24 horas cruciales para enfriar el reactor 3





Japón cerrará y desmantelará la central nuclear de Fukushima Daiichi tras el accidente que ha afectado estas instalaciones por el terremoto y tsunami del día 11, informó este domingo el portavoz del Ejecutivo nipón, Yukio Edano.
Edano aseguró en su comparecencia diaria de la tarde para informar de la crisis que "observando la situación objetivamente está claro" que las instalaciones no serán reutilizadas.
Fukushima Daiichi, en el este de Japón y a unos 250 kilómetros al norte de Tokio, se cerraría una vez se hayan controlado las fugas y las altas temperaturas que desestabilizan los peligrosos núcleos de los reactores.
Esta es la primera vez que el Gobierno habla públicamente sobre el futuro de las instalaciones, entorno a las cuales se ha establecido un perímetro de evacuación de 20 kilómetros.
La planta sigue sufriendo problemas en la mayoría de sus seis reactores, pese a que las unidades 5 y 6 ya tienen acceso a electricidad para activar sus sistemas de refrigeración, y el reactor 2 fue conectado este domingo a la corriente eléctrica a la espera de que pueda ser enfriado con sus bombas de agua.
Esto permite cierta tranquilidad en la planta de Fukushima Daiichi, pese a que el reactor 3 preocupa a los expertos de TEPCO, operadora de la central, ya que la presión en la vasija de contención del núcleo podría seguir incrementándose.
Por el momento, TEPCO considera que la presión se ha estabilizado y que liberarán presión hacia la piscina de supresión en la base del reactor, aunque si la operación no reduce el peligro cerca del núcleo liberarán vapor radiactivo a la atmósfera para evitar un mal mayor.

"La situación en la central nuclear de Fukushima es muy precaria", acaba de explicar un responsable de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN)) francesa.
El OIEA ordena a Japón que cese la venta de productos alimenticios procedentes de la zona de Fukushima. Los alimentos contaminados se han encontrado a 30, 80 y 100 kilómetros de la central, según el Gobierno.
China ha exigido a Japón que le envíe información completa de la situación en Fukushima.
Angela Merkel ha pedido que se establezcan normas comunes para las centrales nucleares en toda la Unión Europea.
Hallan restos de Yodo radiactivo en el agua corriente de Tokio.
Un terremoto de magnitud 6,1 ha sacudido la prefectura de Ibaraki, a menos de 100 kilómetros de Tokio.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha confirmado, después de que ayer lo hicieran Japón, que el nivel de gravedad del accidente en la planta ha sido elevado de 4 a 5 para los reactores 1, 2 y 3; y sigue en 4 para el reactor 4.

