El Pentágono y el ébola
Es conocido internacionalmente que desde hace muchos años el gobierno de Estados Unidos y en especial el Pentágono utiliza las instalaciones existentes en Fort Detrix como laboratorio para el desarrollo de armas químicas, biológicas, virus de todo tipo, experimentos para el control de la mente, el ántrax, los llamados patógenos exóticos y todo aquello que pueda ser utilizado contra el que se considere un peligro al régimen establecido, sea extranjero o no.
Dentro de todos estos virus, no podía faltar el del ébola, en el cual están trabajando desde hace treinta años. El proyecto de investigación, que cubre varios tipos de virus, incluyendo el ébola, ha sido denominado USAMRIID y en el cual trabaja el virólogo, Dr. Peter B. Jahrling, bajo la dirección de Thomas W. Geisbert. Según plantean los documentos del Pentágono, el “propósito es desarrollar vacunas y tratamiento” para la mencionada enfermedad. El 11 de febrero de este año, una viróloga que estaba trabajando con el virus del ébola, tuvo un accidente cuando una aguja infestada, a pesar de los guantes de protección, le rozó un dedo, por lo que fue remitida a un área especial de aislamiento por treinta días. Según conocimos, el tratamiento fue efectivo y la viróloga, cuyo nombre no han publicado, se reintegró a sus labores. Dentro de las investigaciones que se realizan en Fort Detrix sobre el ébola, se conoció que hace un año inocularon el virus a un grupo de monos, sin embargo han guardado silencio absoluto sobre si estos monos estaban en Estados Unidos o en otro país, si los mismos estaban en cautiverio o libres en su ambiente natural, todo lo cual resulta de gran importancia para conocer cómo es que se originó la enfermedad en varios países africanos. El desarrollo del ébola en Africa, sin determinar el origen de la enfermedad y en varios países, resulta algo sospechoso, pues esto pudieran estar siendo utilizado por el Pentágono para medir los efectos de la epidemia, como una de sus “armas étnicas”.
Desde el año 1970 el gobierno estadounidense ha estado trabajando en las “armas étnicas” (Artículo en Military Review, Nov., 1970). Estas armas han sido diseñadas para eliminar ciertos grupos étnicos que son susceptibles a diferencias genéticas y variaciones en el DNA.
En el año 1990, como parte de estos experimentos étnicos, en Los Ángeles le fue suministrada una “vacuna experimental contra las paperas” a más de mil quinientos niños, menores de seis meses, todos los cuales eran hispanos y de la raza negra. Los padres de los niños no fueron consultados para realizar el “experimento”.
Estos “experimentos” se han realizado con la colaboración de criminales de guerra y científicos alemanes y japoneses que al terminar la II Guerra Mundial fueron contratados por el Departamento de Defensa y la CIA, con el fin de que trasladaran sus experiencias y conocimientos en cuanto a la guerra química, biológica y bacteriológica. En el año 1995 el gobierno de Estados Unidos admitió este tipo de contratación, que se realizó mediante una operación denominada “Proyecto Paperclip”.
En estos momentos se encuentra en fase experimental lo que han llamado “suero secreto”, denominado ZMapp. Este suero es producido por la firma farmacéutica Mapp Biopharmaceutical, con sede en San Diego, empresa casi totalmente desconocida, pero de fuerte vinculación con el Departamento de Defensa, por lo que no sorprendería que fuera una empresa “fachada” donde el Pentágono y la CIA realizan “experimentos” que legalmente no pueden realizar y a los que el Congreso se opondría fuertemente.
Hasta el momento, las únicas dos personas que públicamente están siendo tratados con el ZMapp son los médicos estadounidenses Kent Brantly y Nancy Writebol que se infestaron al tratar enfermos de ébola en Liberia. Los mismos se encuentran en el Hospital Universitario de Emory, Atlanta y al parecer evolucionan positivamente.
Las informaciones sobre el ébola y la epidemia que ha causado en distintos países africanos continúan saliendo a la luz pública. Dentro de estas, el Pentágono es mencionado con frecuencia, por lo que debemos prepararnos para un nuevo escándalo, relacionado con la política exterior de Estados Unidos y sus intereses de dominación mundial, esta vez utilizando armas menos destructoras pero más mortales, que eliminan la población y no dañan los recursos con que cuenta el país.
