La realidad de los experimentos en animales
Por Earthgonomic
En la investigación militar, por ejemplo, se utilizan algunos animales para probar gases venenosos, enfermedades por descompresión, heridas de explosiones, quemaduras y radiaciones para evaluar nuevas armas.
El avance científico es fundamental hoy en día, el cual reporta múltiples beneficios para todos los seres humanos, pero desde el siglo XVI, en búsqueda de nuestro bienestar, primates, ratas, ratones, conejos, reptiles, perros, gatos, cerdos y peses han sido utilizados y masacrados en nombre de la ciencia para conocer más a fondo sus partes del cuerpo, la circulación sanguínea y su conformación fisiológica, entre otras, así como también han experimentado en ellos para probar sustancias como medicamentos, cosméticos, herbicidas, pesticidas, productos de limpieza, pinturas e incluso alimentos para mascotas, así como diversas sustancias para procedimientos científicos e industriales.
En la investigación militar, por ejemplo, se utilizan algunos animales para probar gases venenosos, enfermedades por descompresión, heridas de explosiones, quemaduras y radiaciones para evaluar nuevas armas.
Los animales son criados individualmente en laboratorios dentro de jaulas pequeñas y según el experimento, los animales pueden ser privados de sueño, agua o comida, así como también aplicarles irritantes en la pies y ojos, tenerlos con estrés psicológico ser paralizados, mutilados quirúrgicamente, radiados, quemados o electrocutados.
Está comprobado que los animales son seres que tienen la capacidad de sentir dolor, miedo o angustia así como nosotros y en esas pruebas la mayoría de las veces no se les aplica anestesia o la dosis suficiente para no causarles tal sufrimiento. Incluso, el 90% de todos los experimentos terminan con la eutanasia o muerte durante el proceso.
El estimado del uso de animales en experimentos oscilan entre 41 y 100 millones de animales al año en todo el mundo, en los que países como Estados Unidos y Japón tienen cifras entre los 14 y 21 millones desde 1992, de los cuales aproximadamente 80% son ratones y ratas.
Está comprobado científicamente que los experimentos en ellos son poco fiables, debido a que varios resultados conllevan a muchos errores y hay numerosas sustancias que tienen efectos muy diferentes o contrarias en humanos y animales. Es por eso que actualmente cientos de medicamentos son retirados del mercado al tener reacciones adversas en los pacientes a pesar de haber sido probados y aprobados después de su uso en animales.
Hay otros métodos alternativos que existen para suplantar esos experimentos y uno de ellos son los estudios que se hacen sobre personas con alguna enfermedad incurable que quiere ayudar a encontrar una cura que beneficie tanto a él como a otras personas. Otra alternativa utilizada actualmente es el cultivo de tejidos para probar tratamientos y fármacos.
La búsqueda de conocimiento no es un fin que justifique cualquier acción y menos si se trata de la vida de un ser vivo que no puede defenderse ni elegir por sí mismo. La tecnología va avanzando y siempre habrían formas nuevas para sustituir experimentos que pongan en peligro vidas inocentes.
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Fuente: Ecoportal.net - http://ecoosfera.com/