• El Gobiernos se plantea un sistema de bombeo que funcione 24 horas
• Han enviado camiones teledirigidos similares a los que se usaron en Chernóbil
• La situación del reactor 3, el único con plutonio, se mantiene estable
• Equipos de bomberos han reanudado el lanzamiento de agua con cañones sobre el reactor 3 -el único con plutonio- de la central nuclear de Fukushima (noreste de Japón) para tratar de bajar su temperatura, en una operación que está previsto se prolongue durante siete horas.
Según la televisión nacional NHK, los bomberos estacionaron frente al reactor un vehículo controlado a distancia para lanzar agua sobre la piscina de combustible de la unidad 3, en el tercer día de operaciones para evitar que las barras almacenadas en ese recipiente queden expuestas al aire.
El agua marina llega por una manguera de unos 300 metros al cañón del camión, que la lanza desde una altura de 22 metros sobre la piscina.
El lanzamiento de agua en el bloque 3 realizado este viernes redujo algo la presión en la cámara del reactor, según se desprende del último informe de la agencia de seguridad nuclear japonesa NISA.
Enfriar la piscina del reactor 3 es desde hace días la prioridad de los operarios de la central, puesto que allí se encuentra una gran cantidad de combustible utilizado que, al bajar el nivel del líquido y calentarse, puede llegar a incendiarse y desprender radiactividad.
Más radiación para los trabajadores
Por otro lado, el Gobierno se está planteando la posibilidad de establecer un sistema para lanzar agua sobre los reactores durante 24 horas y no en intervalos de tiempo como se está realizando ahora.
"La situación en el complejo nuclear sigue siendo impredecible. Pero al menos estamos impidiendo que las cosas se deterioren", dijo el portavoz del Gobierno, Yukio Edano.
El principal problema del sistema que se está siguiendo ahora es que se pierde mucho tiempo entre cambio y cambio de los camiones cisterna cuando lo mejor sería que el agua estuviera llegando constantemente.
La operadora de la planta nuclear de Fukushima, TEPCO, ha aumentado el límite de radiaciones al que permite que sus trabajadores se expongan en situaciones de emergencia.
la compañía elevó hasta los 150 milisievert por hora el nivel máximo al que podrán trabajar sus técnicos en el exterior de las instalaciones de Fukushima Daiichi, por encima de los 100 milisievert a los que normalmente se les permitía operar durante una emergencia, según la televisión pública NHK.
Cañones con más potencia
Según la NHK, las autoridades han enviado además hacia Fukushima otro tipo de cañón de agua con más potencia, similar al utilizado en la crisis de Chernóbil, que está previsto llegue a la central en las próximas horas.
Por otra parte, la Agencia de Seguridad Nuclear ha indicado que la temperatura de las piscinas de combustible se han incrementado en los reactores 5 y 6, pero se espera que descienda en las próximas horas ya que las bombas de refrigeración funcionan en esas dos unidades y se ha perforado sus cofres para hacer llegar agua a las piscinas de combustible de dichos reactores.
Las unidades 5 y 6 son los menos dañados de la planta, ya que, a diferencia de los reactores 1 a 4, los sistemas de refrigeración fueron capaces de seguir trabajando después del terremoto y el tsunami.
Los ingenieros que trabajan en la central han conseguido instalar un cable de energía eléctrica hasta el reactor 1 y 2, aunque todavía no han devuelto el flujo de energía a la planta. "Si el trabajo de restauración se completa, seremos capaces de activar varias bombas eléctricas y arrojar agua a los reactores y piscinas para combustible nuclear gastado", declaró un portavoz de Tepco.
El Gobierno de Japón evacuó esta semana a más de 200.000 personas en un radio de 20 kilómetros de la planta, al tiempo que recomendó a aquellos entre 20 y 30 kilómetros que no salieran de sus casas y mantuvieran las puertas y ventanas cerradas.
No obstante, algunos residentes impulsados por la inquietud han incumplido la orden de permanecer en sus casas, lo que ha llevado a las autoridades a instarles a tomar sus vehículos en lugar de caminar, llevar máscaras, no exponer su piel y evitar la lluvia, según NHK.
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Siete días en alerta nuclear por unos 'problemas de fontanería'
Pedro Cáceres | Madrid

