Falta política y gestión ambiental
Por: Cristian Frers
Cada vez se nota como la ausencia bien definida de contar con buenas políticas ambientales has generado serios problemas en el entorno para muchos países. Se sabe del poco interés que los gobiernos le han dado a la política ambiental, especialmente a la protección del ambiente, quién ha dejado huellas significativas en el país, no solo en el deterioramiento de su clima, entorno, en donde muchas personas sufren de las consecuencias de la contaminación ambiental,
Muy poca seriedad se le ha dado a lo que representa la responsabilidad de la contaminación ambiental, a pesar de que existe una ley del ambiente y su reglamento, en Argentina, sin embargo, poco se cumple lo que sus artículos encierran, y se nota como se sigue contaminando el entorno, las ciudades, en donde sin duda alguna se nota la ausencia de una cultura ambiental y una autoridad de gobierno que haga que se respete todo lo que la ley encierra en relación a la contaminación ambiental. Hay definitivamente una ausencia de política ambiental bien definida, con sus respectivos sistemas de control que le garantice a los argentinos que el sector productivo, así como otras instituciones, y el mismo pueblo se identifique con lo relevante que es el preservar el ambiente.
Hoy la conciencia de que el ambiente en el que vivimos no es un recurso inagotable e invulnerable se está instalando en la cultura de las sociedades actuales y en la agenda pública de los estados. Sin embargo, la gestión de las políticas ambientales se halla aún en pañales frente a los urgentes desafíos de las próximas décadas en las que no es aventurado suponer que asistiremos a una profunda reconversión ambiental del desarrollo y la política.
Se debe recordar que la política ambiental es la fijación de un conjunto armónico e interrelacionado de objetivos, que se orientan al mejoramiento del ambiente y al manejo adecuado de los recursos naturales. A estos objetivos se deben incorporar decisiones y acciones específicas destinadas al cumplimiento de los mismos, con el respaldo de normas, instituciones y procedimientos que permitan lograr la funcionalidad.
Una política ambiental implica un desafío, y al mismo tiempo un compromiso. Como parte de un concepto innovador, no se debe separar lo ambiental de lo social. Hay que tomar conciencia de que los aspectos sociales están ligados al ambiente, así como el ambiente está ligado a la sociedad. Una política ambiental busca que los ciudadanos sean un gran aporte a la consecución de los objetivos propuestos. Conseguir estos objetivos va más allá de incorporar cambios de actitud en prácticas diarias de trabajo, ya que también buscamos que el ciudadano lleve estas nuevas prácticas a sus hogares, los aplique, y así generar ambientes más saludables, llenos de vida, elaborados a conciencia, y sobre todo pensando en el legado que estamos dejando a las futuras generaciones. Los conceptos de gobernabilidad e institucionalidad son fundamentales para la construcción de una política ambiental sustentable.
Una de las herramientas con las que se cuenta para implementar una política ambiental es la gestión ambiental que en términos locales requiere de evidencia rigurosa sobre el estado del ambiente para orientar la toma de decisiones, tanto de los actores públicos como privados. La formulación de políticas ambientales a escala local debe sustentarse en la generación de información verificable para lograr que las inversiones y acciones de las instituciones públicas, en este caso los gobiernos locales, se orienten hacia resultados y logren impactos.
El tema ambiental no puede ser una cuestión exclusiva de los ambientalistas. Al ser el ambiente aquello donde vivimos, y de lo que vivimos, tenemos necesidad de admitirlo e incluirlo en todas las esferas de nuestra realidad; pero esto no puede hacerse de forma espontánea; depende de los conocimientos, la reflexión y la creación de una percepción, una conciencia, un comportamiento.
La dimensión de lo local es clave para enfrentar la problemática ambiental, porque en ella es posible percibir con mayor claridad la naturaleza de los problemas que aquejan a la población, en donde puede involucrarse la acción directa de las personas y de los grupos humanos concretos. Es en este contexto, en donde el tema ambiental debe ser una de las preocupaciones esenciales de las personas y de las comunidades afectadas, a medida que buscan explotar los recursos para elevar sus niveles de vida o mejorar las condiciones de su entorno natural. La importancia de un rol más significativo de la institución municipal está en estrecha relación con el aumento de instancias de participación democráticas en la vida local.
El ambiente por consiguiente se relaciona directamente con la calidad de vida del ser humano, generándose una estrecha relación con la armonía entre la infraestructura del territorio y cómo interactúa con ella, con la finalidad de beneficiarse de esta interrelación y alcanzar mejores estándares de calidad de vida para el goce de las presentes y futuras generaciones.
