La mitad del oxígeno que respiramos viene del mar
La mitad del oxígeno que respiramos viene del mar
Tenemos que prestar tanta atención al océano como a la tierra al trabajar por un mundo más sostenible. No solo por la producción de oxígeno, hay que garantizar que estos ecosistemas nos sigan facilitando comida, depuración de contaminantes, etc.
¿Qué tiene el mar que lo hace fundamental para la vida?
Al principio de la vida prácticamente todo el oxígeno venía del plancton del océano. Ahora mismo, la mitad del oxígeno que respiras está producido mediante la fotosíntesis por organismos marinos, fitoplancton y vegetales. La otra mitad viene de los bosques y de los ecosistemas vegetales terrestres. Cada vez que respires piensa que la mitad de tu oxígeno viene del mar.
Debería servir para reflexionar, pero ¿de qué manera se defienden las políticas climáticas del océano ante los gobiernos?
Tenemos que prestar tanta atención al océano como a la tierra al trabajar por un mundo más sostenible. No solo por la producción de oxígeno, hay que garantizar que estos ecosistemas nos sigan facilitando comida, depuración de contaminantes, etc. Si pudiéramos estimar cuánto cuesta el oxígeno, depurar el agua y producir biomasa, sabríamos ponerle un valor al mar. Eso lo entienden mucho mejor los políticos, a quienes muchas veces les mueve más el asunto económico.
¿Por qué a pesar de que la acidificación del mar es tan preocupante está poco presente en la agenda política de cumbres del clima como esta de Varsovia?
Empezamos a identificar la acidificación del océano como un problema serio a principios del año 2000. Pusimos las bases químicas, analizamos los efectos en organismos y en ecosistemas y, por último, el impacto en los humanos. Poco a poco hemos ido convenciendo, tanto a las Organizaciones de las Naciones Unidas, como a los responsables de decisiones políticas, que la acidificación del océano es un tema que hay que tratar y que tiene que formar parte de su agenda de negociaciones. Introducirlo en la agenda política nos ha llevado unos años. Ya nos empiezan a escuchar.
¿Qué grupos de científicos tienen en la UNESCO para estos trabajos?
Tenemos un departamento de ciencias que cubre diversos ámbitos. Por ejemplo, el famoso programa sobre el Hombre y la Biosfera, y la comisión oceanográfica intergubernamental. Tratamos solo temas novedosos en ciencia, nos fijamos en la vanguardia de los problemas, por eso empezamos a trabajar en acidificación del océano, al igual que lo hicimos con el estudio de los plásticos. Nuestro trabajo es convencer a los tomadores de decisiones y que den fondos para investigar nuevos problemas.
¿A qué países afecta más la acidificación del mar?
Es muy complicado determinarlo. La acidificación comprometerá más a las zonas próximas a los polos, donde hay afloramiento de agua. Sus efectos, puesto que afecta a las poblaciones de seres vivos como moluscos y corales, tendrán repercusiones económicas más acusadas en países en desarrollo, porque son más dependientes de este tipo de recursos marinos que regiones como Europa y EE UU.
¿Y en la zona del Mediterráneo?
El Mediterráneo se va a ver afectado igual que el resto del mundo. La acidificación es un problema global, y el Mediterráneo es un mar cerrado alrededor del cual viven cuatrocientos millones de personas con distintos niveles de buenas prácticas. No creo que esté en una situación especialmente negativa frente al resto de los océanos, pero habría que ver cómo se relacionan con el mar los países.
¿Cómo proponen mitigar sus efectos?
Hay que reducir las emisiones de CO2, porque es lo único con efecto a largo plazo. Ahora bien, siempre se puede intentar que el ecosistema vuelva a un estado inicial, si no se le llega a estresar demasiado. Nosotros promovemos, por ejemplo, que se creen reservas marinas y áreas protegidas donde se mantenga la biodiversidad necesaria para una futura recuperación. También estamos intentando convencer a los gobiernos de que hay que mitigar otros factores de estrés, como la polución orgánica y la entrada de nutrientes al océano. Lo que queremos es que el número de estresores en los océanos sea el mínimo posible.
Sinc Imagenes: www.xatakaciencia.com
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¿Cómo sobreviven los corales a la contaminación de los océanos?
El proyecto se lleva a cabo a lo largo del Golfo de California y costa del Pacífico Mexicano, donde existe un gradiente latitudinal natural de acidificación
Contrario a otras especies marinas, los corales aún son capaces de adaptarse bajo las condiciones actuales de acidificación que sufren los mares, reveló un estudio en desarrollo dirigido por investigadores del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor).
