Se esfuma la masa boscosa de América Central
Por Danilo Valladares
GUATEMALA, feb (IPS) - América Central registró en los últimos 10 años la mayor pérdida porcentual de bosques del continente, pese a que crecen los planes en busca de detener la debacle, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El informe "Situación de los bosques del mundo" indica que el ritmo promedio de la pérdida de masa boscosa de la región comprendida por Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Guatemala fue del 1,19 por ciento anual entre 2000 y 2010, cuando en el mundo ese índice fue del apenas 0.13 por ciento. Así, la región pasó de tener 21.9 millones de hectáreas de bosques en 2000 a 19.4 millones de hectáreas en 2010. Pero la situación no es dramática en todos lados. En el Caribe, por ejemplo, el área boscosa creció en un millón de hectáreas entre 1990 y 2010, "principalmente por la expansión natural de bosque sobre tierras agrícolas abandonadas", señala el estudio presentado a fines de enero con motivo de la celebración del Año Internacional de los Bosques. El panorama de la región sigue siendo desolador, si bien presenta una mejoría. "La mayor pérdida porcentual de áreas de bosques siguió registrándose en América Central, aunque la tasa ha disminuido en esta región desde 2000", cuando se ubicaba por el 1,56 por ciento anual, añade. La conversión de tierras forestales para urbanización y la agricultura es la principal causa de la deforestación, según la investigación, la cual concluye que 90 por ciento de estos árboles es utilizado para leña. Luis Romano, del Centro Humboldt de El Salvador, dijo a IPS que la deforestación de zonas cafetaleras periféricas a las principales ciudades, de pinares en el norte y de manglares en la zona costera de ese país está causando serios daños al ambiente. Inundaciones y desastres socionaturales son la consecuencia de la erosión, sedimentación de los ríos y demás desórdenes provocados por este fenómeno, según el experto. Cristofer López de la no gubernamental Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación de Guatemala dijo a IPS que el avance de la frontera agrícola y ganadera "le va restando espacios a los bosques". Sin embargo, "se están implementando algunos métodos para evitar esa situación tales como proyectos de reducción de emisiones de carbono, control de incendios forestales y estufas mejoradas para evitar el corte de leña", precisó. En noviembre de 2010, por ejemplo, la estadounidense Global Carbon Group lanzó un proyecto de 200.000 dólares para la compra de bonos de carbono a la municipalidad de San José Petén, en el norteño guatemalteco departamento de Petén, la cual protegerá, a cambio, 11.000 hectáreas de bosques. La iniciativa es parte del mecanismo de Reducción de Emisiones de Carbono Causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (Redd), que plantea la utilización de los bosques como una alternativa para capturar gases de efecto invernadero y contribuir así a mitigar el recalentamiento global. Alejandro Argueta, del estatal Instituto Nacional de Bosques, señaló a IPS que se trabaja en varios programas para detener la gran deforestación impulsada por la falta de cultura forestal, la alta dependencia de la leña y la ampliación de la frontera agropecuaria. Entre estos planes se encuentran la instalación de la comisión interinstitucional para reducir la tala ilegal, programas de incentivos para fomentar la producción forestal sostenible, así como la iniciativa Redd. "En el país se pierden 73.148 hectáreas de bosque por año. A ese ritmo, si no hacemos nada, en unos 55 años nos quedamos sin bosque", advirtió. Pero se debe poner "mucho ojo" en la recuperación de bosques. Carlos Salvatierra, de la no gubernamental guatemalteca Escuela de Pensamiento Ecologista Savia, indicó a IPS que es muy importante distinguir entre plantaciones y bosques. Para el ecologista, "una cosa es un bosque que representa un sistema integral y otra son las plantaciones de monocultivos", cuya siembra, de por sí pujante en la región, "representa muchas veces la destrucción de los bosques mismos". Sin duda, en este marco Costa Rica tiene claro este concepto dado que es el único de la región cuya masa boscosa va en aumento, según el último informe de bosques presentado a fines de enero por la FAO. Karla Córdoba, de la no gubernamental Fundación Neotrópica de Costa Rica, comentó a IPS que el país ha emprendido diversas iniciativas para lograrlo, como "la reforestación del manglar en la zona del Golfo Dulce, en la costa sur". "En 2010 sembramos 105.000 plántulas de mangle a través del proyecto de manejo y conservación comunitaria de manglares Mangle-Benin", detalló. Algo muy importante para el éxito de este trabajo ha sido la participación comunitaria. "Recordemos que los bosques proveen una gran cantidad de servicios ambientales que incluyen oxígeno, hábitat para especies, protección del recurso hídrico, belleza escénica y otros", explicó. De tal modo, "es importante que las iniciativas de conservación trasladen a las comunidades parte de estos beneficios, por ejemplo, promoviendo prácticas productivas sostenibles como el turismo rural comunitario e integrando a las poblaciones como ejecutores directos de la conservación", agregó.