Los problemas ambientales se entienden como las carencias que señalan niveles de insatisfacción o deterioro y que miden la calidad del ambiente al servicio racional del hombre, pudiendo hablar de degradación de los recursos naturales, fenómenos de contaminación y deterioro del ambiente construido.
Existe una difundida percepción de una crisis urbana, de una tendencia apremiante a la perdida de la calidad de vida en muchas ciudades y Carmen de Areco, en la Provincia de Buenos Aires, Argentina, no está ajena a la mencionada tendencia. Se observa que paradojalmente, junto al progreso económico, tecnológico, social y cultural, se agudizan simultáneamente externalidades negativas y la apreciación de una crisis, la cual no solamente anticipa panoramas muy negativos para la calidad de vida de los habitantes, sino no que además, constituyen un freno al desarrollo.
En el caso de Carmen de Areco, el problema de saneamiento ambiental presenta graves falencias debido a la escasa inversión y a lo difícil que resulta el control de vectores sanitarios. El Municipio manifiesta una alta tasa de proliferación y concentración de masa canina vaga y callejera, y una alta tasa de crianza de animales en la zona urbana, pero principalmente no existe una educación sobre hábitos de saneamiento ambiental en la comunidad en general. La causa de esto es:
- ⎫ Falta de prioridad política e institucional de la gestión ambiental; escasa presencia en las propuestas de los gobiernos locales.
- ⎫ Poca relevancia de los temas ambientales en los planes locales de desarrollo integral, fundamentalmente en la asignación de recursos económicos y financieros.
- ⎫ Débil visión de conjunto de la problemática ambiental, generando una consideración sectorializada de los problemas: contaminación, salud, recursos naturales, saneamiento básico, gestión territorial.
- ⎫ Desequilibrio entre el impacto ambiental de los procesos de urbanización y las acciones y esfuerzos de rehabilitación ambiental emprendidos a nivel municipal, de las empresas o de la propia comunidad.
- ⎫ Condicionamientos y limitaciones de la legislación y normatividad de los países para una adecuada gestión ambiental local.
- ⎫ Insuficiente definición del papel de los agentes locales no gubernamentales en la gestión ambiental.
- ⎫ Escasa prioridad a la acción y participación ciudadana en la gestión ambiental local.
La preocupación y sensibilización por los aspectos ambientales y el conflicto creciente entre los actores locales por el uso de recursos naturales necesita de una gestión ambiental negociada y presenta nuevas oportunidades para el desarrollo de insumos y procesos de menor impacto usando como base de discusión información organizada y fácilmente disponible.
Para ello es necesario disponer de información accesible, sistematizada y analizada que permita mejorar la toma de decisiones por los actores involucrados en los procesos de uso de los recursos naturales.
Uno de los factores que indudablemente conspira contra la gestión ambiental es la preocupación de las organizaciones y empresas por los costos que esta decisión implica, los cuales dependen de factores como el tamaño de la organización, los tipos de actividades, productos y servicios, los impactos ambientales negativos que generan y la existencia o no de alguna gestión ambiental, así como su grado de desarrollo.
Sin embargo, una vez implementada la gestión ambiental, reportará importantes beneficios, pues además de enfocarse integral y activamente los aspectos ambientales, garantiza una visión homogénea del problema en todas las áreas de la organización, permitirá el establecimiento de metas y objetivos ambientales concretos y creara las premisas para el mejoramiento continuo del desempeño ambiental y la obtención de certificaciones, garantizando una mejor imagen ante la comunidad y los clientes y mayor competitividad en el mercado. Por otra parte, también se reconoce que una mejoría en el desempeño ambiental puede conducir a importantes beneficios económicos.
Lo ambiental siempre se ha visto como un costo económico para una empresa que por ejemplo no trata sus aguas y las vierte crudas en el río porque ve sus costos privados, pero no el gran costo humano que genera por no invertir un poco.
Debemos entender que el diseño e implementación de una política ambiental se erige como una condicionante importante para lograr la equidad, el desarrollo económico e indiscutiblemente, el cuidado del ambiente. Dicha política ambiental deberá reunir características de estabilidad a través del tiempo; consistencia con el desempeño institucional y general; y de consideración de las capacidades de liderazgo público y privado, así como de las condiciones económicas, políticas y sociales municipales. Aún más, el éxito de la gestión ambiental deberá fundarse en una clara definición de objetivos y prioridades que, además debe ser congruentes con las necesidades reales de la sociedad.
Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social – E-mail: cristianfrers@hotmail.com