Imagen: www.elnuevodiario.com.ni
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¿Por qué el gobierno de EEUU tiene una patente sobre el Ebola?
Control de Enfermedades de EEUU posee una patente sobre una determinada cepa de Ébola conocida como “EboBun”. El número de patente es “No. CA2741523A1? y se le otorgó en 2010.
El resumen de la patente dice:
“La presente invención se basa en el aislamiento y la identificación de una nueva especie de virus Ébola en humanos, el EboBun. El EboBun fue aislado de los pacientes que sufrieron de fiebre hemorrágica en un reciente brote en Uganda”
Vale la pena señalar, que EboBun no es la misma variante que en la actualidad ha provocado el virulento brote epidémico en África Occidental.
Pero es evidente que el CDC necesita ampliar su cartera de patentes para incluir más cepas de Ébola y esa podría ser la razón por la que las víctimas estadounidenses del Ébola han sido trasladadas recientemente a EEUU.
A partir de la descripción de la patente sobre el virus EboBun, sabemos que el gobierno de EE.UU.:
1) Extrae el virus del Ébola de los pacientes
2) Afirma haber “inventado” ese virus
3) Pretende tener el monopolio de protección de patentes sobre el virus
Para entender por qué ocurre esto, primero tenemos que entender qué es una patente y por qué existe.
Una patente es un monopolio impuesto por el gobierno que se concede exclusivamente a personas u organizaciones concretas. Permite que una persona u organización se beneficie exclusivamente de una determinada “invención”, impidiendo a otros la capacidad de explotar la invención para su propio beneficio.
Y es que en la sección “Resumen de la invención” del documento de patente también reivindica claramente que el gobierno de EE.UU. reclama la “propiedad” sobre todos los virus del Ébola que comparten al menos un 70% de similitud con el Ébola que él “inventó”.
La patente del CDC también muestra específicamente la protección de patente sobre un método para propagar el virus del Ébola en células huésped, así como el tratamiento de los huéspedes infectados con vacunas.
Esto nos lleva a una pregunta obvia: ¿Por qué querría declarar el gobierno de EE.UU. el haber “inventado” el Ébola y luego reclamar un monopolio exclusivo sobre su propiedad?
De hecho, esta patente ayuda a explicar por qué algunas víctimas de Ébola están siendo transportadas a los Estados Unidos y sometidas al control de la CDC.
Estos pacientes llevan en su cuerpo valiosos activos de propiedad intelectual en forma de variantes del Ébola y el CDC desea ampliar su cartera de patentes mediante la recolección de muestras sanguineas, para estudiarlas y potencialmente patentar nuevas cepas o variantes del virus.
Patentar el Ébola es tan extraño como tratar de patentar el cáncer o la diabetes. ¿Por qué una agencia gubernamental reclamaría haber “inventado” una enfermedad infecciosa y luego reclamar el monopolio de su explotación para uso comercial?
¿Acaso espera el CDC cobrar royalties sobre las vacunas del Ébola? ¿Está buscando “inventar” más variantes y patentar esas también?
Que nadie se equivoque. En todo este asunto hay millones de dólares en ganancias en juego.
Las acciones de Tekmira subieron más de un 11% el pasado viernes cuando se empezó a presionar a la FDA para que acelerara los ensayos de vacunas contra el Ébola creadas por la compañía.
Lo que estamos viendo es un teatro médico, con un guion cuidadosamente escrito.
Un pánico global de pandemia, una patente del gobierno, importación del virus del Ébola a una ciudad importante de EE.UU., una vacuna experimental, la súbita aparición de una compañía farmacéutica poco conocida y una protesta pública contra la FDA (Administración de alimentos y medicamentos de EEUU) para que acelere la creación de una vacuna.
Imaginemos cómo podría ser el segundo acto de esta obra de teatro.
Un “accidente de laboratorio” en EE.UU., el “escape” del Ébola afectando a la población y una campaña nacional de vacunación obligatoria contra el Ébola que enriquece a Tekmira y a sus inversores, colocando a la CDC, con sus patentes de virus, como “salvadores del pueblo estadounidense”…
Esta obra ya se representó con anterioridad…la última vez se llamó “gripe porcina”
La fórmula es siempre la misma: crear alarma, sacar una vacuna al mercado, luego de asustar a los gobiernos para que adquieran por miles de millones de dólares, vacunas que no necesitan.
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