Estonia: De Chernobil a Fukushima, una nube de confusión






Neeme Korv
Postimees

En 1986, los estonios eran ciudadanos soviéticos que no sabían nada de lo que ocurría en Chernobil. Hoy son miembros de la Unión Europea, pero según destaca el diario Postimees, no parecen estar mejor informados.


Una persona muy creyente que vivía en mi ciudad natal contaba a menudo que tras la catástrofe de Chernobil en 1986, tuvo una visión muy especial: un día normal, mientras hacía cola delante de una tienda, como era la costumbre de todas las personas del espacio soviético, mientras pasaban tranquilamente su día a día y las cadenas de información no decían ni una palabra sobre lo que sucedía en la República Socialista Soviética de Ucrania, la mano de Dios en el cielo señaló hacia el sur [dirigiendo las nubes en esa dirección].
Hoy, percibimos las catástrofes naturales de Japón y sus consecuencias en un entorno totalmente distinto, ya que formamos parte del espacio mediático mundial. Contribuimos a alimentar ese espacio al consumir ávidamente cualquier información que encontramos en él. Pero ¿estamos realmente mejor informados sobre la realidad que en la época soviética, cuando vivíamos en una "feliz" ignorancia?
En lugar de ausencia de información, hoy vivimos una abundancia excesiva. Decenas de miles de líderes de opinión, expertos y comentaristas invaden nuestras pantallas a través de Internet. ¿A quién debemos creer y qué debemos escuchar? En aquella época el único partido político había considerado necesario que se mantuviera silencio. Pero hoy, ante la vorágine de información, existen muchos intereses en juego.
Los medios de comunicación se dejan arrastrar por la corriente general
A pesar de que muchos Estados ofrecen ayuda a Japón, el mundo de la competencia sigue siendo increíblemente cínico. En el momento en el que Japón se enfrenta a gastos monumentales y debe destinar importantes sumas para mantener a flote su economía, los "mercados nerviosos" y los especuladores hacen sus cálculos para saber cuántos millones se añaden a sus cuentas. Además, la atención del público se ha desviado de Libia: ya no nos interesa saber si son centenares o millares las personas asesinadas por el dictador Gadafi, tan preocupado por mantenerse en el poder.
En esta situación, los medios de comunicación deberían ser un refugio. En lugar de ello, se dejan arrastrar por la corriente general. En lugar de ofrecer calidad, apuestan por la cantidad, que cada uno puede utilizar fácilmente en su propio interés. En un momento en el que la Unión Europea, con su sociedad abierta y sus potentes relaciones públicas, anuncia que tiene la intención de someter a prueba sus centrales nucleares y que los Verdes se manifiestan en Helsinki, nadie presta especial atención a las centrales nucleares que se encuentran en Rusia, ni a la más cercana de ellas, Sosnovy Bor [entre San Petersburgo y la frontera rusa-estonia], que funciona tan cerca de nosotros.
Por lo tanto, podría decirse que 25 años después de Chernóbil, la mano de Dios sigue ahí. La diferencia es que hoy no percibimos todos estos acontecimientos en el cielo claro y azul, sino sobre nuestras pantallas planas. El aumento del número de contactos también significa el aumento del miedo y del pánico: al parecer, en Finlandia hacen ya acopio de grandes cantidades de pastillas de yodo.

Fuente: http://www.presseurop.eu/es/content/article/556141-de-chernobil-fukushima-una-nube-de-confusion

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Anatole Gubin, representante de la energía nuclear rusa en Chile:

“Quizás suspendamos nuestras actividades en Chile”

