Rally Dakar sudamericano; ¿Un regalo para quién?
El recurso que El Colegio de Arqueólogos, en conjunto con la Fundación Patrimonio Nuestro, Acción Ecológica, Pueblos Originarios Unidos (POU) y Consejo Ayllu Sin Fronteras, interpuso el pasado mes de Enero por el daño patrimonial causado por el Rally Dakar, todavía no tiene veredicto. “Van a tratar de pronunciarse para las fiestas de fin de año o unas semanas antes del paso del dakar por la región, para que nos tome por sorpresa y no tengamos que hacer”, sostiene Esteban Araya, vocero del Consejo de Pueblos Autónomos Ayllus Sin Fronteras, asegurando que si la Corte rechaza el recurso nuevamente apelarán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La acción legal fue presentada dos días después de conocerse el rechazo al interpuesto por los tres primeros organismos previamente; este fue declinado porque la Corte consideró que los demandantes carecían de “legitimación activa”, esto es, no eran afectados directos.“
El rally Dakar llegó en 2009 a Sudámerica, siendo presentado de parte de las autoridades, las chilenas en lo que nos corresponde, como una “excelente noticia”; un regalo. Se vendió entonces una suerte de “victoria” en la “puja” por el lugar de celebración del evento, en la que se habrían barajado otros países, entre ellos EEUU (El Cañón del Colorado), Australia o Canadá.
Sin embargo, todo apunta a que la decisión de instalar el rally en Sudamérica después de que la competición fuera prácticamente expulsada de Europa y África fue fruto de la debilidad legislativa que enfrentan estos países, con Chile a la cabeza, en materia medioambiental, lo que facilitaba enormemente el camino de un negocio que no supone ningún beneficio directo para los pobladores de las zonas afectadas, y que además no está obligado a someterse al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
El estado no solo facilita la celebración del evento, sino que además paga para que pase por Chile. El Estado, a través del Insituto Nacional del Deporte (IND) ha pagado a la empresa organizadora, Amaury Sport Organization (ASO), entre US$6 y US$8 millones por el evento cada uno de los años que se ha celebrado; el de 2015 será la séptima versión.
“Es indispensable que la población sepa que el Dakar no es un regalo”, señalan El Colegio de Arquitectos, la SECH (Sociedad de Escritores de Chile), la Sociedad Chilena de Historia y Geografía y el Instituto de Historia y Patrimonio de la Universidad de Chile en una carta remitida a la Subsecretaria de Deporte, Nicole Sáez, el pasado mes de abril.
Es en este punto donde se genera una grave disyuntiva con respecto al rol que juega el Estado y la posibilidad de condenar los daños medioambientales provocados por el Rally; Ya que, por un lado, a través del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), este ha de velar por el resguardo del patrimonio nacional, y por otro, a través del IND, se convierte en organizador activo del mismo.
En efecto, el órgano encargado de perseguir delitos por daño medioambiental al patrimonio es el Consejo de Defensa de Estado (CDE), sin embargo, por razones obvias, el Estado no puede autodemandarse.
En diciembre de 2012 el entonces secretario del CMN, Emilio de la Cerda Erárruriz, envió un oficio(1) a Harald Beyer, Ministro de Educación y Presidente del CMN en esa época, expresándole la preocupación de los miembros del Consejo respecto de los daños al patrimonio arqueológico e histórico de las Regiones I, II, III, IV y V e instándole a pronunciarse sobre “las responsabilidades que le caben a los miembros del Consejo de Monumentos Nacionales (…) respecto del daño que se ha generado y que se conoce se generará por el paso del Rally Dakar”.
Cerda alude a la Ley 17.288 de Monumentos Nacionales, que establece la categoría de Monumento arqueológico propiedad del Estado y tipifica su destrucción, notificando “sanciones privativas de libertad, pecuniarias y administrativas en el caso de funcionarios públicos que de alguna manera faciliten su destrucción.
Paralelamente, el Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), envió otro oficio (2) al entonces Subsecretario de Deporte; Gabriel Ruiz-Tagle, manifestando asimismo la preocupación del Consejo y solicitándole información sobre las medidas destinadas a mitigar los daños.
