era inusual. A cada rato venía alguien a nuestros puestos para curarse. Hubo dos días de muchísimo calor y el viento norte trajo muchas más medusas que lo habitual, después rotó el viento y no quedó ni una”, describió Pablo Fernández, jefe de guardavidas de Gesell, quien aclaró que “esta temporada, todavía no llegaron”.
Más problemática fue la situación en los balnearios del sur bonaerense. “En Monte Hermoso, hacía más de 35º C de calor y la gente no podía meterse al agua debido a las aguavivas”, explicó Zamponi. El coordinador del Centro Municipal de Salud de Claromecó, Nicolás Merich, reveló que “este verano se han intensificado las quemaduras de la piel” por efecto de las medusas, y dijo no saber si es “porque es otro tipo de aguaviva o porque es más intenso el ácido que tienen, pero tuvimos pacientes que dos días después seguían con el pie inflamado”. Hasta la primera semana de febrero, 700 personas ya habían sido atendidas allí por picaduras de aguavivas. En Monte Hermoso, se calcula que se registran mil picaduras cada verano.
Se estima que uno de cada cuatro afectados por un accidente con aguavivas necesita atención médica. Las aguavivas no cazan. Flotan con la corona tentacular desplegada y producen la picadura por colisión. Descargan sustancias tóxicas que al ser humano le producen irritación. En la mayoría de los casos, no es más que un dolor similar a una quemadura por cigarrillo. “Si agarran a alguien con alergias, pueden provocar aumento de temperatura y que la persona deba ser internada. Se recomienda ampliar los cuidados para los bebés porque, al no tener la composición completa de proteínas, como un adulto, la picazón les puede producir la muerte”, agregó Zamponi.
Por fortuna, también hay falsas aguavivas, que suelen quedar en la arena. Tienen sobre el cuerpo gelatinoso cuatro líneas longitudinales, como peines, de color blanco. Esas no pican.
Fuete: Tiempo Argentino

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