“Los primeros modelos indicaban que los arrecifes de coral desparecerían a mediados de este siglo, pero nuestro estudio demuestra que los corales se adaptan a la acidificación que se ha ido incrementando desde la revolución industrial”, dijo el doctor Eduardo Balart Páez, titular de la investigación. El proyecto se lleva a cabo a lo largo del Golfo de California y costa del Pacífico Mexicano, donde existe un gradiente latitudinal natural de acidificación. Los científicos analizan colonias de Porites y Pocillopora, que son las especies de corales más importantes en los arrecifes de aguas del Océano Pacífico Oriental. A partir de placas radiográficas de muestras de Porites panamensis de hasta 22 años de edad, se visualizan los cambios en extensión, densidad y calcificación del esqueleto coralino a través del tiempo. Asimismo se extrajo el ADN de ambos grupos coralinos con el fin de conocer su diversidad genética. Con estos estudios se identificó que la acidificación del mar está afectando el crecimiento de los corales pero todavía no de manera dramática, además que el impacto es diferente entre machos y hembras. Los corales del género Pocillopora son hermafroditas pero no así los de Porites, por lo que la respuesta no es la misma para todos. “Aunque por el momento estos organismos marinos se mantienen saludables a costa de un mayor gasto energético, a medida que vaya aumentando la acidificación puede haber una perturbación en las proporciones sexuales, implicando un cambio en la demografía de población”, advirtió Balart Páez. El investigador especificó que la especie Porites panamensis es un coral masivo que se encuentra con mayor frecuencia desde la orilla hasta aguas tan profundas como 30 metros. Mientras que los Pocillopora, corales ramificados, requieren de gran cantidad de luz para vivir debido a su gran dependencia de la fotosíntesis de sus simbiontes, y por ello se encuentran en abundancia en sitios superficiales. El fenómeno de la acidificación actual de los mares es consecuencia del aumento de emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera, procedentes principalmente de actividades antropogénicas (industria, transporte). El pH promedio de las aguas oceánicas era de 8.15 durante el periodo preindustrial, y ahora ha cambiado a 8.05; es decir, el mar se está volviendo más acido. Finalmente el investigador en sus conclusiones consideró que no hay que bajar la guardia y que la amenaza de la acidez sobre los arrecifes de coral no ha disminuido. Será necesario realizar más investigaciones para averiguar qué especies de corales son las que mejor puedan adaptarse, cómo afecta a la fragmentación de las poblaciones y estudiar el fenómeno en el laboratorio para la elaboración de pronósticos ante diferentes escenarios futuros.
DiCYT
Tenemos que prestar tanta atención al océano como a la tierra al trabajar por un mundo más sostenible. No solo por la producción de oxígeno, hay que garantizar que estos ecosistemas nos sigan facilitando comida, depuración de contaminantes, etc.
¿Qué tiene el mar que lo hace fundamental para la vida?
Al principio de la vida prácticamente todo el oxígeno venía del plancton del océano. Ahora mismo, la mitad del oxígeno que respiras está producido mediante la fotosíntesis por organismos marinos, fitoplancton y vegetales. La otra mitad viene de los bosques y de los ecosistemas vegetales terrestres. Cada vez que respires piensa que la mitad de tu oxígeno viene del mar.
Debería servir para reflexionar, pero ¿de qué manera se defienden las políticas climáticas del océano ante los gobiernos?
Tenemos que prestar tanta atención al océano como a la tierra al trabajar por un mundo más sostenible. No solo por la producción de oxígeno, hay que garantizar que estos ecosistemas nos sigan facilitando comida, depuración de contaminantes, etc. Si pudiéramos estimar cuánto cuesta el oxígeno, depurar el agua y producir biomasa, sabríamos ponerle un valor al mar. Eso lo entienden mucho mejor los políticos, a quienes muchas veces les mueve más el asunto económico.
¿Por qué a pesar de que la acidificación del mar es tan preocupante está poco presente en la agenda política de cumbres del clima como esta de Varsovia?
Empezamos a identificar la acidificación del océano como un problema serio a principios del año 2000. Pusimos las bases químicas, analizamos los efectos en organismos y en ecosistemas y, por último, el impacto en los humanos. Poco a poco hemos ido convenciendo, tanto a las Organizaciones de las Naciones Unidas, como a los responsables de decisiones políticas, que la acidificación del océano es un tema que hay que tratar y que tiene que formar parte de su agenda de negociaciones. Introducirlo en la agenda política nos ha llevado unos años. Ya nos empiezan a escuchar.
¿Qué grupos de científicos tienen en la UNESCO para estos trabajos?
Tenemos un departamento de ciencias que cubre diversos ámbitos. Por ejemplo, el famoso programa sobre el Hombre y la Biosfera, y la comisión oceanográfica intergubernamental. Tratamos solo temas novedosos en ciencia, nos fijamos en la vanguardia de los problemas, por eso empezamos a trabajar en acidificación del océano, al igual que lo hicimos con el estudio de los plásticos. Nuestro trabajo es convencer a los tomadores de decisiones y que den fondos para investigar nuevos problemas.