Un evento devastador
En base a los informes elaborados por el Consejo Nacional de Monumentos, se calcula que habrían sido devastados al menos 207 sitios arqueológicos solo en las 4 primeras versiones, siendo que los sitios evaluados post Dakar son una mínima parte de los que ameritaban medidas de protección. En 2013 se registró un 25 % de sitios afectados.
El Ministerio de Turismo, que se ha referido en varias ocasiones a los beneficios del evento para el sector turístico, “Para promover Chile y sus destinos” parece olvidarse de que el Dakar está arrasando los tesoros arqueológicos cuyo atractivo pretende promover.
El rally Dakar contempla un arsenal de más de 500 vehículos pesados, cuyo impacto se une al causado por los vehículos de los medios de comunicación y los espectadores, dejando huellas imborrables, literalmente, en el patrimonio arqueológico, ya que la sequedad de la zona las conserva de manera intacta, de la misma manera que paradójicamente lo hace con los vestigios arqueológicos.
Un ejemplo son los geoglifos del cerro Chug Chug, en Antofagasta; cerca de 500 vestigios dibujados por etnias locales, datando los más antiguos del año 1000 a.C; En el informe emitido post Dakar 2013, se señala que los vehículos pasaron a escasos metros de estos, informando asímismo que no fue posible realizar una inspección adecuada.
Desde el Colegio de Arqueólogos han criticado que en dichos informes la línea base es muy restringida, ya que limita los estudios solo a la ruta y no contempla los daños producidos por ejemplo por los espacios de servicio; “Ello a pesar de que los daños indirectos son igualmente graves: en el sector Punta Teatinos, por ejemplo, se construyó un estacionamiento de motos que perjudicó gravemente un importante conchal descubierto por Hans Niemeyer a mediados de los 60”, sostuvo Paola González, vicepresidenta del Colegio.
Además de los daños al patrimonio arqueológico, no son menores los causados a la flora y fauna de la zona; Entre otros, la competencia arriesga la supervivencia de la bromeliácea Tillandsia Landbecki, especie botánica única que crece entre Arica y el río Loa.
.Entre los sitios destruidos y también amenazados de destrucción se encuentran aldeas, cementerios, conchales, huellas y caminos (entre los que se cuentan trazos del Qhapaq Ñan, conocido como Camino del Inca, pero que es muy anterior a éste), sitios de la época salitrera, talleres líticos y muchos otros presentes en las regiones de Arica, Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
Atropello a los derechos de los pueblos originarios
Esteban Araya sostiene la defensa de su cultura es la que da cuerpo a la oposición; “Nuestra postura siempre ha sido la de defender el patrimonio material e inmaterial , nuestra cosmovisión , nuestros cerros tutelares (sagrados), nuestros cementerios indígenas , nuestra pacha mama, madre tierra Patahoiri, nuestros geoglifos , petroglifos, nuestras rutas troperas caravaneras por donde anduvieron nuestros ancestros”, y añade que sobre todo se oponen al evento por “el daño que ha causado el dakar al pasar por nuestros territorios a la biodiversidad de las plantas y animales”.
Se ha transgredido lo estipulado en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo , ratificado por Chile en 2009, al no respetarse el proceso de consulta corespondiente a los pueblos Quechua y Aymara; “no tiene ningún beneficio para la comuna y de hecho menos todavía para las comunidades indígenas ,no necesitamos que nos difundan más para tener más turistas; el desierto se promociona solo con las visitas”, denuncia Esteban, quien agrega que “además nunca se han hecho estudios con la capacidad de carga que se genera en el lugar con la gente que acude a ver la carrera y daña los sitios”.
Desde los municipios afectados, en concreto desde Calama, ya han anunciado una ofensiva comunicacional que partirá en Diciembre, ad portas de la séptima versión del Dakar en Chile, con el fin de concientizar a la sociedad de los daños que acarrea su celebración. En este sentido, René Huerta, señaló en comunicado que “Han sido las organizaciones sociales y las instituciones afines las que han sacado a la luz aspectos del rally poco difundidos. Como las muertes en los accidentes dentro del certamen, la destrucción de sitios arqueológicos y el tráfico de drogas. Nosotros estamos preparando una ofensiva comunicacional a través de una campaña para explicarle a los ciudadanos por qué decimos que NO al rally”.
Asimismo, Esteban señaló que ya se ha empezado a “sensibilizar a la gente de nuestra región y comuna ,entregándoles tripticos informativos con el daño causado”.
El Ciudadano