A contramano
Otra planta a carbón para Sudáfrica: varios platos de calentamiento global
El suministro energético en Sudáfrica entraría en riesgo en dos años, afirma la empresa estatal del sector Eskom, que en contrapartida no deja de planear gigantescas plantas a carbón con enormes potenciales contaminantes. El gobierno sudafricano va en la dirección contraria a la de las recomendaciones más básicas para combatir la crisis climática.
El 13 de enero activistas de varios grupos ambientalistas se manifestaron frente a la sede del banco estadounidense Export-Import (Ex-Im), en Washington, Estados Unidos, para pedir a la entidad que no financie la construcción de una nueva planta a carbón de Eskom.
El jefe ejecutivo de la empresa sudafricana, Brian Dames, dijo el 6 de enero que el país tiene “suficiente capacidad de generación de energía, pero no suficientes reservas”, citado por la agencia Reuters. Lo cierto es que la estatal energética tiene varios proyectos en marcha, entre los que se destacan dos plantas a carbón que serían de las más grandes del mundo. Las dos centrales ya están en proceso de construcción.
Uno de esos proyectos, denominado Kusile, se ubica en el área municipal de Delmas, en la provincia de Mpumalanga. La planta, según información de la propia Eskom, tendría una capacidad instalada total de 4800 megavatios.
El jueves Amigos de la Tierra Estados Unidos, Amigos de la Tierra Sudáfrica, el Sierra Club, la Red Jubileo USA y el Centro de Durban para la Sociedad Civil, entre otros grupos, pidieron a la junta de directores del banco Ex-Im que vote contra una propuesta de financiamiento del proyecto Kusile.
Las organizaciones argumentan que la planta a carbón arrojaría a la atmósfera 36.8 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente por año, además de peligrosas toxinas y metales pesados como arsénico y mercurio.
Un grupo de manifestantes de esas entidades hizo oír sus reclamos fuera mismo de la sede del banco en la ciudad estadounidense de Washington. Esta planta “sería especialmente peligrosa para los más pobres de Sudáfrica, desplazaría y enfermaría a la población local y agravaría la crisis del clima”, dijo la campañista Karen Orenstein, de Amigos de la Tierra Estados Unidos, citada en un comunicado de prensa conjunto.
Asimismo, Siziwe Khanyile, de GroundWork – Amigos de la Tierra Sudáfrica, explicó que “el desarrollo de Kusile afectará a los residentes, particularmente a los ya vulnerables sectores más pobres, en términos de salud, agua y calidad de aire”. “La sociedad civil sudafricana no apoya este proyecto porque los costos para la comunidad superan los beneficios”, agregó.
Los grupos ambientalistas dijeron además que “los mayores beneficios (de la instalación de Kusile) irán a las corporaciones multinacionales, que ya pagan de las tasas de electricidad más bajas del mundo desde la época del Apartheid”.
La otra planta a carbón proyectada por Eskom y duramente cuestionada también por organizaciones ambientalistas nacionales e internacionales es la de Medupi, en la localidad de Lephalale, provincia de Limpopo. Tendría una capacidad instalada de 4788 megavatios. La empresa espera tener funcionando Medupi a fines de 2012 o comienzos de 2013, y un año más tarde echar a andar Kusile.
Foto: http://www.flickr.com/photos/asmundur/