¿A qué países afecta más la acidificación del mar?
Es muy complicado determinarlo. La acidificación comprometerá más a las zonas próximas a los polos, donde hay afloramiento de agua. Sus efectos, puesto que afecta a las poblaciones de seres vivos como moluscos y corales, tendrán repercusiones económicas más acusadas en países en desarrollo, porque son más dependientes de este tipo de recursos marinos que regiones como Europa y EE UU.
¿Y en la zona del Mediterráneo?
El Mediterráneo se va a ver afectado igual que el resto del mundo. La acidificación es un problema global, y el Mediterráneo es un mar cerrado alrededor del cual viven cuatrocientos millones de personas con distintos niveles de buenas prácticas. No creo que esté en una situación especialmente negativa frente al resto de los océanos, pero habría que ver cómo se relacionan con el mar los países.
¿Cómo proponen mitigar sus efectos?
Hay que reducir las emisiones de CO2, porque es lo único con efecto a largo plazo. Ahora bien, siempre se puede intentar que el ecosistema vuelva a un estado inicial, si no se le llega a estresar demasiado. Nosotros promovemos, por ejemplo, que se creen reservas marinas y áreas protegidas donde se mantenga la biodiversidad necesaria para una futura recuperación. También estamos intentando convencer a los gobiernos de que hay que mitigar otros factores de estrés, como la polución orgánica y la entrada de nutrientes al océano. Lo que queremos es que el número de estresores en los océanos sea el mínimo posible.
Sinc Imagenes: www.xatakaciencia.com
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¿Cómo sobreviven los corales a la contaminación de los océanos?
El proyecto se lleva a cabo a lo largo del Golfo de California y costa del Pacífico Mexicano, donde existe un gradiente latitudinal natural de acidificación
Contrario a otras especies marinas, los corales aún son capaces de adaptarse bajo las condiciones actuales de acidificación que sufren los mares, reveló un estudio en desarrollo dirigido por investigadores del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor).
“Los primeros modelos indicaban que los arrecifes de coral desparecerían a mediados de este siglo, pero nuestro estudio demuestra que los corales se adaptan a la acidificación que se ha ido incrementando desde la revolución industrial”, dijo el doctor Eduardo Balart Páez, titular de la investigación. El proyecto se lleva a cabo a lo largo del Golfo de California y costa del Pacífico Mexicano, donde existe un gradiente latitudinal natural de acidificación. Los científicos analizan colonias de Porites y Pocillopora, que son las especies de corales más importantes en los arrecifes de aguas del Océano Pacífico Oriental. A partir de placas radiográficas de muestras de Porites panamensis de hasta 22 años de edad, se visualizan los cambios en extensión, densidad y calcificación del esqueleto coralino a través del tiempo. Asimismo se extrajo el ADN de ambos grupos coralinos con el fin de conocer su diversidad genética. Con estos estudios se identificó que la acidificación del mar está afectando el crecimiento de los corales pero todavía no de manera dramática, además que el impacto es diferente entre machos y hembras. Los corales del género Pocillopora son hermafroditas pero no así los de Porites, por lo que la respuesta no es la misma para todos. “Aunque por el momento estos organismos marinos se mantienen saludables a costa de un mayor gasto energético, a medida que vaya aumentando la acidificación puede haber una perturbación en las proporciones sexuales, implicando un cambio en la demografía de población”, advirtió Balart Páez. El investigador especificó que la especie Porites panamensis es un coral masivo que se encuentra con mayor frecuencia desde la orilla hasta aguas tan profundas como 30 metros. Mientras que los Pocillopora, corales ramificados, requieren de gran cantidad de luz para vivir debido a su gran dependencia de la fotosíntesis de sus simbiontes, y por ello se encuentran en abundancia en sitios superficiales. El fenómeno de la acidificación actual de los mares es consecuencia del aumento de emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera, procedentes principalmente de actividades antropogénicas (industria, transporte). El pH promedio de las aguas oceánicas era de 8.15 durante el periodo preindustrial, y ahora ha cambiado a 8.05; es decir, el mar se está volviendo más acido. Finalmente el investigador en sus conclusiones consideró que no hay que bajar la guardia y que la amenaza de la acidez sobre los arrecifes de coral no ha disminuido. Será necesario realizar más investigaciones para averiguar qué especies de corales son las que mejor puedan adaptarse, cómo afecta a la fragmentación de las poblaciones y estudiar el fenómeno en el laboratorio para la elaboración de pronósticos ante diferentes escenarios futuros.
DiCYT