El terremoto y tsunami en Japón, puso a prueba la seguridad de la energía nuclear y no tuvo buenos resultados. Cuando el mundo entero debate sobre el uso de las centrales atómicas, el principal lobbista nuclear ruso, Anatole Gubin, anuncia que a fin de mes tomarán la decisión de continuar o no, con el proyecto energético en Chile. Asegura que “si la mayoría de la gente estuviera de acuerdo con la opción nuclear, ya estaría tomada la decisión. Faltó voluntad política y poder de decisión”.
por Yael Schnitzer
Los rusos pensaron que durante el gobierno de Michelle Bachelet, el camino había sido pavimentado y que sería Sebastián Piñera, quien les daría el sí definitivo para instalar energía nuclear. Pero la indecisión del gobierno se transformó en un no indefinido, porque Piñera no tomará esa decisión durante su periodo y esto sumado a lo ocurrido en Japón, terminaron por lapidar las aspiraciones nucleares rusas en nuestro territorio.
La energía nuclear rusa, a través de Imtermash, ha intentado imponerse como líder de esta tecnología en Chile desde el 2003. Crearon la Corporación Nuclear Eléctrica Chile S.A. y la persona elegida para liderar la iniciativa, fue Anatole Gubin, un chileno con padres rusos, y quien ha cabildeado con ministros, senadores, diputados y empresarios, por más de siete años.
-Después de lo ocurrido en Japón ¿Cree que el debate nuclear va a desaparecer por un tiempo?
-Yo creo que puede pasar eso. Japón podría tener un efecto parecido al de Chernobyl, porque después de eso la industria nuclear se congeló. Va a haber un retroceso, porque hoy en general, todos los gobiernos le dan mucha importancia a la opinión de la gente. Y está bien que la gente tenga opiniones, pero la energía nuclear es un tema tan científico y tan especializado, que no cualquiera puede tener una opinión. Para opinar sobre energía nuclear hay que estudiar mucho y dejar de lado la parte emocional.
-Tras lo ocurrido en Japón ¿cree que parlamentarios que se habían mostrado favorables a este tipo de energía, cambien su opinión?
-El problema de los parlamentarios en general, es que ellos dependen mucho de los votos… lo mismo que el gobierno. Están continuamente viendo qué opina la gente, para dar el apoyo o no a la energía nuclear. Nosotros sostenemos lo contrario, pues uno tiene que guiar a las personas, ser el líder y decir esto es así.
-¿En qué está hoy la agencia de ustedes en Chile?
Tuvimos reuniones con Batista. Él tiene un predio muy grande, 200 mil hectáreas y con alrededor de 60 kilómetros de costa. Hay varios lugares que son adecuados para un proyecto nuclear. Le presentamos el proyecto y le gustó, pero él se informó de cuál era la posición del gobierno chileno y visualizó que la decisión chilena se iba a demorar mucho, por lo que desechó nuestro proyecto y se fue con el carbón.
-Estamos haciendo un análisis para ver si continuamos o no. Nosotros pensamos que este gobierno iba a tomar una decisión más firme en relación al tema nuclear. Pero vemos que la decisión es postergada y si sumamos lo que está ocurriendo en Japón, es muy probable que esta decisión se prolongue indefinidamente.
Como somos una empresa privada, tenemos que tener rendimiento concreto a un corto plazo. Dentro de los próximos quince días, quizás tomaremos la decisión de suspender nuestras actividades en Chile. No lo sé todavía, estamos analizando eso.
-¿Y eso de qué va a depender?
-Depende de una decisión interna nuestra. Uno tiene que sacar las cuentas económicas y se verá en Moscú. La empresa que controla la corporación, Intermash, tomará la decisión. Lo estamos pensando desde diciembre y lo de Japón, fue casi la lápida.
-¿Cuánto gastaban al año en mantener a la Corporación Nuclear Eléctrica?
-No puedo dar la cifra, pero son cifras altas. Porque no solamente es mantener oficinas y personal, sino que hay mucho viaje y gastos externos. Si uno suma, es más de lo que se había presupuestado.
-Cuándo se instalaron en Chile ¿En qué plazo pensaron que tendrían una respuesta?
-Nosotros teníamos presupuestado que a inicios del actual gobierno, íbamos a tener una actividad más clara y precisa en relación al inicio de un proyecto. Nosotros queríamos el año pasado, haber iniciado completamente el proyecto. Pero para hacer un proyecto hay que tener una contraparte interesada y hasta ahora no hemos encontrado ninguna.
-¿Tuvieron buena llegada con el ex ministro de Energía, Ricardo Raineri?
No nos reunimos con él, tampoco con Golborne, porque tenemos la información clara de lo que está ocurriendo en el gobierno, su actitud y qué es lo que van a hacer. Está muy claro.
Nosotros en la administración anterior nos encontramos con una sorpresa y pensamos que habíamos llegado a un punto tal, en donde el siguiente paso era pensar en un proyecto definitivo para analizarlo. Pero con la actual administración no ocurrió eso.
-¿Qué ocurrió con este gobierno?
-Esta administración se va a preocupar, única y exclusivamente de crear las bases y las leyes, para que este tema sea decidido en un próximo gobierno. En el fondo, va a hacer algo, pero no va a ser gran cosa.
-¿Esta indefinición del gobierno fue lo que los llevó a replantearse su estadía en Chile?
-La indefinición nos llevó a analizar el tema y replantearnos, sumado a lo que pasó en Japón… no hay mucho que hacer aquí. Rechazar una posibilidad de energía nuclear es un error gravísimo y postergarla también.
-¿Por qué cree que el gobierno no quiere tomar esta decisión?
-Por los votos. Si la mayoría de la gente estuviera de acuerdo con la opción nuclear, ya estaría tomada la decisión. Faltó voluntad política y poder de decisión. Para eso hay afrontar la marea en contra, entregando argumentos científicos y técnicos.