Ha pasado ya una semana desde el terremoto que conmovió Japón y provocó la alerta nuclear en el país asiático. Medio mundo mira con preocupación a la planta atómica de Fukushima e intenta entender qué ocurre en esa instalación convertida en un foco de radiactividad. Pero por complejo que parezca lo que ocurre, puede explicarse de forma simple. La mayoría de los problemas de Fukushima son de fontanería. Puede sonar como una ligereza, pero no hay mejor forma de explicarlo.
Debido a la cadena de accidentes tras el terremoto, la central perdió la corriente eléctrica y el control del suministro de agua. Dejó de funcionar el circuito de tuberías y bombas que distribuye un agua que es esencial para mantener refrigeradas dos fuentes de alta radiactividad: el combustible del núcleo de los reactores y los residuos que se almacenaban en la parte alta del edificio de los propios reactores.
Recuperar el uso de esa fontanería y devolver el suministro eléctrico a la planta para accionar el bombeo es la clave para evitar que esos materiales se calienten más, se degraden y aumenten la emisión de vapores y gases radiactivos a la atmósfera. De momento ya lo están haciendo, y hay altas dosis, de hasta 400 milisieverts / hora (equivalente a 400 veces lo recomendable al año) en torno a los reactores 3 y 4.
El enemigo
Tanto el combustible del reactor como el combustible gastado o basura radiactiva de las piscinas tienen un gran calor de residual que llega a cientos de grados incluso años después. Deben estar siempre fríos y cubiertos de agua. Si no es así, se calientan, reaccionan con los aislantes, lanzan vapores radiactivos y se funden aumentando la liberación de su carga. Enfriarlos es ahora la gran batalla de Fukushima.
Cronología
Una semana después del terremoto, y pese a la confusión y falta de información, es posible reconstruir lo ocurrido hasta ahora. Hay que unir los datos de la compañía propietaria de Fukushima, Tepco, y el Gobierno japonés a los informes del Organismo Internacional de la Energía (OIEA), los del Japon Atomic Industrial Forum (la patronal del sector nipón) y otras fuentes independientes. El Instituto Tecnológico de Massachusetts, que no tiene ninguna implicación con la emergencia, ha preparado sin embargo un estupendo trabajo sobre lo que está ocurriendo en Fukushima, con la ayuda de los ingenieros industriales de esa organización de investigación estadounidense. El texto puede consultarse en este enlace.
El terremoto
. A las 14.46, hora local (06.46 en España), del viernes 11, se registró un terremoto de 9 grados en la escala Richter. En ese momento, la planta de Fukushima (con seis reactores construidos por General Electric entre 1970 y 1978) respondió al protocolo e inició la parada. Los reactores 4, 5 y 6 estaban cerrados y sin combustible por mantenimiento. Se actuó por tanto en los números 1, 2 y 3, introduciendo en el núcleo las barras de control, que se añaden al combustible para frenar las reacciones en cadena. Eso ha resultado fundamental, pues al hacerlo se contiene la actividad y el calor del núcleo y, aunque este sigue caliente y hay que enfriarlo, no es tanto como si no se hubiera parado. En Chernobil, el accidente ocurrió con un núcleo en plena aceleración.
La parada de los reactores fue una de las pocas cosas que salieron bien. Después, todo fueron percances. El terremoto no afectó a los edificios, pero tumbó el suministro eléctrico exterior. Se recurrió a los generadores diesel de emergencia. Pero una hora después, la ola del tsunami entraba en la central y se llevaba por delante los generadores y los tanques de combustible. Fukushima tenía un dique para olas de dos metros y el tsunami alcanzó de cinco a 10.
Emergencia
. A partir de ese momento, todo tuvo que ser improvisado. Desprovistos de energía para accionar las bombas, los tres reactores cargados de combustible (el 1, 2 y 3) empezaron calentarse y a evaporar el agua de la vasija. En los tres, llegó a quedar expuesto fuera del agua el combustible, algo que no debe ocurrir jamás. Se generaron gases radiactivos en la vasija e hidrógeno residual, que fueron venteados hacia el edificio del reactor. En los tres días siguientes, ese hidrógeno explosivo causó deflagraciones en los tres edificios, que quedaron tocados. Además, en el reactor 2 se teme que también se dañó la estructura de contención, lo que es un riesgo de emisiones desde el núcleo. Y también preocupa el reactor 3, porque en lugar de uranio, como el resto, tiene una mezcla de uranio y plutonio, un elemento dañino. Durante la semana, se ha bombeado agua de mar cargada con boro y se ha frenado, por lo menos, la evaporación en la vasija, pero no se ha logrado devolverla a su punto de llenado óptimo. La última noticia del viernes 18 es que se había conseguido tender una línea eléctrica hacia el reactor 2. Lo comunicaba Tepco a la OIEA, pero también advertía que el suministro de energía todavía no está establecido. Esta electricidad, si llegara, serviría para activar los sistemas de bombeo.
Las piscinas de residuos radiactivos
El miércoles 16 se hizo evidente que había otro problema aparte de los reactores. Las piscinas de combustible gastado, que en el diseño de Fukushima estaban encima del reactor y no en un edificio anexo, empezaron a calentarse por la falta de renovación del agua. Y lo siguen haciendo todavía. Esa basura nuclear, expuesta al aire, emite materiales radiactivos más letales que los del núcleo, pues ya no es uranio, sino una mezcla de productos de fisión.
En las piscinas 5 y 6, se ha activado un motor diesel que está dando energía para aportarles agua. Sobre la piscina 1 y 2 no hay información. Y la emergencia está en las piscinas 3 y 4. Se ha intentado echarles agua desde helicópteros, pero se han retirado porque la radiación freía los aparatos. Son operarios en tierra los que ayer seguían aportando agua, en breves incursiones de no más de cinco minutos para no acumular tiempo de exposición. El Gobierno japonés ha cambiado esta semana de 100 milisieverts /año a 250 milisieverts / año la tasa de radiación que un trabajador puede recibir para que los héroes de Fukushima puedan trabajar legalmente.
Lo que puede pasar
Quedan días de agonía. La explosión del reactor al estilo Chernobil se descarta porque los de Fukushima tienen la estructura de contención que faltó en la planta ucraniana. Una fusión total del combustible que lo hiciera caer al fondo y traspasar la vasija (el llamado síndrome de China) tampoco se contempla.
Pero se teme que, si el núcleo sigue sin enfriarse, el calor agriete la contención y provoque fugas. Además, los residuos de la piscina, si no son tapados con agua, arderán y rociarán de alta radiación el ambiente. Que el entorno más cercano de Fukushima está condenado es algo que todos dan por hecho. Y que habrá que construir un gran sarcófago para tapar y contener esa brasa radiactiva es algo que será necesario en cualquiera de los escenarios, mejores o peores, que deparen los próximos días.

elmundo.es

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