La competencia nuclear en Chile
-Ustedes fueron los primeros en llegar a Chile con el tema de la energía nuclear ¿Cree que ha aumentado la competencia?
-En la energía nuclear yo no diría que hay competencia, todos nos apoyamos. Por que es un proyecto tan grande y tan importante, que en definitiva hoy se trabaja en forma conjunta.
Nosotros vemos con muy buenos ojos que Chile suscriba acuerdo con Francia y con EE.UU. porque eso permite que Chile se informe y tome la decisión correcta lo antes posible. En ese momento, obviamente nosotros vamos a estar al pie del cañón y Chile tendrá que elegir cuál es la tecnología más adecuada.
-¿Qué los diferencia de EE.UU. y Francia?
-La tecnología es la misma, en el fondo la diferencia está en cuál es la importancia que le da un país u otro, a determinados modelos. Rusia le ha dado mucha importancia al modelo intermedio, que es uno de mediana potencia y que está preparado para países sísmicos.
En ese sentido, nosotros sostenemos que estamos por delante de Francia y EE.UU.
-Quién representa una mayor competencia ¿Francia o EE.UU.?
-Francia. Porque está activo y trabajando en proyectos. EE.UU. tiene muchos más reactores, 100, casi el doble que Francia… pero hace muchos años que no construye.
Los proyectos que no se realizaron
-Ustedes tenían en mente realizar algunos proyectos de energía nuclear en Chile ¿cuánta inversión requerían?
-Nuestro proyecto son centrales entre 350 y 400 MW, de mediana potencia. Lo ideal es tener cuatro módulos, cada uno de 400 MW y eso es una inversión de 3 mil millones de dólares, aproximadamente.
-¿Dónde se ubicarían?
-En el norte de Chile. Hemos analizado casi toda la costa y hay varios lugares ideales para eso, alejados de la población. Entre Antofagasta y Copiapó.
-¿Querían instalar sólo eso o más?
-Nosotros tenemos la certeza, de que si se da la posibilidad de instalar una central, van a entrar varias. Proyectamos que por lo menos, un tercio de la energía podría ser nuclear.
-Hace un tiempo, se supo que habían estado conversando con Eike Batista ¿En qué quedaron estas conversaciones?
Tuvimos reuniones con Batista. Él tiene un predio muy grande, 200 mil hectáreas y con alrededor de 60 kilómetros de costa. Hay varios lugares que son adecuados para un proyecto nuclear. Le presentamos el proyecto y le gustó, pero él se informó de cuál era la posición del gobierno chileno y visualizó que la decisión chilena se iba a demorar mucho, por lo que desechó nuestro proyecto y se fue con el carbón.
-¿Hablaron con otros empresarios?
Con Farkas, pero pasó lo mismo que con Batista. Se dieron cuenta que Chile no está políticamente maduro para adoptar una decisión nuclear. Nos hemos dado cuenta de que las empresas tienen interés, pero ellos esperan en forma muy cauta, la decisión política. El tema nuclear es político, es un tema país y tiene que tomar la decisión primero el gobierno y después los empresarios.
-En el caso de que decidieran quedarse ¿cuáles serían los pasos a seguir?
-Si nos quedamos vamos a hacer dos cosas. Algunos estudios que faltan, donde profundizaremos en el tema de riesgos, básicamente tsunami y sismos, y en el tipo de reactor que se requiere. Lo otro, es preparar un anteproyecto financiero y definir el costo real de instalar una central nuclear en Chile. Si nos quedamos, también nos vamos a concentrar en las empresas, en los Luksic, los Matte… ya que Luksic tomó la batuta, es importante hablar con él.
-Y en caso de que decidan irse ¿qué va a hacer?

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-Me están invitando a un proyecto en Perú, pero no de energía nuclear. Un proyecto con tecnologías rusas. Yo estoy pesimista. Con esto se les da argumentos a todas las fuerzas opositoras de la energía nuclear, argumentos emocionales. Yo creo que esto, por un buen tiempo, se va a hundir.

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